Os voy a dar a conocer un poema al estilo nuevo, sin métrica y sin rima, que escribí para un concurso y que no han debido ni leer el jurado. En él dejo ver como concibo la divinidad, la creación y la evolución, y como funciona todo y porqué o al menos eso pienso.
-¿Sabes,
querida Laura? En principio solo había un dios: Caos.
Fue
el que provocó unos potentes fuegos artificiales.
-Muchos
eones después los reinventarían los chinos-
Tenía
encerrados a todos los dioses del Olimpo en una esfera
y
ellos no se llevaban muy bien, así que estallaron.
Por
tanto el Universo comienza, desde el primer instante,
como
una gran fiesta, una macrofiesta o mejor yottafiesta.
Como
las que montan por el Levante español pero a lo bestia.
Aunque
el material fueran dioses cabreados, indignados.
-¿Os
imagináis una traca con megapetardos del tamaño de un sol?
Pues
esos fuegos artificiales comenzaron a explotar, explosionar,
detonar, estallar,
reventar, romper, …
resonar,
tronar, retumbar, ensordecer…
Pero
solo los dioses implicados vieron y oyeron el ensordecedor reventón.
Y,
por supuesto, quien lo provocó, el dios Caos.
-Tú,
Iván, habrías disfrutado profundamente,
más
que con esos petarditos que sueles comprar para hacer algo de ruido.
Los
grandes fragmentos del yottaátomo ¿o tal vez picoátomo?
se
convirtieron en dioses por arte de magia,
¿O
fue al revés?
Estos
dioses se separaron, desunieron, disgregaron, disociaron,
desprendieron,
desarticularon, despegaron, segregaron.
Vamos,
que salieron huyendo despavoridos.
Así
luego supimos que fueron y son: Andrómeda, Centauro, Pegaso, Perseo,
Mercurio,
Venus, Gea, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno…
Y
muchos más menos conocidos.
-Huían
más rápido que cuando ves a alguien, con mala pinta, mirándote,
mi
amada Marina, pues tu huyes despacio, con disimulo, sin hacerte notar.
-¿De
qué o de quien huirían? ¿De ellos mismos?
Fue
como una diáspora sin fin, mayor que la de los judíos,
y
cada uno en una dirección distinta,
todos
alejándose de todos, en sentido radial ¡que curioso!
y
además todos echando fuego, quemando, ardiendo, asando,
flameando,
achicharrando, ¿incinerando?…
Peor
que los incendios de Galicia, o que la Roma de Nerón,
mucho
más grande y espectacular. La disputa terminó echando chispas.
-¿Lo
entiendes querida nieta Carla?
Una
huida desbocada, enloquecida, alienada, despavorida,
llena de miedo y de rabia.
Como
en la sabana africana cuando se produce una estampida,
solo
que a una velocidad superior ¡claro!
¿A
cuántos kilómetros por segundo o quizá terámetros?
Tal
vez como la luz a 300.000 kilómetros por segundo.
Lo
curioso es que aún están huyendo esos dioses
y
los demás fenómenos o dioses menores que han ido apareciendo.
Como
esas fantásticas nebulosas, tan grandes, años luz de diámetro, tan bellas…
irradiando
luz de infinitos colores,
visibles
e invisibles,
infrarrojos
y ultravioletas.
Las
galaxias, con gran variedad de formas y colores,
los
millones de estrellas, planetas, cometas,
agujeros
negros y blancos, materia oscura…
Con
realidades newtonianas y cuánticas.
-¿Sabéis?
Cada dios o diosa se fue enfriando
desde
altísimas temperaturas ¿gigagrados?
a
otras más manejables, más suaves,
después
de recorrer infinitos años luz.
Pero
no todos se enfriaron en los mismos grados,
pues
no es igual Perseo que Júpiter,
así
que unos más calientes que otros.
Son
como gigantes de fuego o más bien yottantes,
que
se comportan como el Ave Fénix,
se
inmolan y luego vuelven a resurgir.
Simultáneamente
se liberó Cronos,
ese
dios que algunos creen que reina en la cuarta dimensión,
es
quien nos va haciendo cada año más viejos, cada mes, cada hora, cada minuto…
y
Eón dios del espacio que todos creen que solo es de tres dimensiones.
¡Que
equivocados están!
Pero
no hay vuelta a atrás.
Cronos
es un dios que se desplaza en un único sentido,
como
si el miedo a lo que pasó le impidiera volver al origen.
¿o
volverá algún día?
A
lo ancho de ese largo viaje ¿infinito?
todo
se va transformando y nuevas formas de vida van apareciendo
¡ya
que todo es vida queridas nietas y nieto!
Las
amebas, los protozoos, los infinitos bichitos de originales y fantásticos
diseños.
También
los dinosaurios con sus variadas formas y tamaños.
Creo
que incluso los minerales, eso que llamamos materia inerte.
¿Quién
o que los diseñó? Porque para esto hay que pensar, imaginar, elucubrar ¿o no?
-Al
igual que vosotros pensáis e imagináis
cuando
dibujáis esos mundos increíbles, vuestros mundos.
Los
astros también son seres vivos, algunos son dioses, como hemos dicho.
Ellos
nacen, se desarrollan, se transforman o producen otros y mueren.
No
son eternos, aunque nos lo parezca,
yo
he visto morir algunos gracias al Hubble.
-Pero
esto no paró ahí, no creáis.
La
tierra comenzó a poblarse de plantas y yerbas.
Después
de los peces y demás habitantes de las aguas, ríos y mares,
vinieron
los animales terrestres
y
aparecieron infinitas formas con infinitas características.
Ya
muy cercanos a nosotros en el tiempo,
que
ha ido avanzando siempre hacia adelante,
aparecieron
los primates, esos viejos parientes nuestros.
Y
no se sabe como pasó, tal vez haya unos escultores sublimes
que
logran dar vida real a sus esculturas imaginadas,
pero
los primates se fueron diversificando
en
otras muchas razas, hasta llegar al homo sapiens,
y
aquí comenzó la auténtica revolución de la creación.
-Supongo
que esto último os lo han contado en el colegio ¿no?
Algunas
plantas y animales también han desarrollado cosas muy especiales,
como
el sistema de camuflaje, los que tienen ya de serie un aspecto mimético,
los
insectos hoja, la araña lobo, el pez piedra.
O
los que lo cambian a voluntad, como el camaleón y otros bichos marinos.
¿Cómo
lo hacen? ¿Cómo se pintan de los colores que les rodean?
Cada
bicho tiene su sistema de defensa de los depredadores.
Las
plantas que, ellas mismas, pintan sus hojas con la apariencia de las huevas
de
los insectos que cuando eclosionan se comen las hojas, para evitar que las
pongan.
¿Cómo
puede una planta pintar sus hojas como si estuviera infectada de huevas?
¿Cómo
ve con ojos de pintor? ¿De dónde saca los colores exactos?
Otras
segregan unos olores que los bichos que las atacan no pueden soportarlos.
¿Cómo
puede una planta fabricar un perfume fétido?
Aunque
el número de bichos existentes sean millones,
cada
uno de ellos tiene características específicas, propias, diferentes, complejas.
Sus
diseñadores tienen una imaginación prodigiosa,
por
la variedad, la originalidad y la belleza de sus propuestas,
y
no solo por su aspecto externo sino también por su estructura y potencialidad.
Tienen
que ser un gran equipo de diseñadores
para
poder llevar a cabo todo este trabajo y tan perfecto.
-¿Os
dais cuenta? Especialmente tú, Carla, que pintas alienígenas.
Lo
que más me asombra es como se mantiene el equilibrio ecológico,
máxime
sabiendo que la manera de subsistir es comiéndose unos a otros.
¿Cómo
saben, los cuidadores del Universo,
cuántos
elementos deben existir de cada especie?
-Llegados
aquí os diré lo que pienso:
Todo lo existente en el universo, habremos de
resumirlo en
“hardware”
y “software”.
-Pensadlo,
vosotros que estáis con el ordenador
o
con el “móvil” todo el tiempo que os dejan vuestros padres.
Esto
hace del Universo un yottapotente ordenador.
Por
una parte está la materia y por otro la energía,
lo
corriente y lo sublime,
lo
basto y lo sutil,
lo
material y lo espiritual,
hardware
y software
al
fin y al cabo.
¿Cómo
se ha ido creando la materia, lo grosero, lo basto, el hardware?
Dicen
los científicos que son reacciones
químicas,
físicas y atómicas que ya tienen sus leyes.
Bien
¿y cómo se han forjado esas leyes, esa manera particular de funcionar?
Por
otro lado está el software, intrínseco en todo lo existente,
y
aparte un software general que controla y armoniza todo el Universo.
Acaso,
en otra dimensión, lo que existe es un yottaordenador,
con
una gran batería de discos duros y memorias de gran capacidad,
con
billones, trillones, cuatrillones de yottabytes
que
generan el mundo que conocemos y otros desconocidos.
¿Qué,
quien o como han surgido esas órdenes, ese programa, ese software?
No
olvidemos que cada elemento que existe tiene un software intrínseco
que
le dice como ha de reaccionar ante otros elementos externos a él.
En
el caso de los seres evolucionados las reacciones son también internas,
Siendo
muchísimas más y más complejas.
Sin
duda que para crear este yottaordenador son necesarios
magníficos
ingenieros y superiores programadores.
El
hombre es ese ser superior en nuestro planeta Tierra
que
se cree el ombligo del mundo, debido a que tiene la capacidad de aprender,
aunque
se crea más sabio de lo que realmente es,
pues
no tiene tiempo suficiente, su vida es corta.
Lo
cierto es que tiene una capacidad limitada,
pero
también es verdad que partiendo del “hardware” que lo constituye
y
en el que solo es capaz de cambiar algo la morfología externa,
mediante
ejercicios especiales,
también
es cierto que puede crear su propio software,
salvo
el que funciona automático y que viene de serie.
Cada
cosa que el hombre aprende conecta neuronas entre si
que
van constituyendo el software que se fija sobre el hardware neuronal.
Esos
hilos o redes que se unen mediante las sinapsis de nuestro cerebro:
el
micrordenador que posee el hombre y la mujer.
-No
quiero que me llaméis machista,
sobre
todo teniendo tres nietas y un solo nieto.
Lo
cierto es que comparado con el yottacerebro del universo,
el
nuestro sería un yoctocerebro,
el
macrocosmos y el microcosmos.
-Hasta
aquí llegamos hoy.