EL SENTIMIENTO DE INDEPENDENCIA Y OTRAS CONSIDERACIONES Segunda Parte

 

Enarbolar razones históricas para legitimar el deseo de independencia es una absoluta falacia a estas alturas del siglo XXI, porque entonces podrán venir los romanos y reclamar su imperio, por citar una de las situaciones históricas más trascendentes de Europa, o bien los árabes Hasta los nazis podrían reclamar su anterior situación de poder, anterior al desenlace de la Segunda Guerra Mundial.

Esto de los sentimientos está muy bien y es muy respetable, pero eso no significa que debamos hacer caso solo a los sentimientos y no utilizar los razonamientos, por tanto, si usando los razonamientos está claro que en vez de segregarse, en estos momentos lo que conviene es integrarse en grupos más grandes como la COMUNIDAD EUROPEA, convendría cambiar ese sentimiento.

Los políticos pueden ser unos auténticos inútiles a la hora de gestionar la cosa pública, pero son unos maestros en embaucar a los ciudadanos con diversos argumentos, por ello, cuando se acercan elecciones, la mejor técnica es apelar a los sentimientos. Unos a los sentimientos de la unidad de España y otros a los sentimientos de independencia, todos diciendo amadme que soy el bueno y odiad a los otros que son los malos. Hasta Franco recurría al sentimiento patriótico cuando quería demostrar al mundo que los españoles le queríamos.

La ETA creada en 1958, desde su primer atentado en 1961, ha cometido más de mil asesinatos apelando a los sentimientos independentistas y consiguió la adhesión de un tercio de la población vasca; en 2011, cesó en su lucha armada. Terra Lliure fue fundada en 1978 y autodisuelta en 1991. Cometió más de 200 atentados en nombre de la independencia catalana.

El sentimiento de independencia tiene mucho que ver con el complejo de superioridad, con la creencia de que los demás son inferiores y por tanto no quieren convivir con ellos. Lo curioso es que muchos inmigrantes a esas zonas también solicitan la independencia, no sé si por temor al odio de los oriundos o como manera de integración social. Habría que recordar que haber nacido en un lugar concreto es puro azar, ya que todo depende del lugar donde vivan tus padres, no es algo que elija el nacido. Por tanto ese sentido patriótico de sentirse orgulloso de tu pueblo, de tu provincia o de tu región y de todas las costumbres e ideología de la misma, es solo un sentimiento irracional, pues a poco que se piense te darás cuenta de que igual te sentirías si hubieses nacido en China, Japón, Zambia, Rusia…siendo todo muy diferente. A mí me resulta incomprensible ese sentimiento, pues yo me siento ciudadano del Universo y no de un lugar concreto, por lo que respeto todas las costumbres, todas las razas, todos los lugares, todas las ideologías, todas las religiones. Claro que yo no solo he viajado por casi toda España y por algunos países extranjeros sino que también he vivido en más de doce lugares diferentes y supongo que mis circunstancias me han curado de ese apego al terruño y veo que en todos los lugares hay buena gente e interesante, y en algunos aspectos pueden ser mejores que en el lugar donde nací.

En definitiva creo que deberíamos abandonar el tribalismo para abrazar el europeismo, ya que aún es temprano para conseguir el globalismo.

Aunque ahora los que están haciendo más ruido son los independentistas catalanes, no olvidemos a los vascos, los navarros y los gallegos.

Se me ocurre que una forma de acabar con esto es que todos pidamos la independencia.

En mi opinión, si no logramos convencer a los independentistas de lo inadecuado de su ambición, deberíamos concederles la independencia pero con todas las consecuencias: cerrar fronteras, no comprarles nada ni venderles nada que es lo que haría la Comunidad Europea, sería el “catabreakxit”. Ante esta situación, el Barça no podrá jugar más que con los equipos de Cataluña. Esto último tiene más poder de convicción que cualquier otro razonamiento, desgraciadamente.

Cuando los independentistas tengan claro que su famoso equipo de fútbol, solo podrá jugar con los equipos catalanes igual se lo piensan.

Claro que todo esto de los partidos y políticos independentistas podría ser solo un señuelo para conseguir más votos de los ciudadanos, más prebendas del gobierno central y en definitiva más poder y todo lo demás que pregonan puede ser puro teatro para conseguir votos.