La fe (del latín fides) es la seguridad o confianza en una persona, cosa, deidad, opinión, doctrinas o enseñanzas de una religión y, como tal, se manifiesta por encima de la necesidad de poseer evidencias que demuestren la verdad. También puede definirse como la creencia que no está sustentada en pruebas, además de la seguridad, producto en algún grado de una promesa.
En religión se define la fe como una creencia y esperanza personal en la
existencia de un ser superior (un dios o varios dioses) que conlleva el
seguimiento de un conjunto de principios religiosos, de normas de
comportamiento social e individual y una determinada actitud vital, puesto que
la persona considera esa creencia como un aspecto importante o esencial de la
vida. Lo que se llama "tener fe".
También es una virtud teologal del cristianismo que consiste
en creer en la palabra de Dios y en la doctrina de la Iglesia. Las virtudes
teologales son tres: fe, esperanza y caridad.
Dicho sea de otra manera “fe es creer en algo que ni se ve
ni se entiende” pero que te lo cuenta alguien en nombre de un dios y tienes el deber de creértelo y si no lo
crees se considera como una desgracia pues quienes creen tienen la gracia
divina.
Sabéis perfectamente que yo respeto las creencias de todo el
mundo, sean las que sean, pero haciendo uso de mi libertad de expresión,
permitidme que os diga lo que pienso de todo esto. No interpretéis lo que digo
como un ataque a vuestras creencias, sino simplemente como una expresión de mi
pensamiento. Evidentemente sois libres de leer o no lo que escribo, de creerlo o
no, de estar de acuerdo o no y de responderme lo que consideréis oportuno. Yo
simplemente expreso mis ideas respecto a este tema pero tengo claro que sois
absolutamente libres de creer en lo que queráis, ese es vuestro derecho.
La fe, que nos parece fundamental en el catolicismo y se ve
como algo negativo no tener fe, es lo mismo que les sucede a los que siguen al
Islam, ellos tienen fe en las enseñanzas recibidas, tienen fe absoluta en El
Corán y en las interpretaciones que les transmiten sus predicadores,
exactamente lo mismo que sucede en el judaismo, budismo, protestantismo y en cualquier
otra religión.
¿Cuál es el problema de la fe? Que si lo predicadores se
desvían de las enseñanzas originales y quieren inducir a los fieles a seguir un
nuevo camino que le permita alcanzar unos objetivos personales, diferentes de
los previstos en forma general y equilibrada, llevará a sus seguidores a
realizar lo que él quiera, incluso barbaridades, tal como sucedió en el catolicismo
con las Cruzadas y la Inquisición, y tal como sucede ahora con la Yihad del
Islam.
¿Cómo se puede entender que aquellos que ponen en el nivel
máximo los pecados de la carne sean los que luego abusan de nuestros hijos y
nietos? ¿Dios solo nos castiga a nosotros?
Pues ellos no parecen temerle, ¿o es que todo lo que predican es
mentira? Ya sé que son una minoría, pero ni siquiera los Papas castigaron a
esta gentuza y entre ellos había hasta obispos y cardenales. Para mi tan ladrón
es el que roba como el que sujeta el saco. ¿No deberían haber sido expulsados
de la Iglesia? No tengo nada en contra
de que rompan el celibato y cohabiten con mujeres, si ella está de acuerdo,
pero abusar de los niños clama al cielo.
Cuando los fieles pasan a ser fanáticos cometen los máximos
desmanes en nombre de su dios. Por eso es bueno cuestionarse todo, lo diga
quien lo diga, lo escriba quien lo escriba. Una persona puede ser una eminencia
en una materia determinada e incluso en varias pero eso no indica que todo lo
que diga sea palabra santa o que debemos creerle todo lo que diga como verdad
absoluta, pues puede estar equivocado o bien estar adoctrinando para conseguir
sus fines personales.
La fe en uno mismo si que es importante, pues si no creemos
en nosotros nunca llegaremos a parte alguna, pero es importante que también nos
cuestionemos en cuanto a lo que sabemos y creemos, por si estamos en un error y
conviene cambiarlo.
No podemos creernos a
pies juntillas absolutamente nada sin preguntarnos si eso que creemos es verdad
o si eso es posible, para lo cual está la ciencia, la lógica y el sentido
común.
Las religiones se transmiten de padres a hijos y una vez
tenemos la mínima capacidad de comprensión están los sacerdotes, predicadores,
imanes…que se encargan de llenar nuestra cabeza de sus principios y dogmas. De
esta manera, cuando somos mayores y tenemos capacidad de pensar por nosotros
mismos, es muy difícil romper con ello y
ver con claridad, pues eso está grabado a fuego en nuestra mente.
Este mismo método de mentalización/programación es el que
usó ETA en las ikastolas, inculcando en los niños el odio a los españoles y
luego reclutando a los jóvenes adoctrinados para que asesinaran. Exactamente el
mismo método que utilizan los independentistas catalanes en las escuelas, para que
luego los jóvenes y no tan jóvenes, presionen a todos aquellos que no piensan
como ellos, bien sea cortando carreteras, quemando banderas españolas, haciendo
pintadas en las casas de otros, amedrantando a los demás, manifestándose con
miles de banderas… tal como todos sabemos, tal como hicieron los nazis con las
Juventudes Hitlerianas. Todo consiste en implantar un programa en el cerebro de
los niños y los no tan niños, para que respondan en la línea deseada. Como todo
en este mundo, las herramientas de que disponemos se pueden utilizar para el
bien o para el mal, para el beneficio de unos o de otros.
Las religiones y la escuela nos inculcan que solo nuestra
religión es la verdadera, las demás son falsas. Otra de las máximas es obedecer
y respetar a las autoridades, especialmente a los clérigos. Nos dicen que el
Papa es infalible. También nos inculcan no dudar de Dios pues eso es una ofensa
muy grave a Él y luego está el castigo, el infierno, etc. Como se ve llenan
nuestras cabezas de coacciones para que en ningún momento nos cuestionemos nada
de lo que concierne a la religión o ideología, y si lo hacemos que nos sintamos
mal; de esta manera perdemos nuestra libertad de pensamiento que es la
principal libertad de la que podemos gozar.
No sé si os habéis preguntado que de nacer en la India seríamos
budistas o confucionistas, de nacer en países árabes seríamos islamistas, si en
la Alemania actual protestantes, es decir, la religión que profesamos es la que
nos han inculcado al nacer y fundamentalmente solo depende de eso, del ambiente
en el cual naces y te desarrollas.
Si analizamos de manera lógica algunas de las máximas del
catolicismo nos encontramos con unas incongruencias de difícil explicación. ¿Cómo
puede haber un dios que me crea con mis virtudes y mis defectos, es decir me
crea imperfecto y luego me hace responsable de todo exigiéndome que sea
perfecto, me culpa de mi imperfección y por ello me castiga? Es como si yo
fabrico un robot con errores en el diseño, aspectos que se me han escapado a la
hora de fabricarlo, y luego culpo al robot de los errores que comete y de los
daños que cause ¿No seré yo el responsable de lo que haga el robot? Lo lógico
es que yo asuma mis errores y los corrija para la siguiente fabricación y no
que culpe al propio robot y le castigue o lo destruya.
Y luego viene la otra barbaridad, por culpa de mis padres
primigenios ese dios me somete a un
control brutal y para satisfacer el
deseo de venganza de ese dios, por el pecado de mis padres originarios, para limpiar
esa presunta mancha, ese dios me envía a su hijo al que sacrifica hasta su
muerte para redimirme de una falta que yo no he cometido. ¿Cómo se puede entender esto? ¿No decimos que
Dios es inteligente, bueno, lleno de amor, justo...? Y luego los curas me
quieren convencer de que el Hijo de Dios vino al mundo por mis faltas o errores
cometidos. ¿No será que si consiguen que yo me sienta culpable seré más
manipulable y así les obedeceré ciegamente?
¿Por qué ese afán, de los que se consideran élite, de
dominar al resto de la humanidad y obligarles a hacer y comportarse como ellos
quieren? Ya somos sus esclavos a través del trabajo ¿no es suficiente?
Pensemos con un poco de sentido común: Yo estoy enfadado con
una persona por que su padre cometió un error grave respecto a mí, me
desobedeció, y entonces tengo mis cuitas con él por lo que hizo su padre. Aún a
pesar de ello no me siento resarcido por las reglas que le impongo a esa
persona y mi irascibilidad es tal que decido enviar a mi único hijo a convivir
con esa persona a la que tengo coaccionada para que la convenza de como ha de
vivir y hago que asesine a mi hijo para así sentirme resarcido del pecado,
falta o error que cometió su padre para conmigo. ¿Dónde está el sentido de todo
esto? ¿Qué dios es este que posee un rencor infinito y que comete tales
desmanes sin el más mínimo sentido? ¿O se trata de amargarme la vida haciéndome
sentir culpable de algo que hicieron otros hace 2000 años y que pretenden
hacerme responsable a mi como del error de Adán y Eva? ¿Todo esto es realmente
lo que ha ordenado ese presunto dios cristiano o es el invento de los clérigos
para manipularme y controlarme?
Yo no puedo concebir un dios así, por tanto mi conclusión es
que todo esto es falso, es un invento de la clase dominadora y lo mantienen
porque les funciona, pues el clero siempre ha sido el aliado del poder. El día
que la mayoría de la gente desarrolle la capacidad de pensar por si misma, a
esta gente se les acabará el chollo o tendrán que inventar otro sistema.
La desventaja de tener fe en religiones e ideologías,
es que no te dejan pensar con claridad, te invalida como persona responsable de
tus actos y te somete al control de las personas en las cuales depositas tu fe.
Esta situación es válida tanto para un cristiano, para un mahometano, o para el
seguidor de cualquier religión o ideología.
Los problemas no se solucionan con los ojos cerrados y de
rodillas rezando a un ser inexistente aunque creas en él, para que aparezca de
la nada y lo solucione todo. En todo caso este acto será un placebo que te
producirá cierta tranquilidad. Así no funciona el mundo, sino que la manera es
tener fe en uno mismo, buscando soluciones a nuestros problemas y poniéndonos
en acción para conseguirlo, para lo cual es necesario creer que uno es capaz de
alcanzar sus objetivos a pesar de tener tantas fuerzas en contra, y luchar por
ello.