miércoles, 17 de febrero de 2021

LA CAPILLA SIXTINA 34 (Profeta Joel)

 







Joel era un profeta en el reino de Judá, el reino del sur. Fue contemporáneo de Isaías, Oseas y Amós. Fue uno de los hombres que más visión de futuro tuvo de entre todos los que nos han dejado sus escritos. Vio mucho más allá de nuestros tiempos hasta las etapas finales de la intervención de Dios en los acontecimientos humanos y esto es algo que enlaza con los grandes sucesos dramáticos de su propia época.

En el fresco se puede ver al profeta leyendo con rostro serio un pergamino. El niño de la izquierda tiene un libro en las manos, aunque parece más interesado en lo que está leyendo el profeta. El niño de la derecha con un libro bajo el brazo parece estar acusando al otro por su actitud. El pie derecho queda al aire mostrando que tiene seis dedos.

LA CAPILLA SIXTINA 33 (Sibila Eritrea)

 



La sibila Eritrea era una sacerdotisa profética relacionada con la ciudad de Eritras, en Jonia. Fue ella la que predijo que Troya sería destruida.

La sibila Eritrea encarna el mandamiento No darás falsos testimonios ni mentiras. En el fresco vemos a un niño calentádole la cabeza a la sibila y otro lamentándose al lado. Con su mano derecha, la sibila hace gancho con sus dedos y se cruza de piernas. La Biblia muestra una “U” mayúscula y entreabierta en dos partes más. Michelangelo quería representar con este fresco que no debes dejar que te llenen la cabeza con falsos testimonios ni mentiras que luego lamentarás, porque te irán enseñando a hacer gancho con los dedos y a cruzarte de piernas haciéndote creer que con esta acción evitas el castigo que te mereces por levantar falsos testimonios y mentir.

LA CAPILLA SIXTINA 32 (Profeta Ezequiel)



(Ezequiel 1,2)

El año treinta, el cinco del cuarto mes,... se abrió el cielo y contemplé visiones divinas (Ezequiel 1,1)... Yo miré; vi un viento huracanado que venía del norte, una gran nube con fuego fulgurante y resplandores en torno, y en el medio como el fulgor del electro, en medio del fuego. Había en el centro como una forma de cuatro seres cuyo aspecto era el siguiente: tenían forma humana. Tenían cada uno cuatro caras, y cuatro alas cada uno (Ezequiel 1, 4-6)... Por encima de la bóveda que estaba sobre sus cabezas, había algo como una piedra de zafiro en forma de trono, por encima, en lo más alto, una figura de apariencia humana (Ezequiel 1,26)... Vi algo como fuego que producía un resplandor en torno, con el aspecto del arco iris que aparece en las nubes los días de lluvia. Era algo como la forma de la gloria de Yahveh. A su vista, caí rostro en tierra y oí una voz que hablaba. Me dijo: "Hijo del hombre, ponte en pie, que voy a hablarte." El espíritu entró en mí como se me había dicho y me hizo tenerme en pie; y oí al que me hablaba. (Ezequiel 1, 27-28; 2,1)

Ezequiel está representado como un viejo en un abatido coloquio con un joven a su izquierda. Fue el primer profeta de Israel en desenvolverse fuera de su tierra: en efecto, fue deportado en exilio a Babilonia (alrededor de 593 a. C.), en donde trató de amonestar a los Judíos frente a su responsabilidad moral por la deportación en Mesopotamia y por la destrucción de Jerusalén, causada por la infidelidad a la alianza con Dios. El libro de las profecías de Ezequiel se puede dividir en tres secciones: la primera incluye la denuncia de los pecados del pueblo elegido que conllevarán al inevitable castigo de Dios, que culmina con la derrota de Jerusalén (Ezequiel, caps. 1-24). La segunda se refiere al anuncio de la ruina de los pueblos idólatras (caps. 25-32), mientras que en los últimos capítulos (33-48) Dios confía al profeta la tarea de llamar al pueblo hebreo a la conversión de sus pecados (
33, 10-20) y de anunciar su futuro con la visión de una nueva Jerusalén, la fundación de un nuevo culto y de una nueva tierra dirigida por un nuevo pastor, es decir, David.

 


 

Ezequiel era de linaje sacerdotal y fue llevado cautivo a Babilonia junto con el rey Jeconías de Judá e internado en Tel-Abib a orillas del río Cobar. Cinco años después, a los treinta de su edad, Dios lo llamó al cargo de profeta, que ejerció entre los desterrados durante 22 años. La misión del Profeta Ezequiel consistió principalmente en combatir la idolatría, la corrupción por las malas costumbres, y las ideas erróneas acerca del pronto regreso a Jerusalén.

En el fresco, un ángel señala con el dedo hacia arriba mientras se sujeta el brazo derecho con la mano izquierda. A espaldas del profeta el rostro de un niño muestra sorpresa mientras Ezequiel sujeta un rollo de papel escrito con la mano izquierda. La mano derecha la mantiene abierta mientras mira al ángel inquisitivo. Destacamos su capa, que parece estar movida por el viento.

LA CAPILLA SIXTINA 31(Sibila de Persia)

 



La sibila Pérsica era una sacerdotisa profética que presidía el Oráculo de Apolo.

La sibila Pérsica encarna el madamiento Honrarás a tu padre y a tu madre. Los niños plenamente vestidos con sus manos cruzadas en el pecho en expresión de respeto mientras la sibila sostiene en sus manos un libro muy cerca de su rostro con marcada falta de visión y perspectiva. Sobre su espalda lleva un manto espeso y grueso; sobre sus hombros, cadera y pie se encuentran figuras fantasmales; sobre su rodilla derecha se aprecia el perfil de un anciano enfermo. Su lugar es muy reducido e incómodo. Lo que Michelangelo quería representar era que pienses y veles por tus padres, aliviándoles del peso de sus años y de los fantasmas de la vejez dándoles comodidad y cuidándolos siempre, más aún cuando lo necesiten.

martes, 16 de febrero de 2021

LA CAPILLA SIXTINA 30 (Profeta Jeremías)

 





Jeremías fue una persona que Jehová Dios le hizo su profeta. Dijo a los israelitas que dejasen de hacer cosas malas porque la furia de Dios les castigará y durante su vida luchó contra las malas acciones de las personas.

En el fresco vemos a una mujer con una capa roja y pelo oscuro con mirada desafiante en el fondo. Al lado, una mujer con vestido verde y pelo rubio que desvía la mirada con timidez. La expresión del profeta es de reflexión y preocupación. En la mano izquierda parcialmente tapada por la ropa parece que esconde un gesto ofensivo.

lunes, 15 de febrero de 2021

LA CAPILLA SIXTINA 29 (Profeta Jonás)

 



El profeta Jonás fue un siervo de Dios diferente de los demás. Fue llamado para efectuar una misión muy semejante a la de otros profetas: llamar al arrepentimiento a un pueblo que estaba madurando en la maldad. A diferencia de los demás, sin embargo, Jonás respondió a Dios intentando huir de su asignación de profeta.

En la escena podemos ver cómo el profeta va a ser devorado po un pez de descomunal tamaño. Su rostro y postura casi yacente muestran el pánico por el que está pasando. Junto al pez, la figura de dos niños: uno de ellos impasible por la escena y el otro con rostro horrorizado y gesto en la mano como intentando frenar el ataque.

 

 

LA CAPILLA SIXTINA 28 (Sibila Líbica)

 

La sibila es sorprendida mientras coge o coloca el libro detrás de ella, realizando un movimiento de rotación del cuerpo. Dicho gesto, asociado al hecho de que se trata de la última de las Videntes dirigidas hacia el altar, ha sido interpretado por una parte de la crítica como si guardase el libro con las profecías frente a la venida del Mesías.



La sibila Líbica era la sacerdotisa profética que presidía el oráculo de Zeus Amón (Zeus representado con los cuernos de Amón) en el oasis de Siwa, en el desierto de Libia. Predijo la llegada del día en el que todo lo que está oculto será revelado.

La sibila Líbica encarna el mandamiento No tomarás el nombre de Dios en vano. En el fresco, la sibila sujeta un libro que es la Biblia, expresándola Michelangelo como el nombre de Dios. Su cabeza cubierta está rodeada de figuras semiocultas que la desplazan de su base. Su manto está girado, su ropa interior desordenada de la cual sale una cinta quedando atrapada a la base. Los niños comentan sobre la acción de la sibila y uno de ellos está envuelto en un manto blanco. Lo que Michelangelo quiere representar en esta escena es que no debes dejar que te llenen la cabeza con falsos Dioses e imágenes ni que ellos te rodeen, porque seguirán apoderándose de ti y desestabilizarán de tu base espiritual. Te irán desordenando tu interior y a ellos quedarás atrapado quedando envuelto en su manto si tomas el nombre de Dios en vano.

 


LA CAPILLA SIXTINA 27 (Profeta Daniel)

 





Daniel fue un profeta cautivo del rey Nabucodonosor de Babilonia. Cuando el rey amenazó con destruir a todos los hombres sabios si no le decían cuál había sido su sueño y cuál era la interpretación, Daniel y sus amigos pidieron un momento para poder ir delante de Dios en oración, pidiéndole que les revelara la información y Dios respondió a su oración.

El profeta Daniel encarna el mandamiento Santificarás las fiestas. El manto del profeta cubre a un demonio que está sobre sus espaldas. Con su brazo izquierdo se apoya sobre la Biblia. Un niño se encamina llevando sobre su espalda el libro. El profeta escribe sobre una tabla que está apoyada en una sólida base de cuya base pende un instrumento y un rollo, que representan los mandamientos. Lo que Michelangelo quiere representar en esta escena es que para que no te envuelvan en el manto de los demonios y las tentaciones, debes apoyarte en la Biblia, que es el camino a la luz recordando los días festivos guardando los mandamientos.

domingo, 14 de febrero de 2021

LA CAPILLA SIXTINA 26 (Sibila de Cumana)

  


 La sibila Cumana tenía una madre que era una ninfa. Tenía el don de la profecía y dictaba sus predicciones en verso. Se la conocía como Sibila de Cumas porque pasó la mayor parte de su vida en esta ciudad situada en la costa de Campania (Italia). En la antigüedad se la consideró como la más importante de las diez sibilas conocidas.

La sibila Cumana encarna el mandamiento No matarás. La sibila tiene una máscara sobre su cabeza en representación sobre la muerte.  De su libro pende un bolso con escritos y un cuchillo. El libro que lee está apoyado sobre un muerto mientras que los dos niños se aferran a la Biblia y su mirada van a los senos de la sibila. Lo que Michelangelo quería representar es que no dejes que te llenen la cabeza de maldad y muerte ni te metan los demonios bajo el brazo, porque te irán dando vueltas convirtiéndote en una bestia y como a ella, te harán portador de los símbolos del mal haciéndote leer libros que se apoyan sobre la muerte