Vemos que no solo es importante como
distribuimos los elementos dentro de la superficie del cuadro, sino que la
forma y proporciones de esa superficie, también tiene su importancia y
determina unas sensaciones que deben estar acordes con el tema de la obra. Así
vemos que internamente, las líneas, transmiten sensaciones diferentes si son
verticales, horizontales o inclinadas.
Y de igual manera, la superficie al ser alargada
en sentido vertical u horizontal transmiten sensaciones diferentes, o bien si
son cuadradas. Aunque la mirada del espectador siga un recorrido inconsciente
general, es el artista quien con su composición, obligará al espectador a
seguir el recorrido que él quiera, jugando con los ritmos creados por las
líneas, masas y tonos.