Este precioso cartel ha levantado muchas ampollas entre los católicos más reaccionarios y las redes sociales se han llenado con múltiples opiniones en pro y en contra, cada cual con sus razones. Concretamente en el post de mi perfil de facebook se puede comprobar que siendo la misma imagen para todos, cada cual ve cosas diferentes según su concepción.
Para realizar la pintura que ha servido de base para el cartel de la Semana Santa de Sevilla ha posado como modelo su propio hijo.
El artista sevillano Salustiano García, asegura en una entrevista que falta cultura artística en las personas que han criticado su cartel de Semana Santa y cuenta que a su hijo Horacio se le saltaron las lágrimas cuando vio la obra terminada: «Los dos nos hemos reído con toda esta polémica y estamos muy sorprendidos de la politización que se está haciendo del cuadro»
El artista dice sobre su obra: Las potencias del Cristo del Amor son igualmente bellísimas, perfectas para coronar a este cristo joven y resucitado. Además, está su nombre: el Amor. ¿Se puede tener un nombre más bello?
El amor de Cristo nos alimenta y redime, y ha sido el amor –el amor de padre, el del hijo y el del hermano-- es el que me ha inspirado al crear esta obra, plena de sereno respeto y de un insaciable anhelo de resurrección en la eternidad.
También dice el artista: Me habría encantado incluir en el cartel un homenaje a todas las hermandades de la ciudad pero solo he podido evocar a dos de ellas: el paño del Cristo del Cachorro y las potencias del Cristo del Amor.
Considero que el paño del Cachorro es uno de los más hermosos que existen. El movimiento que le imprime el viento le da un carácter dramático y emocionante. Este movimiento enfatiza, aún más si cabe, la quietud y la majestad del Cristo que he representado.
Las potencias del Cristo del Amor son igualmente bellísimas, perfectas para coronar a este cristo joven y resucitado. Además, está su nombre: el Amor. ¿Se puede tener un nombre más bello?
El amor de Cristo nos alimenta y redime, y ha sido el amor –el amor de padre, el del hijo y el del hermano- el que me ha inspirado al crear esta obra, plena de sereno respeto y de un insaciable anhelo de resurrección en la eternidad.
COMO LO VEO YO
Si hacemos abstracción del fondo, que al ser el color rojo destaca muchísimo, y observamos solo la figura, podremos comprobar, al comparar con pinturas clásicas sobre el tema, que no difiere tanto, pues esa belleza del cuerpo, la delicadeza de las formas a algunos le provoca la sensación de una sutil feminización, así como el “contrapposto”, que para quien no lo sepa, es una forma de posar en la que una persona se coloca con su peso en una pierna, mientras que la otra pierna está ligeramente flexionada, aquí apoyando sobre la pierna izquierda. Esta posición permite al modelo descansar su peso en una pierna mientras que la otra se mantiene relajada, y esto ya viene de antiguo. Por tanto en este aspecto tiene unas características semejantes a pinturas y esculturas más antiguas.
Técnicamente está resuelto de manera impecable, tanto el dibujo como la pintura, en un estilo hiperrealista, tal como muchos pintores resuelven hoy, aunque no sea para mí la forma en que más me gusta la pintura, pues yo prefiero ver la pincelada.
Al ser el fondo rojo, aspecto que enfatiza el pintor y que utiliza habitualmente en sus retratos, además del negro, provoca la atracción de la mirada y te atrapa, especialmente porque el fondo es liso, plano, sin nada más.
Evidentemente y como muchos opinan, esta imagen está lejos de invitar a la compasión, pues no parece que contenga sufrimiento alguno sino todo lo contrario, las marcas de manos y costado son casi invisibles, por lo que su aspecto es de un gozo sereno y firme. Por ello los más creyentes y seguidores de la tradición lo rechazan y les parece irreverente. Debemos considerar que al situar la imagen posterior a la "resurrección" lo lógico es que que sea una figura que siente una gran satisfacción de haber escapado de la muerte. Otra cosa es que la Iglesia, hasta ahora, haya condicionado a los artistas a representar el dolor y la crueldad para provocar la compasión de los creyentes.
La realidad es que si no fuera porque la inmensa mayoría de los artistas anteriores lo han representado de raza indoeuropea, olvidando que Jesucristo fue semita y por tanto de piel morena, curtida y con rasgos hebraicos, todos detestaríamos, por impropio, ver una imagen como esta que nadie tiene que ver con la realidad histórica, pero por la misma razón, se nos ha grabado una tipología y un rostro determinado que se ha ido decantando a lo largo del tiempo, y cuando vemos una imagen diferente a lo acostumbrado nos choca, nos descoloca, lo que nos lleva a no gustarnos y a algunos a detestarla, y como estamos hablando de religión y creencias, algunos se lo toman como un insulto. También es cierto que esta imagen no representa a un Cristo de 33 años sino bastante más joven.
Lo que se les olvida a estos últimos, es que el artista, aún con el riesgo de que a buena parte de la población no le guste su obra, está en su derecho de pintar a Jesucristo acorde con su particular forma de entenderlo, así como configurarlo de la forma que considere oportuna para transmitir su mensaje personal.
Evidentemente si no gusta al que le ha hecho el encargo, le puede pasar como a El Greco, que tuvo muchos pleitos por su interpretación tan original y personal de las figuras sagradas.
CRISTO DEL CACHORRO
CRISTO DEL AMOR
Es evidente que el autor tiene su particular y sutil forma de interpretar la tradición, la cual ha mezclado con la innovación. Así ha colocado, tal como él describe la ropa del Cristo del Cachorro y las potencias del Cristo del Amor, que están genuinamente representadas, referencias muy importantes para los sevillanos que conocen a estas imágenes y por ello, precisamente, hace una referencia clarísima a Sevilla como ciudad que alberga éstas y muchas otras cofradías.
Resumiendo, me parece una obra potente, con mucho arte y dominio técnico, tradicional e innovadora a la vez, según he explicado, y desde luego ha logrado lo que debe conseguirse con cualquier cartel: Que todo el mundo hable de él y por ende, todos se enteren de lo que se anuncia. Y si hasta ahora el pintor Salustiano García solo era conocido por los círculos de la pintura, con esta obra y gracias a los que protestan porque no les gusta, el artista se ha dado un baño de masas. Y es que los círculos católicos más reaccionarios, al “reaccionar” de la forma habitual, como hacen con ciertas películas y obras de teatro, protestando y haciéndose oír, consiguen el efecto contrario al que se supone que pretenden, hacen que se entere todo el mundo del objeto de sus protestas, con lo que igual que pueden conseguir ciertas adhesiones, también consiguen mucho rechazo.
La mayoría de las opiniones se expresan como si todos hubieran conocido personalmente a Jesucristo, sin pensar que sus conceptos están basados en lo que dicen los curas, pues los Evangelios los han leído pocos, y en las representaciones artísticas que han visto en la Iglesias, pues el resto de obras de arte están en los museos y éstas también los han visto una minoría.