domingo, 29 de marzo de 2020

EL VIAJE ASTRAL




Habrá que empezar por decir que con nuestro cuerpo físico, el que todos vemos, conviven y se funden otros cuerpos energéticos que la inmensa mayoría de las personas no vemos pero hay algunos privilegiados que si tienen esa capacidad, viendo alguno de ellos o todos.

Algunos de estos cuerpos energéticos son: etérico, astral y aura.

Si leéis algunos libros sobre esoterismo que traten este tema, descubriréis que ellos hablan de 5, 7, 10 y 12 cuerpos diferentes con sus correspondientes descripciones donde entran el cuerpo de los pensamientos, conocimiento, alma, intuitivo, causal, emocional, celestial con algunas explicaciones difícilmente comprensibles y asimilables y desde luego difícilmente demostrable, pues la mayoría de los libros están escritos por gente que no tiene esa capacidad pero que copiando de otros se creen visionarios o mesías, por ello os hablaré solo de los que de forma directa o indirecta sé que son reales, que existen y que hay quienes los ven, pues he hecho experimentos con ellos. 








El cuerpo etérico es una envoltura transparente de color azulado muy sutil, semejante al humo de un cigarrillo que podemos ver en las demás personas, casas y objetos e incluso en uno mismo. Si extendéis el brazo, retirando la mano al máximo, teniendo de fondo algo oscuro, y enfocáis vuestra mirada alrededor de los dedos, veréis a partir de uno a dos centímetros del contorno una zona como iluminada sutilmente de color azul, como un resplandor. Es el único que yo soy capaz de ver. 


El astral se ajusta perfectamente al cuerpo físico y es como un doble del mismo pero de energía y cuando se desprende es el que tiene los sentidos pues el cuerpo físico queda inerte. Una vez fuera del cuerpo físico puede desplazarse de manera casi instantánea al lugar, en el espacio-tiempo, que la persona desee. Puede desplazarse en presente, pero también en pasado y en 
futuro. Y en eso consiste el viaje astral visitar lugares y ver lo que allí sucede. 



El aura tiene la forma de un huevo con el extremo de diámetro más pequeño hacia abajo. Interiormente es como un torbellino de radiaciones de diferentes colores y que refleja en la cabeza como es la persona manifestándose por los colores, de manera que un vidente experto al ver los colores nos puede definir psicológicamente al sujeto y hasta saber lo que está pensando en ese momento. Luego cada órgano tiene también sus colores particulares de manera que un experto que los vea puede decirnos si esos órganos funcionan correctamente o hay alguna enfermedad.

Para hacer viajes astrales hay multitud de libros publicados y que podréis encontrar en librerías. También en Internet podréis encontrar libritos y apuntes. Unos te cuentan la teoría y se nota que jamás lo han conseguido y otros cuentan sus experiencias. Para enteraros de que va podéis buscarlos. 


En realidad, todos al dormir, hay algún momento en que todos hacemos un viaje, pero normalmente no recordamos nada o lo que recordamos es como un sueño raro. Se puede producir el desprendimiento de manera fortuita, durmiendo o en ese punto en que estamos a mitad de camino entre vigilia y sueño. Para realizarlo, de manera consciente, es necesario relajarse de manera profunda, para ello lo mejor es utilizar las técnicas yoga de relajamiento. Una vez alcanzado ese punto puedes percibir como una vibración que va en aumento y si lo aguantas, es posible que lo consigas. No obstante cada persona es un mundo y puede tener mayor o menor dificultad y percibirlo de diferente forma.

Hay que saber que el cuerpo astral siempre está en conexión con el cuerpo físico mediante el llamado cordón de plata, que es un cordón umbilical pero de energía, a través del cual el astral se comunica con el cuerpo físico. Cuando una persona muere el cordón de plata se rompe y el astral viaja a otra dimensión.


Como todo, hay personas que poseen facilidad para conseguir el desprendimiento y solo con desearlo lo alcanzan, pero otras no la tenemos. Yo lo he conseguido alguna vez de manera fortuita, pero cuando lo quiero hacer de manera consciente se me resiste y, aunque he estado muy cerca, no lo he conseguido.