El estilo y rasgo más notable de Miguel Ángel y al cual dio nombre el Papa Julio II fue la “terribilitá”. Esto hace referencia a la fuerte expresividad de sus obras, reflejo del propio carácter del artista.
Sus obras caen en la constante, obsesiva y exhaustiva representación de la anatomía humana. El volumen, la masa y lo corpóreo fueron siempre su principal preocupación. Su natural inclinación por la materia y la fisicidad de las formas fue determinante en su estilo.
En esta obra Miguel Ángel logró incorporar una cantidad considerable de ideas atrevidas para la época . Encontró la manera, de incluir a su amante masculino, su respeto hacia los judíos, su indignación por la corrupción y la inmoralidad de la Iglesia.
Incluyó técnicas pictóricas experimentales y, también, su fe neoprotestante clandestina y subversiva. Mientras Miguel Ángel estaba creando esta obra de arte para la Iglesia, había abandonado la fe católica y suscrito personalmente una creencia distinta.
Miguel Ángel logró con éxito abrumar al espectador con tanto color y tantas imágenes que pocos observadores logran apreciar el atrevimiento que la obra contiene.
Luego de la muerte de Miguel Ángel, con la decisión del Concilio de Trento, se ordenó tapar los genitales de los personajes por considerarlos irrespetuosos. Se le encargó al artista Daniela da Volterra cubrir todos los genitales con túnicas y calzones.
En Nápoles existe una copia de El Juicio Final con el aspecto que tenía antes de la censura. La copia, una pintura al óleo, fue realizada en 1549 por un amigo de confianza de Miguel Ángel, Marcello Venusti y bajo la dirección personal del artista.