lunes, 24 de agosto de 2015

ENRIQUE DONOSO Y RED AND BLACK

ENRIQUE DONOSO nació en Madrid en 1963. Tras una exhaustiva etapa de formación académica, becado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid. Obtuvo numerosos Premios y Menciones, y realizó diversos estudios y prácticas con grandes Maestros del Realismo actual, Antonio López, Naranjo y Muñoz-Vera, entre otros. Empeñado en rescatar y actualizar las técnicas y procedimientos empleados por los grandes Maestros de la Pintura clásica, abnegado investigador en el campo de los pigmentos genuinos, e igualmente, en el de la preparación de soportes. Desde 2003 compagina la faceta de Artista Pintor con la de Docente, colaborando de forma activa en la formación y promoción de artistas emergentes. Profesor de Técnicas y Procedimientos Pictóricos de la Escuela de Arte de Olías del Rey, Toledo (España) desde 2004 hasta 2011. Desde 2011 y actualmente, es Director, y Profesor de Técnicas y Procedimientos Pictóricos de La Escuela Taller de Arte Figurativo Contemporáneo, Mocejón, Toledo (España).

RED AND BLACK III 140X93  pastel sobre madera con preparación de partículas de cuarzo y cristal.

El cuadro nos muestra a una bailaora en una pose de danza flamenca con un abanico en la mano derecha que se apoya en la barbilla mirando hacia arriba, con el cuerpo girado ligeramente a la derecha y la cabeza de perfil.

Tal como dice su título, esta obra contiene fundamentalmente el rojo y el negro, el rojo en la parte superior del vestido y las mangas, la rosa en el pelo y el abanico. El color negro en el fondo y en el resto del vestido, por tanto el cromatismo del cuadro es sencillo. La maravilla cromática se encuentra en las carnaciones que es como un arco iris de matices. La luz juega un importante papel a pesar de que la luz directa impacta solo en la espalda de la figura, no visible salvo en una zona del borde del brazo izquierdo, en la mano izquierda, en el cuello y en el cabello. También, casi imperceptible, en algunos puntos de los pétalos de la rosa.

La exposición se tituló DANZA Y PASIÓN escribiendo la palabra “pasión” en rojo, significando este color e indicando lo que expresa el mismo.

El recorrido visual, al contemplar esta obra, comienza por la esquina inferior izquierda del cuadro, avanzando hasta el cuello y recorriendo el rostro. Sigue por el abanico hasta la mano derecha para continuar por el brazo, recorre la clavícula de la modelo y pasa por el brazo izquierdo llegando a la mano, cambia de dirección a través de las luces del vestido par salir fuera.



La composición está estructurada en forma de X o aspa, estando medio cuerpo en el lado derecho de la diagonal que parte de la esquina inferior izquierda a la esquina superior derecha, y el otro medio al otro lado equilibrando los pesos. La otra diagonal contiene la parte superior del cuerpo un lado y la inferior el otro.



La parte principal de la figura se inserta en un triángulo isósceles significando grandiosidad, seguridad y equilibrio, reafirmándose por los triángulos rectángulos que se forman con los brazos dándoles así importancia.



La pose de la modelo se construye formando una amplia curva que transmite la sensación de femineidad con suavidad y elegancia y, en contrapunto, creando un eco rítmico está la curva formada por el abanico que va en sentido opuesto. La otra línea rítmica es la que circula de una mano a la otra, una línea quebrada que da sensación de permanencia y sobriedad.



La rosa inserta en un círculo encuentra su eco en el pecho izquierdo de la figura transmitiendo sensación de regularidad y equilibrio.



Nuevas líneas rítmicas aparecen en los bordes superior –escote- e inferior de la parte roja del vestido formando un pico hacia abajo y hacia arriba respectivamente.
Así mismo las arrugas que forma el vestido desde la cintura hacia abajo son líneas que divergen hacia el lado derecho crean otro ritmo compositivo.



El abanico es como un punto, la mano, que irradia energía significando expansión y esplendor.



En la exposición DANZA Y PASIÓN que se celebró en la galería Montsequi, cada una de las obras era la bailaora la protagonista con diferentes poses y atavíos. Además estuvo danzando en la inauguración con toda la belleza y elegancia que se desprende de los cuadros.

Enrique Donoso es un auténtico maestro, un gran pintor que está en plena madurez de su arte, pero también es una gran persona como pude comprobar al charlar con él sobre la técnica empleada en la resolución de estas obras.

Para ampliar información podéis entrar en estas direcciones de Internet.



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