viernes, 4 de noviembre de 2022

LA OTRA HISTORIA DE CRISTO capítulo XXVIII



La lepra la sabían curar los esenios, pero no definitivamente. La sabían atemperar, como para que la persona no sufra, o sufra mucho menos. Y la mejor prueba de que Cristo tampoco iba más allá de eso, es que a “Simón el leproso” lo siguen nombrando “Simón el leproso” hasta el último día.

Se supone que ya lo había curado, pero lo siguen llamando así. Es que eso es lo que lograban, hasta ahí llegaban los esenios respecto a la lepra; y no es poco: que la lepra no sea tan sufriente, que no le haga todos esos problemas de descamación, ulceraciones, pérdida de miembros, pero no lograban la cura definitiva.

Y con esto me recordaron otro: el de la sudoración.

Lucas 22,44:
“Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”

El único que lo menciona, es Lucas lo que muestra que no se trata de algo que haya llamado especialmente la atención. Pero hay que entender que Getsemaní es el momento más difícil y más duro de toda la misión de Cristo. Getsemaní es el huerto al que acude en la noche anterior a la Cruz.

Jesús estaba en el peor estado de toda la Biblia. Estaba absolutamente aterrado de lo que iba a suceder. Pierre Vernant estudió situaciones estresantes equivalentes a la del huerto de Getsemaní. Gente que está en contexto de muerte, sabiendo que está por morir o rodeados de muerte. Por ejemplo, guerra. Gente que está en la guerra, ante la amenaza de sufrimiento extremo y de muerte. Y descubrió que 6 de cada 10 personas que saben que está ante una situación de peligro extremo e inminente, producen lo que se llama hematohidrosis: literalmente, largan sangre por los poros. Entonces, por muy terrible y muy terminal que sea es un fenómeno normal en estados de estrés extremos.

Y el huerto de Getsemaní era exactamente eso: un estado de estrés extremo ¿Cristo fracasó en la elección de sus discípulos? ¿Cristo se equivocó?¿Usó como Discípulo a un traidor?
La punta de semejante ovillo enredado está en el dato que siempre se pasa por alto: quién fue Judas.

¿Por qué tantas iglesias en medio oriente le dan mucha más importancia a Judas que a Jesús? No que a Pedro, no que a Pablo, no que a Santiago. Sino que hasta lo consideran más importante que al mismísimo Jesús, dicen literalmente, que el verdadero héroe, fue Judas.

¿quién fue Barrabás? ¿por qué nadie más, ni antes ni después tiene ese nombre en La Biblia ni fuera de La Biblia? ¿qué importancia tuvo?

Un salto de 2000 Años.

Claves Bílicas
Primera Carta a los Corintios. Cuando tiene una coma, está tocada y no vas a entender un montón de cosas que están modificadas para que no las entiendas.

¿No tenemos derecho de traer con nosotros “una mujer como también los otros apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas? Esta es la que vale. La modificada, es la siguiente: “no tenemos derecho de traer con nosotros una hermana, no tenemos derecho de traer con nosotros una mujer, como también los otros apóstoles y los hermanos del Señor, (coma) y Cefas?”

Lo Diferente en Lo idéntico. Una coma superestratégica inteligentísimamente puesta y muy turra, como se diría en Latín antiguo.

En otras versiones de la Biblia, como las que usan los Anglicanos esa comita, no figura. Y vale recordar que la anglicana, casualmente, es una iglesia que no pide celibato.
Si yo digo “los hermanos de Juan y Pedro” quiere decir que esos a los que nombro, son por igual hermanos de Juan y de Pedro. Con lo cual estoy diciendo también que Juan y Pedro son...hermanos entre sí.

En cambio los hermanos de Juan, y Pedro –apartándolo–los aparta de que también sean hermanos de Pedro; y de que esas mujeres también las lleve Pedro.

Pero algo más queda dicho en “los hermanos del Señor y Cefas”: Cristo y Pedro son hermanos entre sí. Cristo tenía hermanos y Cristo no era célibe.

Que lo que Cristo hacía era “porque está escrito” y “para que se cumpla lo escrito” Jesús consideró que tenía que escuchar a las Profecías. Descubrir la lógica con la que Cristo se movía. Cristo tenía que cumplir las profecías para ungirse y no esperar a que si se cumplían en Él, era “El Ungido”.

Y esa lógica, no sólo hace transparente el accionar de Cristo -había un “guión” para ser El Mesías y cualquier cosa que él hiciera, el desafío era encontrarlo en ese “guión” llamado las Profecías del Antiguo Testamento. Mucha Magia iba a necesitarse para lograr cuestiones tales como las que las Profecías ordenaban. Y encima, salir vivo.

En el Nuevo Testamento , la gran clave era descubrir la lógica “desde dónde” operaba Cristo. Así como en el Antiguo Testamento , la gran clave era descubrir “desde dónde” venía Abraham; porque la tierra de Abraham no dice cuál es.

Acotaciones
El mismo autor, te cuenta una misma escena en dos libros distintos y son completamente diferentes. Lo que marca que, como decíamos ayer, era gente que estaba recordando cosas que ocurrieron mucho atrás y que además les habían contado lo que ocurría entonces, no te extrañas de eso. Para tampoco fanatizarte tanto a veces cuando no entiendes una escena, tal vez no está bien contada. Busca en otras versiones.

Lázaro es una especie de apelativo, de sobrenombre, de característica: significa Enlazado.
Ahora bien. Cuándo le sale Martha al encuentro. ¿Quién era Martha? la hermana de Lázaro.
Martha la que media entre María y Lázaro. La que levanta la mesa y se queja porque María está sentada: que Lázaro estuviera sentado es lógico porque en familia judía el hombre no iba a levantar la mesa jamás. La cuestión es que cuando Martha, Martha sale a recibir a Jesús y vimos que esa es una escena súper clave porque eso significa que está en Shivah, en luto, y que se está comportando como una esposa ante el esposo; claves enormes.

Quiere decir María no puede salir y según los Apócrifos salió y los discípulos la reprendieron por eso. Todo eso no es una cuestión absurda, está contando lo que verdaderamente tenía que ocurrir, pero dice algo muy importante ahí, Martha, le dice a Jesús “el discípulo que amas ha muerto”. ¿Y quién era “el discípulo amado”?

El Evangelio de Juan, 21,20 habla del discípulo a quien Jesús amaba y en 21,24 aclara de quién se trata: “Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; -y termina en aquella frase que termina en un fallido, que ubicamos: “y sabemos que su testimonio es verdadero”

Luego, en el Testamento de San Juan ¿qué escribe Juan? hace acto de contrición y dice “la verdad que fue un acto de soberbia decir en el Evangelio que yo era el discípulo amado”. Todo indica entonces que “el discípulo que amas ha muerto”–o sea “Lázaro”- remita a “el discípulo amado”: Juan. Es muy posible que Juan sea Lázaro, pero no puedo afirmarlo 100% porque es el único dato en toda la Biblia que me da esa referencia, y en el Evangelio, justo ahí el fallido demuestra que esa frase está “tocada”. Pero todas las fichas encajan perfectamente: Juan habla como un Gnóstico, y Lázaro está haciendo una ceremonia de Iniciación Sacerdotal Gnóstica.

Cristo en Mateo 11,16 a 19, los compara “los muchachos que se sientan en las plazas, y dan voces a sus compañeros”. O sea, que hablan por hablar. ¿Por qué? Los dos siguientes versículos, a continuación, lo detallan: “Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Demonio tiene”. “Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino”

Juan comía como esenio. Cristo, obviamente no. Y muy por el contrario; este pasaje, demuestra que no quería alinearse a eso. Lo que voy a decir es una cuestión que está más allá de mi opinión, estoy contando lo que al respecto cuenta Julio Africano: que los esenios eran gente como con poca energía porque comían esas dietas vegetarianas. El que le gusta el vegetarianismo sígalo y punto pero por favor no lo confundan con una cuestión “espiritual”. En iniciación no hace falta el vegetarianismo ni esas cosas, hay una dieta particular que se hace de un modo particular 5 días por semana y dos días come y bebe lo que quieras. Vale recordar que Cristo se describe a sí mismo “comilón y bebedor”. Él mismo se lo dice. Es bueno considerarlo para no creer que la iniciación se apoya en dietas. De hecho, he convivido con Chamanes, con Maestros y con los Q’eros y nunca vi que hicieran dieta.
Así como Buda renunció a lo que hoy llamaríamos faquirismo, a los Sannyasines, los renunciantes, que renunciaban a comer, a beber, a todo placer. Buda estuvo 7 años con ellos en el bosque se transformó en una árbol más del bosque, en una cosa seca y al terminar eso dijo “he perdido mi tiempo”. Buda los llama los 7 años perdidos. O sea del mismo modo que Buda se dio cuenta de que la dieta podía ser necesaria o no pero que no era la vía, Cristo dice Juan no comía ni bebía y a mí me dicen comilón y bebedor.

Sin alegría no funciona la iniciación, sin alegría no funciona la Magia. No por nada las iglesias siempre que nos cuentan de un tipo iniciado, nos cuentan un amargo. No es así. Cristo no era un amargo. Buda no era un amargo; y aún no lo fue con el terrible dolor de espalda que tuvo los últimos años. Vivía con ese dolor de espalda que no lo dejaba disfrutar demasiado. Se sorprenden. Estas cosas las religiones se encargan de que no se sepan, así los idealizas y ya no te sirven como modelo.

Por eso, permítanme decirles que recordar a Cristo también como “comilón y bebedor de vino” es muy recomendable para querer seguir a Cristo.

LA OTRA HISTORIA DE CRISTO capítulo XXVII

 


Pero al final resulta que tampoco eran dos, y que era uno sólo, y que era otro: Juan el Bautista.

Pero si eran Elías y Moisés, y -cumpliendo los protocolos de encuentros con los muertos se hubieran “presentado”, hubiera sido infinitamente peor: La Mishnah prohíbe encontrarse con muertos, por lo tanto se hubieran aterrorizado si veían a Moisés y Elías – encima en lugar tan Sagrado- porque directamente les cabía la pena de muerte.

Pero de todos modos, el resplandor, la nube, la voz en la nube, el rostro cambiado de Cristo y los mismísimos Elías y Moisés visitándolos a tomar mate en persona de todos modos no parecieron ser muy convincentes: Poquitos párrafos después -en el mismo capítulo 9,53 a 56- Lucas nos muestra otra vez la vieja y habitual escena de los discípulos dudando de Jesús, y Jesús reprendiéndolos amargamente. Hombres de poca fe.

Uno que sigue a continuación en Mateo, y se esconde fácilmente, en cuestiones históricas es el del Estater, que está muy lindo. Por si no lo ubican –o es de los más populares- Le venían a cobrar el impuesto y le preguntan sobradoramente a los discípulos si el Maestro no paga las dos dracmas:

Mateo 17,24:
“Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿vuestro Maestro no paga las dos dracmas? 25 Él dijo: Sí Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿de sus hijos, o de los extraños? 26 Pedro le respondió de los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos está exentos. 27 Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallará un estater; tómalo y dáselo por mí y por ti”

Jesús les responde en el mismo tono de burla “los reyes cobran impuestos sólo a los extraños” Y de inmediato –como en las Bodas de Caná se supone que para algo tan mundano lo resuelve con un milagro. Le dice a Pedro -que era pescador, no te olvides- ve al lago, busca un pez, ábrele una boca y hallarás un estatero. Tráeselo y págales.

Escuchar lo diferente en lo idéntico muestra de qué se trata: Ellos le querían cobrar en Dracmas, y Cristo le paga en otra moneda diferente, el Estater. ¿Qué es el Estater? ¿por qué se le ocurre ese procedimiento tan extraño, poco práctico y hasta tortuoso para conseguirlo? Porque de otro modo no lo hubiera conseguido: El Estater, era una moneda muy especial que –entre otras cuestiones- se usaba en las ceremonias mortuorias; pues en algunas de las sectas judías, cuando alguien moría le ponían un estater en la boca y lo arrojaban al agua para que se vaya con riqueza al otro plano.

Con el tiempo, el cadáver se descomponía, el estater quedaba en el fondo, y habían especies de peces a los que le llamaba la atención el brillo de la moneda y se la comían. Por eso los pescadores sabían que era muy común que los peces de determinados lagos tuvieran dinero adentro. Pero los Romanos no sabían pescar, y menos aún sabían de ritos mortuorios judíos. Por supuesto que entonces cuando vieron eso les pareció algo increíble. Y ante el asombro, no perdieron oportunidad:

El “milagro” de la multiplicación de Panes y Peces, es muy particular porque este es el único que figura en los Cuatro Evangelios. Lo cual en sí mismo debe ser considerado ¿cómo puede ser que “los milagros” no figuren en Los Cuatro Evangelios? Eso de por sí ya muestra y demuestra que, obviamente, no todos lo consideraban milagros ¿por qué algo tan enorme como lo que sería un Lázaro resucitando está solamente en Juan? Sin molestarse en consignarlo.

Pero el único “milagro” que sí figura en los cuatro es el de la Multiplicación de los Panes y Peces. Y por eso es más fácil también ver lo diferente en lo idéntico que, como no puede ser de otro modo, te da una clave total. Dos veces reproduce panes y peces. Dos veces alimenta a la muchedumbre, a la multitud con Panes y Peces.

Los Cuatro Evangelios describen la alimentación de cinco mil hombres con Cinco Panes y Dos Peces. Pero Mateo 16,10 y Marcos 8,6 y 8,20 además agregan una segunda vez, en que cuatro mil hombres son alimentados con Siete Panes y “unos pocos pescados”.

Cinco Panes cuando eran cinco mil hombres, pero Siete Panes cuando eran cuatro mil. Es al menos extraño que se necesiten menos panes para más hombres y más panes para menos.
Ambas escenas, transcurren a orillas del Mar de Galilea – Lago Libertades- Y casualmente en esa zona habían dos clases de Comunidades: Pentatéticas y Heptatéticas. Pentatéticas significa que se rigen por El Pentateuco –los Cinco Primeros Libros de La Biblia-, y Heptatéticas que se rigen por el Heptateuco -Los Siete Primeros-. Las escenas entonces, comienzan a tomar un color altamente simbólico: Los Panes son Los Libros de La Biblia; “Los Peces” representaban a Cristo:

“El Señor de Los Peces”, Inicio de la Era de Piscis, los “Dos Peces”. Tú dirá, me queda un poco forzado, un poco lejos una cosa de la otra. En ese caso, recordemos también que en La Última Cena se establece, precisa y casualmente, como símbolo del Alimento Espiritual, a los Panes. Y de hecho, todos los Evangelios se encargan también de aclarar que sobraron panes –que fueron recogidos en doce cestas casualmente, el mismo número de Apóstoles que se suponía que iban a recoger la Enseñanza con la que Cristo alimentaría a la Humanidad.
Termina “el gran milagro” de los 5 y de los 7 panes ¿y a que no se imaginan qué pasa?

Marcos 6:52
“Aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones”
¡Que los discípulos “no habían entendido lo de los panes”! Es decir, acaba de alimentar con 5 panes a una multitud y ¿los discípulos no entendieron? ¿qué se supone que tenían que “entender”? si según la Biblia ellos mismos habían dicho que no había pan y después ellos mismos distribuyeron los panes.

Como explícitamente lo dice El Evangelio de Taciano 89,19:

“Y él les dijo: ¿cómo no entendéis que no os hablaba de pan, sino de la levadura de los fariseos y de los saduceos? 20. Y entonces comprendieron que no les hablaba de la levadura de pan, sino de la doctrina de los saduceos y fariseos. Y como después de comer, la gente quiere divertirse luego de esa escena, se pone a entretener a los discípulos caminando sobre el agua. Y ya que estamos, Develamos: ¿qué fue ese milagro? Ese “milagro” fue el “milagro de la Palabra”: de cambiar una palabra. Palabra que ilumina si se la escucha. Aquí se utiliza la palabra “Al”, que en hebreo significa tanto “sobre” las aguas como “atravesando” las aguas. Es la misma palabra, y eso significa “atravesando” las aguas. Es decir: en la piscina, cuando caminas con el agua por la cintura estás haciendo eso mismo.

Que la escena tuvo que ser adornada, para que adquiera un tinte milagroso, lo vemos con claridad.

Juan 6,16:
“Al anochecer, descendieron sus discípulos al mar, 17 y entrando en una barca, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos. 18 Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba. 19 Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo. 20 Mas él les dijo: Yo soy; no temáis. 21 Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra adonde iban”.

Como se ve, a Juan no le llama la atención “milagro” alguno en lo sucedido -simplemente cuenta que caminaba “al” agua, y únicamente dice que como era de noche, les dio miedo porque no lo reconocieron. Pero el que agrega todos los adornos es Mateo 14,22:

“En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. 25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡un fantasma! Y dieron voces de miedo. 27 Pero en seguida Jesús les habló diciendo: ¡tened ánimo; yo soy, no temáis! 28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo:¡hombre de poca fe! ¿por qué dudaste? 32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios”
  

Escena que de tan espectacular, se denuncia a sí misma como agregada porque ¿cómo puede ser que ninguno de los otros Evangelistas la vieron?

Tal como ya lo ubicamos en Juan, y como sucede en Marcos 6,45:

“En seguida hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a Betsaida, en la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 46 Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar; 47 y al venir la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra. 48 Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles. 49 Viéndole ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma, y gritaron; 50 porque todos le veían, y se turbaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo: ¡tened ánimo; yo soy, no temáis! 51 Y subió a ellos en la barca”

LA OTRA HISTORIA DE CRISTO capítulo XXVI

 


Para quienes no lo ubican, pues se trata de una escena sumamente confusa pero no para quien la lee solamente, sino para quienes estuvieron ahí: Cristo los invita a orar a un monte; de pronto todo se cubre de una nube, se vuelve blanco resplandeciente, y ven otro rostro en el rostro de Cristo mientras “él” hablaba con dos presencias extrañas, que ellos atribuyeron a Moisés y Elías, y que de pronto desaparecieron.

Para comprender que estamos ante algo “sospechoso”, empecemos por el final, pues hay un “detalle” que muestra que efectivamente se trata de un episodio muy confuso y que merece cuidado pues el mismo Cristo pide silencio sobre lo sucedido: “Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó diciendo: No digáis a nadie la visión”. Por supuesto que basta comprender – con todo lo que ya hemos recorrido, eso se comprende perfectamente- la necesidad Bíblica que Cristo tenía de “milagros”

Para reparar en lo extraño que resulta que, en lugar de pedirles que “evangelicen” con lo sucedido les ordenara que lo callen.

Claro que para comprender por qué sucedió eso lo que hay que ver, es qué sucedió en “eso” Y como ya bien saben, para develar qué sucede en lo que sucede la iniciación enseña que la clave es “escuchar lo diferente en lo idéntico, y lo idéntico en lo diferente”. Pues precisamente, tres relatos diferentes se refieren evangelistas mencionan este “milagro”

Lucas 9,28:
“Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar. 29 Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente. 30 Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías; 31 quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén. 32 Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño; mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él. 33 Y sucedió que apartándose ellos de él Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía. 34 Mientras él decía esto, vino una nube que los cubrió y tuvieron temor al entrar en la nube. 35 Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; él oí. 9:36 Y cuando cesó la voz, Jesús fue hallado solo; y ellos callaron, y por aquellos días no dijeron nada a nadie de lo que habían visto”

Mateo 17,1:
“Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; 2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. 3 Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. 4 Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. 5 Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oí. 6 Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor. 7 Entonces Jesús se acercó y los tocó y dijo: Levantaos, y no temáis. 8 Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo. 9 Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos. Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿por qué pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? 11 Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. 12 Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista”

Marcos 9,2-12:
“2 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos. 3 Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos. 4 Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesús. 5 Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí y hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. 6 Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban espantados. 7 Entonces vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que decía: Este es mi Hijo amado; a él oí. 8 Y luego, cuando miraron, no vieron más a nadie consigo, sino a Jesús solo. 9 Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos. 10 Y guardaron la palabra entre sí discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos. 11 Y le preguntaron, diciendo: ¿por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Respondiendo él, les dijo: Elías a la verdad vendrá primero, y restaurará todas las cosas; ¿cómo está escrito del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada? 13 Pero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él”

Marcos 8,27:
“Salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesárea de Filipo. Y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿quién dicen los hombres que soy yo?”

Mateo 17:
“Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto”

¿Cuál es el “Monte Alto” que está cerca de Cesárea de Filipo y que tiene motivos para ser ocultado? Tantos motivos que por las dudas, en el año 420, la iglesia se encargó de levantar “El Templo de la Transfiguración” en la cima del monte que, casualmente, de los dos posibles no es en el que sucedió. Ordenemos y para eso, primero veamos “lo que no”: En esa zona, hay dos montes: El Monte Tabor, que tiene el Templito; y el Monte Hermó, que lejos de levantarle un Templo la iglesia lo –valga el neologismo- “apocrifó”.

¿Cómo sabemos que no es el Monte Tabor? Porque absolutamente todo lo indica: ya hemos escuchado que era un “Monte Alto”. Lo único Alto que puede adjudicársele “Alta bor”, es el nombre, es un petiso que no llega a 600 metros, pero que para colmo, como el terreno es elevado, apenas asoma 400 metros desde el piso. Además, está a casi 20 kilómetros de la zona en la que estaban. En cambio el Monte Hermó es el punto más alto de toda esa cordillera, y el segundo de toda la zona: casi 3000 metros. Y Cesárea de Filipo, está en la base misma, al Sur de este Monte. Pero si hay que ponerse de pie para hablar del Monte Hermó, no es precisamente por su altura sino por su historia.

Toda la Biblia, desde El Antiguo Testamento, está impregnada de hechos fundamentales que lo tienen como referente. Y no sólo en el Antiguo sino en los Apócrifos; y para ser más exactos, en el más importante de los Apócrifos del Antiguo Testamento.

Hablamos de nada menos que el Libro de Enoc en cuyo relato está explícitamente nombrado que éste fue el lugar “donde descendieron los “hijos del Cielo” e inclusive adonde “descendieron” no sólo geográficamente, sino en el sentido más bíblico del término: donde acordaron el terrible “Vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas de los hombres y
engendremos hijos”. Se trata de un lugar extremadamente venerado y no sólo por los hebreos: aún hoy se encuentran restos de templos árabes, fenicios, sirios, y griegos. Inclusive le han dedicado poemas y escritos considerados Sagrados, que siempre le exaltan la belleza y la blancura radiante por sus nieves casi eternas.

Blancura Radiante. Exacto, es la misma descripción de la escena de la Transfiguración. Por supuesto que una vez que hemos visto este contexto histórico- geográfico, se hace perfectamente comprensible que, para elevarse espiritualmente –para “Orar”, como dicen los evangelistas- los haya invitado a subir a este Monte. Pero lo que sigue sin ser comprensible, es qué sucedió ahí arriba pues aún no hemos escuchado lo que dicen los Evangelios.
Reubiquemos que Jesús y sus discípulos zelotes, estaban “solos” en la montaña –lo cual vuelve a descartar a Tabor, porque para ese entonces había ahí una ciudad fortificada muy poblada- ¿Y qué hacían a solas en la montaña los zelotes?

Tal vez les sirva de orientación recordar que estamos muy cerca de la misma zona en la que los cerdos habían comido los hongos y eso es sinónimo de decir: estamos en “zona de delirios”. Vale considerar que los zelotes –como casi todos los guerreros- hacían estas cosas, como consulta a los dioses ante las batallas por ejemplo.

Pero por si les pareciera que el delirio es mío, simplificando todo este episodio a los mismos hongos alucinógenos a ver si ahora es escuchado lo que hace un rato fue citado:

Lucas 9,32:
“Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño; mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él” 9,33 “Y sucedió que apartándose ellos de él, Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía. Ahora sí escucharon, estaban con “sueño”, ”no sabían lo que decían” y de hecho, decían literalmente cualquier cosa: dijeron ver a Elías y Moisés. Y, si no es mucha molestia, pregunto: ¿quién conocía el rostro como para saber quienes eran ellos? Y de hecho Mateo agrega que no, que en realidad se dan cuenta después de con quien había hablado era con Juan el Bautista.

LA OTRA HISTORIA DE CRISTO capítulo XXV





Todas las otras “resurrecciones” menos famosas y con menos prensa, tales como la de la hija de Jairo de Lucas 8,40, y la apenas un poco más recordada de la hija del Centurión romano.
Por qué todas estas “resurrecciones” quedan volteadas al mismo tiempo por la Biblia.
Hechos 26,23: “El Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles”.

Expresa clara, explícita y manifiestamente que el primer resucitado de entre los muertos debía ser Cristo. Después veremos qué fue esa “resurrección” de Jesús; pero está claro que –pese a los esfuerzos de la iglesia, las anteriores “resurrecciones” no fueron entendidas como tales en la época en que se escribió La Biblia.

Salgamos entonces de la caverna, y sigamos viendo qué sucedió. Y nos encontramos con dos cuestiones más, sumamente llamativas, por no decir reveladoras. La primera, por muy obvia que sea, pasa desapercibida si no es dicha y subrayada:

Si estamos hablando de un milagro de Resurrección de un muerto ¿cómo se les pasó por alto a 3 de los 4 Evangelistas?

Tal cual lo escucharon: nada, ni una sola palabra, ni la más mínima alusión en 3 de los 4 Evangelios al que hubiera sido el Milagro más relevante, concluyente e indiscutible de todos. Es muy claro: sólo le interesa a Juan, porque Juan es Gnóstico, y el Ritual de Iniciación era de sumo interés solamente para él.

Y menos aún, que a los pocos días lo querían linchar otra vez. Y no exagero un ápice.
Evangelio de Taciano 131,65:

“Y ellos agarraron piedras para tirarle. 66. Mas Jesús se escondió y salió del templo.
Vale considerar que había muchos milagreros en la época: Dositeo, Apolonia de Tiana, Simón el Mago. Todos eran milagreros. La pregunta es entonces ¿qué hizo Jesús que lo posicionara finalmente por encima de todos ellos? La respuesta no está en los milagros, porque todos ellos eran “milagreros” -conocían trucos por haber estado en otras culturas, y algunos contaban en su haber con milagros mucho más espectaculares que los de Cristo. Y más aún se ve con claridad que la respuesta no está en los milagros cuanto más se conoce lo que se mencionó “milagros–y que, vale recordarlo, Jesús jamás los nombró así.

De hecho, por ejemplo, Mateo 14,14 dice que curaba enfermos en la multitud pero en esa misma escena, según Marcos 6:34 lo que estaba haciendo era enseñar, no curar enfermos.
El Evangelio de Taciano, del que hablábamos hace un rato –y que para esto es un Evangelio importante, porque explica muchos milagros- ubica por qué la mayoría de los “milagros”, eran de sanación: Los milagros eran de sanación porque Cristo era esenio y los esenios sabían sanar cosas que ningún otro. Pero el tema estaba en que además, si los “milagros” eran de sanación era fácil ubicarlo enfrentando al mismísimo diablo y venciéndolo.

De hecho, ante todo “milagro” de sanación, en la Biblia hay una frase estribillo que siempre está, se la tratan de encajar en todo: cada vez que hacía algo “milagroso”, había alrededor alguno que decía –y lo mismo, cuando se escribía- “verdaderamente es el Hijo de Dios”.
Se trataba de que pegar a Jesús a ese Factor Diferencial era un poderoso y eficaz acto con el que se armaba la dialéctica entre Jesús y el que por las Profecías estaban esperando:
Si vencía al diablo Jesús “Se Ungía” como el “Mesías”, el “Cristo” que esperaban.
“Vencer al diablo” es una prioridad para “El Mesías”. Veámoslo “en acción” en una sanación típica, tal como está en los Manuscritos del mar Muerto. El tipo se desgarraba de gusanos internos, enormes, que se alimentaban, desde adentro, de la comida que él comía y, obviamente, lo estaban matando.

Cristo hace algo típicamente Esenio: hierve leche, le hace abrir la boca, pone la leche delante de los labios y con el vapor de la leche el gusano “se tienta” y sale. Lo que vieron quienes ahí estaban, era entonces salir una serpiente del cuerpo “El diábolo”. Anotación en el momento y definitiva para la posteridad: “le sacó el diablo del cuerpo”

Una de las curaciones típicas de Cristo de sanación, uno de sus platos fuertes como “milagro”, era la curación de la ceguera. Estamos hablando del desierto, señores; y si has estado 15 minutos en el desierto, sabes que lo primero que te ocurre es que se te irritan los ojos a más no poder, porque el resplandor en la arena es como en la nieve. A eso hay que sumarle que es una zona con mucho microorganismo en el aire –porque obviamente no pueden ni tocar la arena, de cómo arde- que enseguida te infecta. Entonces era común un efecto de ceguera.

Pero Cristo –que había estado entre los esenios, que recordemos que también vivían en el desierto- sabían que si se lubricaban los ojos y se los desinfectaba enseguida recuperaban la vista. Entonces ¿que hacían?
Algo realmente muy “espectacular”, que era muy fácil tomar como “milagro”: escupir en el barro y con eso le armaba una compresa. Qué estaba haciendo: la saliva es desinfectante y el barro es lubricante. Le sacaba la piel escoriada y escamada de los ojos, les ponía la compresa, y ¡milagro!
La pintura en los ojos de los faraones y las faraonas en Egipto, cumplen esa misma función sólo que si se pasaban de la proporción indicada, eran pinturas venenosas. Pero en la dosis correcta, eran un antiséptico perfecto. Tanto, que era uno de los motivos principales por los que las faraonas y los faraones vivían más que los demás: porque se pintaban con eso que les resolvía uno de los problemas más grandes, que eran las infecciones que entraban por los ojos.

No olvidemos que no se asociaba el concepto de higiene con el concepto de salud.
Sencillamente no se les ocurría que la higiene tenía algo que ver con la salud. Por eso muchos de los milagros eran: los lavaba, los llevaba al agua, les ponía compresas de barro esas cosas no eran más que higiene.

Veamos entonces uno que es genial: el de “Los cerdos de la Legión”. No es de los más famosos, pero están en la Biblia:

Lucas 8,26. Dice que de pronto había un pobre, poseído. Que largaba espuma por la boca, blasfemaba contra todos, tenía una fuerza descomunal. Cristo ve una piara de cerdos pastando. Al “poseído” le saca el demonio, e insólitamente se los manda a los cerdos -que, pobrecitos la ligaron sin tener nada que ver. Qué justicia Divina ¿no? y los cerdos se arrojan por el valle. Pero mucho más insólitamente aún antes de arrojarse, según Marcos 5,7 los cerdos le dicen: “Por Dios te conjuro que no me atormentes”

Géard de Nerval en “Viaje a Oriente” un lindo librito de estos temillas de las cosas que vistas por occidentales parecen milagros, y que en oriente no.

Partamos de la base de que los cerdos no podían estar en esa localidad porque los judíos tenían prohibido tener cerdos. Esto es un dato importantísimo. La localidad se llama Gerasa, que es la antigua Decáolis.

Zona en efecto plena y eminentemente habitada por judíos que en consecuencia tenían prohibido tener cerdos. Por lo tanto los cerdos de la escena, no podrían ser de corral, tenían que ser cerdos salvajes, que en consecuencia tenían que estar pastando en el campo lo cual es fundamental. ¿Por qué? Porque en la zona – más aún donde pastan y defecan los cerdos- crece nada menos que un hongo altamente alucinógeno.

Desde siempre, en todo el mundo, los pobres del mundo suelen emborracharse. Pero si hay disponibles hongos alucinógenos gratis, comían eso. Siempre y cuando les ganaran a sus competidores principales, que también se los comían. A qué no se imaginan quiénes sí: los mismísimos cerditos.

Leo: “los cerdos a veces parecían poseídos por el demonio y se suicidaban arrojándose por las colinas o al Mar de Tiberíades o por algún precipicio. Se trataba de un cáñamo altamente alucinógeno -con el que se hace, por ejemplo, pasta de hachís-. Comer “eso”, hace parecer –tanto a un hombre como a un animal- estar poseído.

Pero aún – especialmente- en el reino del máximo absurdo. Escuchar aclara todo –aunque nuestro amigo Géard, obviamente ya esto ni lo sospecha-. Y en cuanto se escucha que la ayuda que el pobre tipo pedía, era en nombre de Dios pero que “eso”, se lo adjudican al diablo.

Entendida esta Clave, absolutamente central para entender El Plan de Cristo.
Podemos adentrarnos en otro estilo de “milagros”, que muestran otras cuestiones. Este sí que vale la pena. Porque aquí tienes que entender algo totalmente hermético y absolutamente disimulado en La Biblia: la conducta Zelote.

En síntesis, algunos de los "milagros" eran curar enfermedades que bastaba con limpiar las partes dañadas y de eso los esenios lo sabían todo. Y expulsar demonios eran ritos gnósticos o bien sistemas curativos y como vemos, ciertos alucinógenos también provocaban efectos "especiales".

jueves, 3 de noviembre de 2022

LA OTRA HISTORIA DE CRISTO capítulo XXIV



LOS HERMANOS DE JESÚS ¿ERAN HIJOS DE MARÍA?
Sí, eran de María también. Los que no eran de María eran los Zebedeo. O sea, Cristo tenía hermanos nacidos del vientre de María: Pedro, Andrés, y el importantísimo Tomás, del que ya hablaremos.

Y además estaban los medio hermanos, que son todos los que en la Biblia aparecen como los Zebedeos.

Marcos 3,17:
“A Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto es, Hijos del trueno”

Así se conoce a la familia de Cristo: “los Boanerges”, que significa nada menos que ”Los Hijos del Trueno” pues así de revolucionarios, iracundos y explosivos eran. Enseguida gritaban, enseguida querían pelea, como puede verse en Getsemaní, cuando el que en seguida saca la espada, es Pedro. Por eso Cristo los mantiene lejos; los tiene en el grupo, pero los mantiene lejos.

José muere muy cerca en edad a Judas de Gamala, por el 7 después de Cristo. ¿Cristo cuantos años tenía? entre 13 y 14 años, justo cuando se va de viaje. ¿Entienden? El Evangelio del Tránsito de la Bienaventurada de María, dice que cuando volvió Jesús de su primera incursión en el Este, se enteró de que los dos padres habían muerto. Imagínense el dolor que le produjo. Fue tan enorme que ahí dice que fue el motivo principal por el que inmediatamente se fue otra vez de viaje.

Haciendo Milagros

Transformación del Agua en Vino
Es un truco, digámoslo así pero en realidad ni siquiera: era un truco solamente para los que no lo conocían.

La Biblia consigna que el muchacho –Jesús- venía de Grecia, que había estado en Grecia. Y era lógico que en la boda -y más si era la propia y si era de la realeza- se usara el mejor vino. El mejor vino venía de Grecia. Y la Biblia consigna que el del “milagro” era vino griego, en el detalle de que está medido en “metretas”, que es el nombre de una vasija, derivada del “metretés”que era una antigua medida griega, equivalente a unos treinta y seis litros.

En Grecia el suelo es volcánico. Por lo tanto tiene mucha calcárea, y en consecuencia produce una uva con mucho mosto, muy áspera. Ese mosto, ese vino, en Galilea no se lo conocía, porque era un vino carísimo. El vino griego era el mejor vino que se podía conseguir en la zona del Jordán. Dice la Biblia que ocurrió el milagro con la segunda toma de vino, ¿por qué?

En Caná, en la provincia de Caná, le llega el vino de Grecia y él conocía el vino de Grecia porque él había viajado, pero los hebreos no conocían el vino de Grecia –que de tan caro, les resultaba inaccesible, si no eras de la realeza por lo menos-. Les da vino de Grecia y el vino de Grecia tiene la particularidad de que por ser mostoso, con mucho mosto, se tenía que hacer en jarras curadas. Las jarras curadas ¿qué hacían? Repelían el mosto. ¿Entienden?
Si tú no tienes el barro de la jarra curado –y los hebreos no lo tenían- es como esponjoso y absorbe el mosto. Si está curada, es como si tuviera un esmalte, y lo rechaza, no esa absorbido por el barro. Al estar absorbido por la jarra no curada, no se veía que había quedado el mosto. Y en Grecia, el mejor vino era el que se tomaba como segunda vuelta porque le volvían a agregar agua y ya no era tan alcoholizado ni tan mostoso. Ese vino era el vino más rico de los griegos. Claro te pasa hoy igual. En Grecia me pasó lo mismo: ¿esto era el famoso vino?, qué mal gusto que tenía en Argentina tenemos mejor vino. Hasta que me di cuenta de que el proceso que era a la segunda le ponen el agua. Entonces se forma un vino delicioso, porque es muy sabroso pero no tan alcoholizado; y es muy suave porque se le fue todo el mosto, se le deshizo el mosto.

Vino mostoso, que no conocían en Caná. Vino que –vale mencionarlo- es tan carísimo, porque rinde el doble. Y por eso habían comprado menos, y a María le dio la bochornosa sensación de que se había acabado el vino. Por eso el “maestre” le dice “todos nos dan primero el mejor vino, tú lo has reservado para el final” porque el segundo vino era el que valía la pena.

“Lázaro” es un nombre inventado. No hay otro Lázaro en toda la Biblia, ni antes ni después, en ningún otro lugar. ¿Y qué nos dice la Biblia? Veamos la escena: Jesús estaba de viaje. A dos días de Betania, que es la zona correspondiente adonde vivía Lázaro. Era de una familia muy acomodada.

¡Uy que casualidad! Martha, María y Lázaro eran de la misma familia, María Magdalena era del culto de Ishtar, era gente de mucho dinero y Lázaro tenía tumba propia en la casa. Tener tumba propia era una cosa de realeza extremada, indica que, más que de muchísimo dinero, era gente de fortuna.

A dos días de distancia, le cuentan a Jesús, que “Lázaro está muerto” a lo cual, sin índice de metáfora alguna, simple y muy concretamente Jesús responde “no está muerto, está dormido”

Pequeño trámite. Cristo dice de entrada que Lázaro no está muerto, está dormido, en Juan 11:42. Listo. Como se dice en estos casos: “A confesión de parte, relevo de pruebas”.
Luego de semejante declaración/confesión lejos de toda angustia -o aunque más no sea un poquito de sorpresa. Jesús agrega que esa “muerte” es para Gloria del Señor. Y lo más interesante: se queda... dos días más.

Por su parte, Martha no sabía lo que estaba ocurriendo. Martha de verdad se creía que el hermano estaba muerto. De hecho, tampoco hay indicios de que tampoco María Magdalena lo supiera.

Los judíos no le contaban a las esposas lo que andaban haciendo. ¿Está claro? Y mucho menos aún, si se trataba de Instrucciones Espirituales y secretas. Además, Cristo y Magdalena estaban recién casados, y hay que ver hasta donde la participó. Pero lo que es seguro es que los índices de angustia en ella, muestran que por lo menos Martha, no estaba al tanto.

Vale recordar lo que vimos en el primer “milagro”: Cristo –como todo Maestro- jugaba con el engaño. Y además Martha no era del grupo –como se vio por la respuesta de Cristo cuando Martha limpiaba la mesa-. A los dos días dice “vamos a verlo”. La historia desocultada por Clemente de Alejandría cuando Cristo llegó: en cuanto Lázaro lo escuchó desde adentro de la caverna, literalmente le gritó “sácame de aquí”.

Pero que no haya resurrección, no significa que la escena no sea interesante. Y más bien todo lo contrario: le da mucho más interés como puede verse ante la sola pregunta de ¿qué era todo esto? ¿qué hacía Lázaro en la caverna?

Hacía exactamente lo que tenía que hacer si quería Iniciarse en la Enseñanza Gnóstica. Esa es la Enseñanza de Cristo- Ese era el Ritual que debía realizar el varón de una familia cuyas mujeres se entregaban a Ishtar.

María era de la familia; María ¿qué? María Magdalena. Hablamos de la “pecadora” cuyo pecado se centraba en que, ¡oh casualidad! había tenido 7 demonios que le habían salido del cuerpo. Y como ya hemos develado suficientemente, eso significaba muy clara y concretamente que se había Iniciado en el Culto de Ishtar. Pero ese era un Culto para mujeres. Y los varones de las familias cuyas mujeres iban a Ishtar, se iniciaban en un Culto Gnóstico, del que Cristo sabía porque casualmente, se enseñaba adonde él había estado: en Egipto.

Y ese Culto Gnóstico se iniciaba con un Ritual de Muerte y Resurrección.
Te encerrabas/enterrabas en una caverna , dentro de la cual tenías que estar como mínimo 4 días. ¿Y qué dijimos que había sucedido con Cristo? se enteró de que “Lázaro había muerto”, dejó pasar 2 días y luego emprendió el Viaje de 2 días hasta Betania.

Los Rituales de Muerte y Resurrección, hoy en día siguen realizándose. Y siguen siendo dentro de una caverna. Y un detalle más: no lo habían vendado como a un muerto. Sólo le habían puesto el vendaje ritual. A un muerto no se lo venda pierna por pierna. Si no lo habían envuelto como a un muerto, es porque no se murió. Y si no se murió no lo resucitó.

Cuando los discípulos se enteraron de que Lázaro estaba en la caverna, gritaron -y esto en La Biblia, ni siquiera en los Apócrifos- “vamos a morir con él”. Juan, hace la mención explícita de que los discípulos le dijeron a Jesús queremos ir a morir con él, vamos a morir con él.

Claro, era un Ritual de Iniciación y muchos de ellos, eran gente que quería Enseñanza. Querían Iniciación, y le dijeron queremos hacer el mismo Ritual Iniciático. Aún si no hubiéramos hecho todo eso, es la misma Biblia la que se encarga de aclarar que ninguno de los “milagros de resurrección” de Cristo lo es.

LA OTRA HISTORIA DE CRISTO capítulo XXIII

 


Y hablando de las delicias de la vida conyugal una escena cuasi de alcoba, que sigue confirmando cada cuestión que vamos desocultando: Evangelio de Felipe que suele ser tan “sutil” como lo vas a leer ahora.

Cuando Felipe habla de algo, no te deja la menor duda como lo podemos ver en estos dos párrafos:

Evangelio de Felipe, 36
“Había tres Marías que caminaban continuamente con el amo, la madre de él, la hermana de él (Cristo tenía una media hermana: María Zebedeo) y la Magdalena. Ella, quien se llama su pareja. Pues María es su hermana, María es su madre y María es su pareja.

Evangelio de Felipe, 59
“La pareja de Cristo es María Magdalena”
“El amo amaba a María más que a todas, y más que a todos los demás discípulos y la besaba a menudo en la boca de ella” Te aclara “en la de ella”, por si no lo habías entendido. Y ya que estamos en terreno de sutilezas:

“Abrazaba él también a las otras hembras, pues le decían a menudo “pero que tú la amas a ella más que a todas nosotras” y él respondía entre risas “pero cómo que no os amo a vosotras”

No pierdas la oportunidad de ver, en estas escenas muy cotidianas que Cristo, lejos de todo acartonamiento es descrito como un tipo alegre. Y un detalle más todavía, que va a importar mucho más delante, cuando hablemos de la tumba de Cristo:

El Testamento de San Juan dice el nombre en clave de verdadero nombre de María Magdalena: El emblemático nombre de “Marianne” Y dice que Marianne era quien inspiraba fortaleza al grupo, y quien después tuvo su propio núcleo de seguidores llamados Los Marianistas.

Cuidado entonces con la asociación directa de que “lo Mariano” y “lo Marianista” está ligado necesariamente a la madre de Jesús.

Gran división, Gran Integración
Es tan necesario diferenciar ambas cuestiones. Pues en realidad constituían dos bandos enfrentados, representantes de los dos polos de la dialéctica de la gran división primaria que a Cristo le tocaba enfrentar. Como se trata de algo totalmente clave, veamos todos los lugares de la Biblia donde están citados los enfrentamientos discípulos y familia.
Juan 2,12; muestra que al principio no se manifestaba la división:

“Después de esto descendieron a Capernaum, él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días”

Hasta que en Juan 12 se demuestra que la escena de la Unción hizo el enfrentamiento se haga manifiesto. Enfrentamiento que se vuelve dramático en Lucas 7:44:

“Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. 45 No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. 46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies”

Seguimos con Señales cada vez más claras. Segunda Carta a los Corintios de Pablo 11,4:
“Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis; 5 y pienso que en nada he sido inferior a aquellos preclaros apóstoles”

Carta a los Gálatas 1,18:
Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y Permanecí con él quince días”

2,4:
“los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud, 5 a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros. 6 Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa;

Dios no hace acepción de personas), a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron. 7 Antes por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión 8 (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles), 9 y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión”

2,11:
“Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. 12 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. 13 Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. 14 Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos:

Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?”

Esta sucesión muestra descarnadamente cómo se pelean a lo bestia entre los discípulos y entre los miembros de la familia y cómo la idea de que estaban todos del mismo lado alrededor de la Enseñanza del Maestro, no existe. Había enfrentamientos, y cada vez peores que llegaban a extremos como los que revela el mismo Pablo “Yo voy a enseñar a un lugar y atrás mandan gente de ellos para deshacer lo que yo hice”

=Para que se entienda aclaro que Pablo predicaba un Cristo divinizado, como si fuera un dios, y sin ninguna impregnación de las costumbres y principios judíos, mientras Pedro y los demás apóstoles, predicaban un Cristo Mesías, pero hombre y todo iba impregnado de las costumbres y principios judíos pues ellos eran judíos como el mismo Cristo, y entre otras cosas estaba la circuncisión que transmitían como una obligación a los nuevos cristianos. Por esta razón existían estas dos corrientes enfrentadas y lógicamente a los gentiles, es decir a los no judíos, no les atraía un Mesías que no fuera un dios poderoso, y mucho menos tener que circuncidarse, aparte de otras obligaciones propiamente judías.

Tal como podemos comprobar hoy, con la Iglesia Católica, ganó la corriente de Pablo y por ello se propugna un Cristo que es Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad, no hay circuncisión y las obligaciones de los cristianos católicos son bastante simples comparadas con las de los judíos.

Finalmente que Cristo no se deja llevar por “la sangre”, es tan claro como conmensurablemente lo muestra, por ejemplo, el terrible calificativo que le pone a Pedro por querer apoyarse en la sangre:
Mateo 16;23:
“Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

Las castas para los hebreos eran las familias, las “tribus de Israel”. Lo que para la India era el sistema Brahmánico, para los hebreos eran las familias.

Pero también queda igual de claro que eso no significaba que se pusiera eso es lo que, con total Maestría, se muestra en Marcos 3,31; Mateo 12,46; Lucas 8,19, tal como antes lo hemos situado cuando ubica “Mis Discípulos son Mi Familia”

¿Qué hizo cuando hizo Eso?: Ni-Ni: ni discípulos, ni familia integrando a ambos en un polo Superior .

SAN PABLO EN ATENAS DE Rafael Sanzio

LA OTRA HISTORIA DE CRISTO capítulo XXII

 


Mateo 26,6:
“Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, 7 vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa. 8 Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? 9 Porque esto podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres. 10 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. 11 Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. 12 Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura. 13 De cierto os digo que dondequiera que se predique este
evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella”
Cristo no sólo poniéndose del lado de Ella ante la familia sino diciéndoles que cuando prediquen, van a tener que hablar de Ella -y no de ellos-. Y no perdamos de vista el pequeño detalle de que quienes se supone que iban a tener que predicar eran precisamente ellos.
Con 300 denarios comía una semana un ejército de Roma. Era como un año de salarios es decir, una fortuna. Con eso, Ella le demostraba una valorización y un amor supremos.
Pero hay, en esa misma escena, algo aún mucho más valioso, valorizante y altamente chocante para todos: el Acto de acercarse a Jesús y lavarle los pies con su propio cabello.
Acto que –digámoslo de una vez para avanzar en el tema-, Sólo se hacía entre marido y mujer.

Que venía Martha y su hermana, María, estaba en la casa. Y que Martha salió al encuentro de Jesús para pedirle que lo resucite a Lázaro. Acá está hablando de Martha y su hermana María. ¿Qué María? Betania.

Pero de pronto el personaje adquiere un giro. ¿Por qué? Porque María no puede salir. Y dicen que sale, y los discípulos la reprenden y nuevamente Jesús se pone de su lado y les dice “déjenla”.

La escena está describiendo una ceremonia judía llamada la Shivá: el Luto.

Shivá significa “Siete”, porque durante una semana los allegados más directos deben permanecer en el hogar de quien murió, porque la creencia es que durante ese lapso, el alma no abandona el lugar. Lo que importa -y mucho- es que durante ese período, las mujeres no pueden salir de adentro de la casa excepto que alguien la autorice: el marido.

Todo encaja. Ella estaba en la casa y no se movía. Sale Martha pero María no aguanta más, y sale de la casa también, y los discípulos la reprenden hasta que alguien la autoriza –lo cual sólo puede hacer un marido-; y ese alguien es Jesús.

Es decir: con total claridad, están hablando de una conducta de esposa y esposo. Pero la escena es tan importante –no por nada, la iglesia la recortó- que revela un detalle más, de enormísima importancia:

Acá a la que nombran es a María Betania, no a María Magdalena. Pero la que aparece es la que tiene conducta de esposa de Cristo. Entonces ¿cuál era la esposa de Cristo: María Betania o María Magdalena? Las dos.

Pero ya sabemos que un Rabí no puede ser bígamo ¿Entonces? Entonces la Escucha vuelve a darnos la Respuesta: María Betania, es también nombrada María de Betania –y hasta María de Betania– lo cual remitía a un lugar llamado Betania. Pero resulta que Betania, como lugar no existe. La provincia de Betania es como Nazareth: se inventó mucho tiempo después.

Pero de todos modos, sea de la época que sea ¿a dónde la ubican? casualmente, en el lugar adonde transcurre la escena de la Unción, como bien lo aclaran Marcos y Mateo: “Y estando Jesús en Betania”.

Y Juan, directamente Juan nombra que la que ungió con aceite al maestro fue María de Betania.

Juan 11,1:
“Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana. 2 María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos”

Con lo cual, dos cosas quedan demostradas:
María Magdalena y María de Betania eran la misma persona . Y Betania se trata de un nombre agregado como puede verse en el fallido llamado anacronismo: la escena del perfume a la que aquí alude, como vimos, está en el mismo Juan, pero un capítulo más adelante.

- Juan 12,3- y lo está citando en Juan 11,1. Es decir: Cita algo que aún no sucedió:
Para que quede claro, entonces: concretamente Juan 11,1 dice en forma explícita que la mujer que unge a Jesús, es María de Betania: mientras todos los demás dicen que es María Magdalena.

Ergo, ambas son la misma persona.

¿Y por qué toda esta confusión, que hasta incluye cuestiones explícita y anacrónicamente agregadas? Por el mismo motivo por el que todo alrededor de Magdalena es –sin todas estas claves- tan confuso: porque tratan de confundir al personaje, y al mismo tiempo de dar las pistas para preservarlo.

De hecho, hay lugares en la Biblia explícitamente escritos para cubrir el tema de que existía una relación directa entre Cristo y Magdalena por motivos que serán totalmente claros cuando hablemos del Grial. Era necesario cubrir a Magdalena. Por eso tratándola de “pecadora”, de “prostituta” y dando a entender que estaba “poseída por 7 demonios ”se alejaba la posibilidad de que se pensara que ella era la esposa. Confundirla y hacerle un personaje desdoblado forma parte de la misma estrategia: cubrirla, ocultarla.

Por eso, ante tanta confusión, es realmente de importancia ver que las claves que estamos ubicando, más se confirman cuanto más profundizamos:

Si María de Betania y María Magdalena son la misma persona desdoblada, cuando ese Juan 11,1 al que venimos citando dice que “Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana. 2 María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos” Está agregando 2 datos: María Magdalena tenía una hermana llamada Marta y Lázaro era el hermano de María Magdalena.

Una vez entendido todo ese parentesco, se aclaran un montón de escenas que, a su vez, confirman con múltiples detalles más y más lo que ya hemos develado; como por ejemplo:

Lucas 10,38:
“Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. 39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. 40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. 41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42 Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”

O “pequeñas delicias de la vida conyugal”: Marta se queja amargamente ante Jesús y le dice ¿no me tendría que ayudar un poquito ella a levantar la mesa?” ¿Ven que Jesús se las veía con las mismas cosas que todos nosotros? “¿No me tendría que ayudar un poco a trabajar? Mucho Astarté, mucha Unción, mucho Perfume caro pero la mesa ¿quién la levanta? A lo que Cristo le responde “es que ella eligió la mejor parte” aludiendo claramente a él mismo.
Está claro: María Magdalena lo eligió a Jesús.

LA OTRA HISTORIA DE CRISTO capítulo XXI

 

Así como cuando lee –si la lee- la Biblia, la humanidad pasa de largo las Claves que revelan que ese capítulo de Juan está contándonos el casamiento de Cristo, esa misma humanidad pasa de largo hipnotizada por la pequeñísima Gioconda, y no ve el cuasi mural que frente a sus ojos está revelando que en “Las Bodas de Caná”, Jesús y a una mujer a su lado, están ubicado en El Centro de la mesa.

Es decir: en el lugar donde –hasta el día de hoy- en una Boda se sienta la parejita que se está desposando.

La Agraciada
Nos faltaba una boda, tenemos una boda. Y una Boda fundamental, donde se le atribuye el primer milagro, donde aparece la madre, donde se comportan como anfitriones y donde queda nombrado como el esposo. Todo cuaja perfectamente. Si tenemos Boda queremos conocer a La Agraciada.

Tenemos una Boda, tenemos un Rabí, tenemos un muchacho codiciado -un buen partido, como se dice- Tenemos que tener una Candidata interesante.

¿Hay alguna Agraciada en la Biblia?
Sí pero no una. Aparecen dos. Además de casado ¿bígamo?

Las dos posibles Agraciadas son, claramente, María de Betania y María Magdalena.
Esas son las dos candidatas que andan siempre cerquita de Jesús. Y que no se entiende cómo pueden estar tan cerca y hacer las cosas que hacen si no fuera por una relación de parentesco Marital.

Presentemos a las Agraciadas: María Magdalena, dice la Biblia que era alguien de quien habían salido 7 demonios. Es todo lo que ubica. Digamos clara y explícitamente, que en ningún momento y en ningún lugar la Biblia dice que María Magdalena fuera prostituta. Se la trata de confundir con la que iban a apedrear, pero no es la misma. ¿Por qué? porque a esa le dice: vuélvete a tú casa. Y María nunca se volvió a su casa, estaba siempre con ellos. Y eso es rarísimo: una mujer nunca podía viajar con hombres si no era esposa o madre de alguno de ellos.

La Biblia consigna María Magdalena y María de Betania viajando con ellos muchas veces.

Lucas 8,1:
“Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él, 2 y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios”

A María de Betania la hacen figurar con una hermana que se llama Martha. Y las que viajaban siempre con ellos eran María Magdalena y María de Betania.

Y de Magdalena, lo único que consigna es la frase de los 7 demonios, por la que todo el mundo la cree pecadora y la iglesia trató de que se confunda con la prostituta:

Marcos 16,9:
“Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien había echado siete demonios”.

Como vemos, Cristo se le apareció en primer lugar a ella después de la resurrección ¿A una pecadora?

Y hablando de demonios: ¿qué cuernos es eso de los 7 demonios? Eso era un ritual que solamente se hacía a las mujeres, en el culto a la Diosas Sumerias, Fenicias y Asirio-Babilónicas Ishtar o Astarté.

Según la leyenda que la iglesia se encargó de hacer circular ¿a qué se dedicaba Magdalena? a la prostitución. Y ¿a qué no se imaginan a qué se dedicaba Astarté? Tenía a su servicio Prostitutas pero Sagradas. Exactamente al igual que Isthar.

Es absolutamente normal y común el Culto a la Prostitución Sagrada en muchas Culturas de la Historia de la Humanidad. Y no sólo en medio Oriente, como lo demuestra por ejemplo Xabentún, entre Los Mayas.

Los hebreos estaban –como pueden imaginarse- tan fascinados como avergonzados de estarlo frente a esa deidad por eso los Profetas condenaron su culto.

¿Y con qué la condenaron? le crearon una palabra especial –lo cual muestra hasta qué punto enorme importaba entre los hebreos-. Esa palabra que le crearon, era “Ashtoret”, que sonaba igual que la palabra Bossheth que significaba exactamente lo que trataron de que recaiga sobre Magdalena: vergüenza.

De hecho, en sus imágenes, para asociarla con la vergüenza, se la muestra de un modo que para los hebreos, era sinónimo directo de escándalo: desnuda.

Lo cual pueden imaginarse cuánto los “enojaba” por no decir excitaba. Y aunque suene a broma, se trataba efectivamente de una Diosa “excitante”, por eso también era una Diosa guerrera: “La Señora de las batallas”.

¿Y cómo se la representaba? De pie sobre un carro, empuñando un arco tirado por ¿a que no saben cuántos Leones? 7

Ahí están “los 7 demonios” que constituían la Fuerza de Ishtar. Fuerza de la que por eso, tenían que Apropiarse en 7 etapas expiatorias del poder de esos demonios –vanidad, orgullo, etc.- sobre la Postulante.

Es decir: “Expulsar 7 demonios ¿Y cómo eran consideradas hasta que expulsaban el poder de esos 7 demonios? como pecadoras. Todo lo que extraviaba ahora es pura orientación: “la pecadora”, “la prostituta”, “aquella a la que le sacaron 7 demonios”

Todo perfectamente transparente: Todo Eso es Magdalena. Y precisamente, por todo Eso es Purísima.

Y precisamente, por todo eso se entiende perfectísimamente que Cristo la haya elegido como esposa. Y precisamente, por todo eso se entiende perfectísimamente que la haya elegido para que sea Ella quien le realice la Unción.

Tal como se muestra en nada menos que el Evangelio de Magdalena. Sí. Aunque te parezca mentira eso existe.

Dicho Evangelio cuenta escenas específicas que muestran que había muy serios problemas entre el grupo que rodeaba a Cristo, y Magdalena y que Cristo la defendía:
Las primera escena, que puso automáticamente en contra a toda la familia, fue la de la Unción.

De hecho, en ese momento, hay quejas abiertas y explícitas, tanto respecto de la Unción en sí misma, como de que sea Magdalena quien lo va a ungir. Todos se quejan, y el que más encarna la queja de todos, es alguien que después va a adquirir relevancia porque casualmente toda la humanidad se va a quejar de él: Judas. Y el hecho es tan importante, que los 4 Evangelios se encargan de ocuparse de la cuestión:

Juan 12,3:
“Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. 4 Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar: 5 ¿Por qué no fue este perfume vendido por 300 denarios, y dado a los pobres? 6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella. 7 Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto. 8 Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, más a mí no siempre me tendréis”

Lucas 7,36:
“Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. 7 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; 38 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.

7:39 Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora”



Marcos 14,3:
“Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza. 4 Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? 5 Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella. 6 Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho. 7 Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. 8 Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. 9 De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella”

miércoles, 2 de noviembre de 2022

LA OTRA HISTORIA DE CRISTO capítulo XX

 






Les hacía creer que ellos iban a tener un trato especial: que los reclutó primero porque ellos iban a ser los primeros. Y eso nos retorna a la escena de la Unción.

Escena clave. Ahora tenía que elegir quien lo unja y todos daban por sentado que iba a elegir o a su hermano inmediato inferior -en edad- Pedro, o a la madre.

Lo daban absolutamente por sentado. Por eso, se constituye en un golpe de efecto tremendamente dramático en la historia, que Jesús elija para que lo unja a una, por ahora permítanme usar la palabra, “pecadora”.

Iba a entrar en Jerusalén donde tenía que hacer todos los milagros. Pero las Profecías le exigían entrar como Cristo o sea, tenía que Ungirse.

La Unción me la ganaba yo, con toda esa instrucción, pero yo tenía el Honor de darle el honor a alguien. Ni discípulo varón, ni familiar. Sino, mujer y discípula. Por lo menos discípula ¿O encima, algo más, algo peor?

De Boda en Caná
Empecemos por decir bien claro, que es absolutamente impensable por ley de la Mishnah, Deuteronomio, que un Rabí sea solterito y sin apuros: El Rabí era casado o no era Rabí.
Los 300 primeros años de iglesia, no hubo ley alguna que prohibiera el matrimonio del clero.

 La primera idea del celibato, aparece recién en el 305 dc, en el Concilio Regional del Elvira, pero fue rechazada. Rechazo que se prolongó 20 años después, en el de Nicea -que no fue regional, sino general de toda la Iglesia- Y que se prolongó durante los 7 Concilios Ecuménicos –que son los concilios de la iglesia antes de las divisiones, como por ejemplo la anglicana, la ortodoxa, etc. que, vale decirlo, ninguna tiene celibato-.


Recién en el año 385 el Papa Siricio ordenó el celibato de los sacerdotes con muchísima oposición, en la palabra y en los hechos: gran parte del clero, continuó viviendo con sus esposas.

Mateo 8,14:
“Vino Jesús a casa de Pedro y vio a la suegra de este postrada en cama con fiebre”
En un párrafo que retomaremos más adelante, porque contiene otra clave sumamente fundamental, Pablo dice:

Primera Carta de Corintios 9,5:
“Tengo todo el derecho de recibir comida y bebida y también llevar conmigo una esposa cristiana como lo hacen los otros apóstoles, los hermanos del Señor y Cefas”. Y si eso ya no deja lugar a dudas de que los muchachos podían llevar esposas con ellos, en la Primera Carta a Timoteo 3,2 directamente dice – muy peirceanamente, por cierto- que eso no sólo es Posible sino Necesario:

“Es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer”
Pero el plato más fuerte aún, está un parrafito más adelante de esa misma Primera Carta a Timoteo 4, 1-4 pues como una especie de Profecía, advierte que:

“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; 2 por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, 3 prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. 4 Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias”.

Absolutamente contundente y se transforma en directamente demoledor si se lo combina con la practicidad anti-hipocresía de lo que el mismo Pablo recomienda en la Primera Carta a Los Corintios 7,8:

“A los solteros y a las viudas les digo que es bueno quedarse sin casar como yo; 9 pero si no pueden controlar su naturaleza que se casen porque más vale casarse que consumirse de pasión.

Para decirlo en una sola frase: qué raro que si Cristo se casó, su Boda no figure en la Biblia.
¿Cómo puede ser que no se mencione una Boda así en los Evangelios?

Un milagro estupidísimo: Transformar el agua en vino. Uno dice, para primer milagro, una cosa tan boba? ¿Para presentarse en público, una cosa tan menor como transformar el agua en vino? Cuando además era el milagro en el cual él se daba a conocer como el Mesías. Algo se oculta en eso.

En cuanto se Recorre la Boda de Caná sin los preconceptos hipnóticos, todo se torna absolutamente sospechoso, pues Jesús y su madre, se comportan como perfectos anfitriones.

Aunque se los quiere hacer figurar como invitados (pues por motivos que mucho más tarde veremos, cuando develemos nada menos que el tema del Grial, al matrimonio de Cristo había que mantenerlo lo más oculto posible) en ningún punto se comportan como invitados:
Llega Jesús con su madre y toda su cohorte. Advirtamos que todavía no se había dado a conocer en su ministerio público -él volvía de su instrucción- y ya andaba con los discípulos y con la mamá atrás ¿y los invitan a todos? Raro.

Ya esto no cuajaría con una invitación social. Pero muchísimo menos cuaja aún con las normas y costumbres sociales –que los hebreos recontra respetaban- la conducta que toma María: literalmente asume el papel de un anfitrión y no de un invitado en una fiesta.

Claramente: se ocupa de las provisiones, le da órdenes al maestre sala, al jefe de los mozos y la obedecen. Por qué, si ella era una invitada. Y hace algo que en medio oriente constituye directamente una ofensa terrible: que un invitado le quiera resolver la falta de algo a alguien que organizó una fiesta. Es al revés: no puede faltar nada, y cuando termina la fiesta estás obligado a llevarte el paquetito. Hay que ponerse en ese contexto, y qué dice la Biblia: a los que hicieron la fiesta se les acabó el vino.

Pero Idishe Mame al fin, ignora completamente lo que el hijo dice; y por muy Mesías, zelote y ungido que él sea logra lo que quiere de su hijito.

Juan 2,3:
“Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. 4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere”

Primero, que el joven usa sus súper poderes para hacer vino en una fiesta y porque la madre dice. Y no es que se estaba muriendo alguien y él tuvo que entrar en acción sino que era para tomarse unos vinitos en una fiestita.

Y que el Gran Ungido, Primogénito Davídico y Aarónico, Esperanza del Mundo, que pasó las pruebas más duras en los Templos más Herméticos de Egipto, al que no pudieron dominar ni los Brahmanes de la India no pueda sostener un “no” –que manifiestamente trató de decirle- ante la madre.

Y no sólo él: el jefe de ceremonias, los sirviente y los mozos también la obedecen.

Y viene ahora en Juan 2,9:
“Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora”

¿Quién había propiciado el vino? Cristo. ¿Y a quién dice que llamó para felicitarlo por   el buen vino que sirvió? Al esposo, que sirvió el vino. Entonces ¿cómo está nombrado Cristo, el que sirvió el vino? como el esposo.

Si tienen ocasión de ir al Louvre, cuando se hayan decepcionado suficientemente de La Gioconda, antes de ir a pedir que les devuelvan el precio de la entrada, mírenle el dedito de la mano izquierda apenas levantadito, como queriendo señalar algo, y vean –por pura casualidad- hacia dónde sugiere mirar:

Hacia el cuadro que devela uno de los puntos más ocultos de la historia de Cristo: Las Bodas De Caná, de Veronese.