En la perspectiva geométrica se definen una
serie de líneas y puntos que dan como resultado una especie de pirámide,
que si fueran muchas líneas parecería un cono, por lo cual se le llama perspectiva cónica.
En la observación de esta técnica hemos de distinguir: la línea de tierra, que es la línea o plano sobre el que nos apoyamos, la línea de horizonte que está a la altura de nuestros ojos, el punto de vista que está en la línea de horizonte y justo en línea con nuestros ojos y el punto o puntos de fuga que son justamente donde se unen todas las líneas de “la cónica”.
Para cualquier cosa que queramos dibujar con la perspectiva
correcta, partiremos siempre de una caja o paralelepípedo en cuyo
interior construimos el objeto o volumen concreto. Así un cuadrado se
transforma en un trapecio o un rombo y un círculo en un óvalo.
Dependiendo de la posición de los objetos o elementos
a dibujar necesitaremos un punto de fuga o más de uno. Para dibujar
este edificio necesitamos, claramente, dos puntos de fuga.
En cambio para este otro caso nos basta con un solo
punto de fuga, en la visión de la catedral de San Marcos y el Palacio
Ducal de Venecia, y podemos apreciar que hasta las sillas están situadas
dentro de la cónica.
En esta plaza de Astorga el punto de fuga está en el centro aproximadamente.
Si miramos desde abajo hacia arriba, el punto de
fuga estará en el cielo en una posición bastante más alta que donde
acaba el edificio.
En la perspectiva aérea el primer plano es más
nítido y contrastado, estando los colores más saturados. Los planos
siguientes pierden saturación del color y definición de las formas. Los
planos más lejanos pierden totalmente el contraste y el color se vuelve
gris. En la foto tenemos el perro en primer plano, después la arboleda y
la casa, detrás unos pequeños montes y al fondo una montaña. Detrás
casi no se distingue del cielo, el quinto plano de la sierra.