viernes, 25 de junio de 2021

LAS PAREDES DE LA CAPILLA SIXTINA -Los Papas 2 San Esteban I

 





San Esteban I

Autor: Botticelli

Papa desde el 12 de marzo del 254 al 2 de agosto del 257, sucesor de Lucio I, de origen romano, se encontró en el centro de tres grandes temas de discusión que turbaron no poco la comunidad de creyentes. Primero, el problema de los obispos españoles que durante las persecuciones habían abjurado y que los fieles habían expulsado de sus ciudades -Esteban, gracias también a las indicaciones de Cipriano, santo obispo de Cartago, los readmitió como penitentes en la Iglesia, pero los excluyó del obispado- ; después, el problema del cisma de Novaciano, que se extendía también fuera de Roma, acontecimiento que de todas formas pone en evidencia la centralidad de Roma y de su obispo en la Iglesia; y, por último, el tema de las relaciones entre el papa y los obispos. Aunque la primacía del obispo de Roma ya era clara, había que establecer hasta qué punto los otros obispos, herederos también ellos de la tradición apostólica, podían interferir en el mando de la Iglesia. Esteban adoptó una posición extremadamente defensiva de las prerrogativas del pontífice.

jueves, 24 de junio de 2021

LAS PAREDES DE LA CAPILLA SIXTINA -Los Papas 1 San Dionisio


La Galería de los Papas

Esta Galería recorre las paredes de la Capilla. Los Pontífices, 28 en total, están ubicados dentro de nichos pintados a los lados de las ventanas. En un principio, en la pared del altar también se había representado a varios Papas, pero fueron borrados cuando en 1536 Miguel Ángel pintó el Juicio final. Desaparecieron entonces las imágenes del primer papa Pedro, además de Simón y Cleto. En el centro estaba también una imagen de Cristo y, según parece, de San Pablo.

Las figuras fueron pintadas por los mismos pintores que había decorado las escenas situadas a sus pies: Pietro Perugino, Sandro Botticelli, Cosimo Roselli y Doménico Ghirlandaio. La intervención de ayudantes es evidente.

Todos ellos son Papas Mártires y significando en ellos a los grandes personajes defensores de la fe, aquellos que han representado a Cristo en tiempos difíciles y que han ofrecido hasta su propia vida en defensa del valor de los «Testamentos».

Se diferencian ligeramente entre ellos por la posición; por lo general se encuentran representados de figura entera, de tres cuartos con un libro o rollo, y también rezando o bendiciendo.


Papas de la Pared Norte

San Dionisio

Autor: Cosimo Rosselli

Como sucedió con Cornelio, también Dionisio fue elegido más de un año después de la muerte de Sixto II, pues las persecuciones eran tan violentas que los cristianos no podían reunirse para la elección del pontífice. Probablemente fue elegido el 22 de julio del 259. Bajo su pontificado todavía se continuaban debatiendo diversas posiciones sobre las tres Personas de la Trinidad, Dionisio envió una larga carta al obispo de Alejandría que tenía una posición distinta. En esta carta Dionisio no solo reafirma la unidad de la Trinidad en la diversidad de las personas, sino que afirma también que la autoridad del magisterio de la Iglesia se encuentra en Roma; el obispo de Alejandría le contestó para justificar y explicar su posición, pero no para oponerse al juicio de Roma. Dionisio murió en el 268.



LAS PAREDES DE LA CAPILLA SIXTINA 15 Disputa por el cuerpo de Moisés

 





Autor: Matteo da Lecce (El original por Signorelli)

La Disputa por el cuerpo de Moisés, es una historia apócrifa y muy oscura que se utilizó para igualar La Resurrección de Cristo, a su izquierda. Implicado en la leyenda sobre el conflicto producido por el cuerpo de Moisés entre ángeles y demonios, estaba el miedo de que pudiera transformárselo en un objeto de idolatría, aunque la correspondencia precisa entre esta escena y la vecina puede haber sido el tormento decretado por Cristo de los diablos en el Infierno. Los frescos del siglo XV se deterioraron bastante rápido y fueron reemplazados a fines del siglo XVI por frescos de calidad mediocre que a su vez se deterioraron también.

Así pues, el fresco, pintado por Signorelli, fue destruido y rehecho durante el papado de Gregorio XIII por el pintor manierista Matteo da Lecce. Es muy posible que haya conservado la composición básica del fresco del siglo XV, pero su estilo manierista tardío está dominado por la influencia de Miguel Ángel y en particular por la de su Juicio final, en la pared opuesta: los demonios de la Disputa por el cuerpo de Moisés están sacados de los desnudos de los condenados del mismo lugar.



Presumiblemente los personajes de arriba son ángeles y los de abajo son demonios.

 

miércoles, 23 de junio de 2021

LAS PAREDES DE LA CAPILLA SIXTINA 14 RESURRECCIÓN DE CRISTO Van den Broeck

 



“El primer día de la semana, va María Magdalena de madrugada al sepulcro, cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro. Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto». Salieron Pedro y el otro discípulo y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte…hasta entonces no había comprendido que, según las Escrituras, Jesús debía resucitar de entre los muertos.”(Jn 20, 1-9)

Aunque Juan no dice nada sobre los soldados, Lucas lo dice así: "De pronto se produjo un fuerte terremoto, pues un ángel del Señor, que había bajado del cielo, se acercó al sepulcro, removió la piedra que cerraba la entrada y se sentó sobre ella. 3 Resplandecía como un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve. 4 Los soldados que guardaban el sepulcro se echaron a temblar de miedo y se quedaron como muertos". En esto se basan los pintores para pintar ese momento.


Éste es el episodio que cierra el ciclo dedicado a la vida de Cristo y que da sentido a todo el resto: la Resurrección del Hijo de Dios, acontecimiento salvador para todo el género humano. Esta escena, prevista para el ciclo original del siglo XV, fue pintada por Ghirlandaio. Pero, en 1522, se cayó un arquitrabe que destruyó el fresco original; por este motivo, se le encargó al pintor flamenco manierista Van den Broeck rehacer la escena, dejándola tal y como la conocemos hoy.

La mayoría de los pintores han representado siempre esta escena como que Cristo estaba enterrado en un gran ataúd de mármol, pero nada más lejo de la verdad, pues se trataba de un habitáculo horadado en la piedra y cerrado con una gran losa de piedra que un hombre solo no podía mover. La otra parte imaginativa es que al salir del sepulcro tenía que irradiar una gran luz cosa absolutamente insólita pues no le interesaba llamar la atención, de hecho ni siquiera sus apóstoles le reconocieron cuando se presentó ante ellos.

lunes, 21 de junio de 2021

LAS PAREDES DE LA CAPILLA SIXTINA 13 La Última Cena (Rosselli)

 


La Última Cena es un fresco de Cosimo Rossell y colaboradores, incluido Biagio d'Antonio, realizado entre 1481 y 1482 y que forma parte de la decoración del registro medio de la Capilla Sixtina en el Vaticano.

En cuanto a las obras de Cosimo Rosselli, Vasari relata cómo sufrieron el sarcasmo de los otros maestros por su debilidad en el dibujo: él era, de hecho, el menos dotado entre esas fuertes personalidades artísticas. Rosselli, sin embargo, consciente de sus límites pero también inteligente, había acentuado el uso de colores fuertes y brillantes y de reflejos dorados que reverberaban sobre todo a la luz de las velas. Esto fue particularmente agradable para el Papa, quien, entendiendo poco de arte, evidentemente prefirió lo llamativo a lo bello, otorgándole una mayor recompensa material sobre el resto de artistas.

La escena es parte de las Historias de Jesús y, como otras del ciclo, muestra varios episodios a la vez. La inscripción en el friso dice: REPLICATIO LEGIS EVANGELICAE A CHRISTO (Repetición de la ley evangélica por Cristo). El cenáculo está situado en una exedra semicircular, donde se puede ver la mesa de herradura con Jesús en el centro y los apóstoles a los lados. Judas, como de costumbre, está representado al otro lado de la mesa de espaldas, una posición normalmente reservada para las figuras negativas, y la escena doméstica de pelea del perro y el gato acentúan más esta connotación negativa. La escena muestra el momento inmediatamente posterior al anuncio de Jesús de la traición de uno de los apóstoles, que genera algunas reacciones, en realidad muy contenidas y apenas expresivas, como tocarse el pecho para preguntarse si la traición es causada por ellos mismos.




El hecho de que la mesa se mantenga libre de toda vajilla y comida a excepción de un solo cáliz delante de Cristo indica la intención de alejar del espectador la idea de un banquete normal, mientras que en primer plano hay vajilla dorada y plateada, un pequeño bodegón derivado del ejemplo del arte flamenco, muy en boga en la Florencia de la época . A ambos lados de la escena hay dos pares de espectadores de la época, ricamente vestidos con sus ropas modernas. Frente a uno de ellos, a la izquierda, hay también un pequeño perro que se levanta sobre sus pequeñas patas como para pedir comida, este animal es retratado también en la pintura del Paso del Mar Rojo.




En las ventanas de la parte posterior hay representados tres episodios de la Pasión: la Oración en el jardín, la captura de Cristo y la Crucifixión. Se trata de escenas atribuidas por algunos a Biagio d'Antonio, y que más que en el paisaje, que en cualquier caso está integrado entre escena y escena, aparecen como pinturas en el cuadro. Unos años más tarde, Perugino retomó la idea en la Última Cena en Fuligno, eligiendo sin embargo una sola escena que se desarrolla a lo lejos, en el paisaje.




domingo, 20 de junio de 2021

LAS PAREDES DE LA CAPILLA SIXTINA 12 Entrega de las llaves a San Pedro (Perugino)

 



La Entrega de las llaves a San Pedro es un fresco de Pietro Perugino y ayudantes, realizada en 1481 - 1482 y forma parte de la decoración del registro mediano de la Capilla Sixtina en el Vaticano .

La escena de la Entrega de las llaves, la quinta en la pared norte a partir del altar, es de fundamental importancia en el tema abordado por el ciclo pictórico, porque subraya la transmisión del poder espiritual de Cristo a san Pedro, justificando la primacía en la que se basaba toda la autoridad papal. El fresco, que es también uno de los más famosos de la serie desde un punto de vista estrictamente estético, está confrontado en la pared opuesta con el Castigo de los rebeldes por Moisés de Botticelli, que aclara aún más el mensaje deseado por Sixto IV: por un lado muestra el fundamento del poder de los sucesores de Pedro, por otro lado muestra el castigo que se debe a cualquiera que se atreva a contradecirlo.



La escena está organizada en dos bandas horizontales: una con las figuras en primer plano y otra con el fondo arquitectónico, poblada por algunas figuras mucho más pequeñas. En primer plano Cristo entrega las llaves de oro y plata a San Pedro arrodillado, rodeado de otros apóstoles, entre ellos Judas (la quinta figura a la izquierda de Cristo), también se retratan personajes contemporáneos del artista que se han identificado como Alfonso de Calabria, el arquitecto Dolci, Baccio Pontelli, Andrea Bregno, Pinturicchio, Bartolomeo della Gatta y Alfonso II de Nápoles, entre los retratos localizamos un supuesto autorretrato de Perugino en el hombre vestido de negro que mira hacia el espectador del grupo de la derecha. ​En el fresco de Perugino está la inscripción CONTVRBATIO · IESV · CHRISTI · LEGISLATORIS, que puede traducirse como turbación de Jesucristo autor de la ley que aclara este significado de la transmisión de la ley divina y se justifica por las escenas que aparecen en segundo plano (episodio del tributo y el intento de lapidar a Jesús).


Esto se corresponde con el Evangelio de Juan capítulo 8 en que los judíos comienzan a apedrear a Jesús por decir que él nació antes que Abraham, como final de una larga charla sobre él mismo y el Padre, refiriéndose a Dios. En el lado izquierdo, la escena es cuando habla del tributo "dar al César lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios"

El fresco es célebre por el aparato escenográfico que amplía la escena principal, enmarcado por las líneas de perspectiva de un gran piso cuadrado de mármol de una plaza decorada con edificios monumentales. En el centro, sobre todo, hay un magnífico edificio central octogonal con una cúpula, símbolo de la universalidad del propio poder papal, así como una transposición ideal del Templo de Jerusalén: este tema fue reutilizado en el cuadro titulado los desposorios de la Virgen con la variante aún más escénica de la puerta central que permite ver el paisaje. Esta sorprendente visión arquitectónica, tan expresiva de los ideales de la perfección clásica del Renacimiento, fue adoptada por los alumnos de Perugino, como Pinturicchio en la Capilla Bufalini y sobre todo Rafael en su famoso los desposorios de la Virgen actualmente en la Pinacoteca de Brera​, hasta el punto de influir también en una verdadera reproducción arquitectónica en el Templete de San Pietro in Montorio de Bramante.



A ambos lados de la plaza hay dos copias del arco de Constantino, con una inscripción latina se rinde tributo al Papa Sixto IV por haber encargado la construcción de la capilla Sixtina. De hecho, el papa se compara con Salomón. Una observación detenida de la organización espacial de la composición muestra errores, intencionados o no, de proporciones entre las figuras de primer plano y las del fondo. Esto es especialmente evidente en la misma escala entre las figuras de la banda media (que representan los dos episodios de la vida de Cristo del pago del tributo y la lapidación de Cristo) y los personajes de los edificios, que deberían ser aún más pequeños a juzgar por los paneles del suelo que los separan.

Mirando la comitiva de figuras en primer plano, se observa cómo las diversas actitudes se repiten rítmicamente para crear un recorrido variado pero ordenado, que puede definirse como "musical". El pesado ropaje de algunas figuras imita el estilo de Verrocchio. La elegante figura de Juan el Apóstol en particular, el primero a la derecha de Pedro, parece una referencia al Cristo de bronce en la Incredulidad de Santo Tomás de Verrocchio en la iglesia de Orsanmichele.

El paisaje que cierra el fondo es típico del artista, con las suaves colinas, salpicadas de esbeltos árboles, que se desvanecen en la distancia hacia el horizonte, dando esa sensación de distancia infinita gracias a la precisa representación atmosférica que da la perspectiva aérea y con una fina capa transparente de témpera que suaviza las formas combinando tonos fríos y cálidos hasta conseguir una tenue luminosidad.