Comencé a estudiar hipnotismo con 15 años de edad, mediante un hermoso libro que aparte de un poco de historia y las explicaciones pertinentes del tema era un auténtico curso mediante una serie de ejercicios perfectamente descritos y progresivos que me permitieron afianzarme en el control de las diferentes etapas que me desarrollarían, finalmente, la capacidad de hipnotizar a cualquiera, provocándoles un profundo sueño.
Con la ayuda de mi hermana, años más tarde pude experimentar una serie de ejercicios previos de pura sugestión antes de llegar a hipnotizar propiamente dicho.
Mi método combinaba sugestión y fascinación lo que quiere decir combinar la palabra con la mirada fija a los ojos del sujeto.
Cuando ya tenía 20 años fue cuando me decidí a dormir mi primer sujeto que fue uno de mis amigos. A partir de aquí, cuando nos reuníamos en ciertos lugares hacía una sesión de hipnosis durmiendo a alguna persona, incluso en algún restaurante cuando teníamos alguna comida de empresa con los compañeros.
Años más tarde formé un grupo de investigación con ingenieros y físicos, experimentando con personas que se prestaban a los experimentos. Las líneas de investigación eran la búsqueda de facultades paranormales latentes en los sujetos y la otra era las regresiones. A veces había personas que me pedían ayuda para quitarse ciertos hábitos como ciertas comidas y bebidas, dejar el tabaco o incluso eliminar la tendencia al suicidio.
El procedimiento consiste en acaparar la atención del sujeto mediante la mirada y simultáneamente mediante la palabra, se le sugestiona para que sienta lo que se le sugiere. Después de una serie de sugestiones se le induce al sueño y una vez dormido profundamente es cuando comenzamos a trabajar buscando el experimento propiamente dicho.
La hipnosis es un estado mental o un grupo de actitudes generadas a través de una disciplina llamada hipnotismo. Usualmente, se compone de una serie de instrucciones y sugestiones preliminares. Dichas sugestiones pueden ser generadas por un hipnotizador o pueden ser autoinducidas (autosugestión). El uso de la hipnosis con fines terapéuticos se conoce como hipnoterapia.
La hipnosis tiene aplicación en los campos de la salud, tanto en la psicología como en la medicina.
La hipnosis en sí no es una terapia, pero es efectivamente usada como adjunto a éstas. Desde el psicoanálisis fue un método curativo consistente en la búsqueda de traumas psíquicos de los pacientes bajo estado hipnótico inducido. Es a través de sugestiones, que el terapeuta pide al paciente que abandone sus síntomas o hábitos.
Al usar la hipnosis, una persona (el sujeto) es guiada por otra (el hipnotizador) para responder a sugestiones por cambios en experiencia subjetiva, alteraciones en la percepción, sensación, emoción, pensamiento, o comportamiento. Las personas también pueden aprender auto-hipnosis la cual es el acto de administrarse procedimientos hipnóticos uno mismo. Si el sujeto responde a sugestiones hipnóticas, generalmente infiere en que se ha inducido hipnosis. Muchos creen que las respuestas a la hipnosis y a las experiencias son características de un estado hipnótico. Mientras que algunos creen que no es necesario usar la palabra hipnosis como parte de una inducción hipnótica, otros lo ven como esencial.
Dave Elman define la hipnosis como un estado mental en cual la facultad crítica de la mente humana es puenteada y se establece un pensamiento selectivo. La facultad crítica de su mente es esa parte que traspasa el enjuiciamiento. Dicha parte distingue entre conceptos como, caliente y frío, amargo o dulce, grande y pequeño o claro y oscuro. Al plantear esta facultad mental de tal modo que no pueda distinguir entre dichos conceptos, es posible substituir el pensamiento selectivo por la construcción de enjuiciamiento convencional.
Aunque ya existen precedentes históricos del uso de técnicas similares a la hipnosis empleada por los egipcios en los llamados Templos del Sueño, no sería hasta mediados del siglo XVIII cuando se inicia el primer estudio sistemático de lo que suponía un estado psico-fisiológico especial que más tarde se conocería con el término de hipnosis. Franz Anton Mesmer, (1734-1815) doctorado en Medicina y Filosofía a sus 35 años en Viena, escribió su tesis doctoral titulada De planetarium Influxu, influenciada por las teorías de Paracelso sobre la interrelación entre los cuerpos celestes y el ser humano. Mesmer formuló la teoría del magnetismo animal que nos venía a decir que todo ser vivo irradia un tipo de energía similar o parecido al magnetismo físico de otros cuerpos y que puede transmitirse de unos seres a otros, llegando a tener una aplicación terapéutica. El médico austríaco se instaló en París y con el paso del tiempo, fue tan grande su influencia y tan extendida su fama, que se convirtió en el médico tanto de los pobres y desheredados como de los ricos y poderosos, incluso del mismísimo rey de Francia. El asunto llegaría hasta la Academia de Medicina de Francia, que determinó que no existía ningún tipo de influencia o energía magnética en las curaciones mesméricas. ¿Qué era lo que realmente producía la curación?
Serían los discípulos de Mesmer y posteriores investigadores quienes determinarían que las «milagrosas» curaciones en los trances hipnóticos, llamados sueños magnéticos o mesmerismo hasta aquel entonces, se producían por una condición llamada sugestión. Un cirujano escocés llamado James Braid, (1795-1860) fue el primero en acuñar el término «hipnosis», enunciando una de las formas que lo explicaban: «la fijación sostenida de la mirada paraliza los centros nerviosos de los ojos y sus dependencias que, alterando el equilibrio del sistema nervioso, produce el fenómeno».
Gracias a los datos recogidos por la electroencefalografía, los cuatro mayores esquemas de la frecuencia de los impulsos eléctricos que dispara el cerebro han sido identificados. El estado beta (alerta, trabajando) se define en 14-32 ciclos por segundo, el estado alfa (relajado, reflexionando) en 7-14 ciclos, el estado theta (somnoliento) en 4-7 ciclos y el estado delta (durmiendo, soñando, sueño profundo) en aproximadamente 3-5 ciclos por segundo.
Una definición fisiológica de hipnosis contrasta que el nivel necesario de onda cerebral para trabajar en temas como cambios de conducta y sentimientos, mejora en el deporte, etc., es el estado Alpha. Dicho estado esta comúnmente asociado con el cierre de los ojos, la relajación y el ensoñamiento diurno.
Otra definición fisiológica afirma que el estado theta se requiere para un cambio terapéutico. El estado theta está asociado con la hipnosis para la cirugía, la hipnoanestesia y la hipnoanalgesia. Debería tenerse en cuenta que la hipnoanalgesia de la piel es un test común para el sonambulismo. La catalepsia de los brazos y el cuerpo es una de las pocas pruebas realizadas para determinar la preparación para estas aplicaciones quirúrgicas. De todos modos es importante reflejar el hecho de que ambas catalepsias pueden ser inducidas en sujetos normales no hipnotizados.
Joe Griffin, basado en la investigación sobre su sueño, define la hipnosis como cualquier medio artificial de acceder al estado REM.
El sueño REM (rapid eye movements-movimientos rápidos del ojo) es una de las fases del sueño humano que se caracteriza por la pérdida de tono muscular corporal y por la presencia de movimientos oculares rápidos.
Todos los fenómenos hipnóticos, incluida la amnesia, levitación de los brazos, ilusiones corporales, respuestas ideomotoras, catalepsia, analgesia, anestesia, regresión, son regresiones poshipnóticas, distorsión del tiempo, disociación y alucinación son propiedades del estado REM, que él identifica como el estado de programación natural del cerebro, y claramente por la condición sexual de los aspectos cognitivos.
En mi opinión en todo proceso hipnótico hay tres fases: 1. Comienzan las sugestiones sobre el sujeto para inducirle al estado REM donde siendo perfectamente consciente se deja llevar por el hipnotizador. 2. Aquí pasamos del estado REM al sueño profundo provocando el estado catatónico-cataléptico que es la mayor profundidad del trance. 3. Llegados a este estado es cuando podemos comenzar a realizar preguntas y experimentos que nos permitan comprobar si posee facultades paranormales latentes como telepatía, telequinesia, visión a distancia, premonición, visión hacia el pasado y al futuro, etc. así como experimentar en el campo de las regresiones.
Otros dividen este proceso en 5 fases: Vigilia, Encantamiento, Letargia, Sonambulismo y estado Catatónico-Cataléptico , en este orden. La vigilia es realmente el estado anterior al sueño hipnótico. El encantamiento es el umbral del sueño, es el momento en que sentir el sueño es algo muy placentero. La letargia, es el estado en que la profundidad del sueño hace de nuestros movimientos una especie de flojera o cansancio. El sonambulismo es el momento en que las órdenes hipnóticas, se viven... como si fuera una realidad. Se puede hablar, caminar, correr, en suma el cuerpo toma una agilidad muy similar a estar despierto. Finalmente, el estado catatónico-cataléptico, que es el momento en que se logra la mayor profundidad del trance. En este estado, se puede operar a un paciente sin anestesia, el cuerpo puede lograr una absoluta rigidez, hasta el extremo de poder acostar al sujeto de experiencias entre dos sillas, apoyando la nuca en un respaldo y los talones en el otro.
Actualmente una teoría más popular se basa en que la atención del sujeto está estrechada por ciertas técnicas usadas por el hipnotizador. Como la atención del sujeto se estrecha, las palabras del hipnotizador eventualmente se sobreimponen a la voz interior del sujeto. De esta teoría venía la implicación de que solamente las mentes débiles o crédulas son sugestionables, lo cual es falso totalmente pues al contrario, es necesario que el sujeto tenga un mínimo de imaginación.
Sigmund Freud, fundador del psicoanálisis, estudió hipnotismo en la Escuela de París y visitó brevemente la Escuela de Nancy. En sus inicios, Freud fue un entusiasta defensor de la hipnoterapia.