martes, 16 de marzo de 2021

EL JUICIO FINAL 13 El estilo de Miguel Ángel

 



El estilo y rasgo más notable de Miguel Ángel y al cual dio nombre el Papa Julio II fue la “terribilitá”. Esto hace referencia a la fuerte expresividad de sus obras, reflejo del propio carácter del artista.








Era un hombre violento, de temperamento enfermizo, fácilmente irritable y muy terco. Su corpus artístico tiene la influencia del ideal de belleza de la Grecia clásica puesto que tuvo acceso a las grandes colecciones de la antigüedad gracias a su relación con los Medicis.




Sus obras caen en la constante, obsesiva y exhaustiva representación de la anatomía humana. El volumen, la masa y lo corpóreo fueron siempre su principal preocupación. Su natural inclinación por la materia y la fisicidad de las formas fue determinante en su estilo.







En esta obra Miguel Ángel logró incorporar una cantidad considerable de ideas atrevidas para la época . Encontró la manera, de incluir a su amante masculino, su respeto hacia los judíos, su indignación por la corrupción y la inmoralidad de la Iglesia.

Incluyó técnicas pictóricas experimentales y, también, su fe neoprotestante clandestina y subversiva. Mientras Miguel Ángel estaba creando esta obra de arte para la Iglesia, había abandonado la fe católica y suscrito personalmente una creencia distinta.




Miguel Ángel logró con éxito abrumar al espectador con tanto color y tantas imágenes que pocos observadores logran apreciar el atrevimiento que la obra contiene.




Luego de la muerte de Miguel Ángel, con la decisión del Concilio de Trento, se ordenó tapar los genitales de los personajes por considerarlos irrespetuosos. Se le encargó al artista Daniela da Volterra cubrir todos los genitales con túnicas y calzones.




En Nápoles existe una copia de El Juicio Final con el aspecto que tenía antes de la censura. La copia, una pintura al óleo, fue realizada en 1549 por un amigo de confianza de Miguel Ángel, Marcello Venusti y bajo la dirección personal del artista.



EL JUICIO FINAL 12 Los condenados

 


Conduce a los condenados al infierno donde son recibidos por Minos, un rey legendario según la mitología griega, cuyo cuerpo en la pintura se encuentra envuelto entre serpientes. Esta parte hace una referencia clara al infierno de la Divina Comedia de Dante.



En el centro, sobre Caronte, hay un grupo de ángeles en las nubes, siete de los cuales están tocando trompetas, según la referencia del libro de Apocalipsis, y otros tienen libros que registran los nombres de los Salvados y los Malditos.




A la derecha del detalle anterior hay una figura más grande de un alma que acaba de darse cuenta que está condenado y parece paralizado por el horror, dos demonios lo empujan hacia abajo.




La genialidad de Miguel Ángel en esta obra radica en la capacidad que tiene para transmitir toda la fuerza del terror en el momento supremo, cuando el destino llega rápidamente y no queda tiempo ni oportunidad para corregir errores.




Este instante termina teniendo una connotación universal, simbolizando el momento en que la vida termina y no queda esperanza alguna. Toda la pintura está dominada por la figura humana con los cuerpos representados con gran expresividad y poder.



EL JUICIO FINAL 11 Inseguridad de los santos y los resucitados

 Esto se interpreta como los santos que pedían la condenación de aquellos que no habían servido a la causa de Cristo, sin embargo sus expresiones reflejan que ni ellos mismos están seguros de su propio destino e intentan en el último momento recordarle a Cristo sufrimiento.





En el centro de la sección inferior están Los Ángeles del Apocalipsis, quienes despiertan a los muertos con el sonido de trompetas. A la izquierda los resucitados recuperan sus cuerpos mientras ascienden hacia el cielo.




A la derecha ángeles y demonios pelean por hacer que los condenados caigan al infierno. Debajo de este detalle esta la representación del Infierno en un contexto del cielo rojo en llamas. Caronte, quien en la mitología griega era el barquero de Hades