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domingo, 31 de agosto de 2025

¿CADA UNIVERSO TIENE SU DIOS? 23


 

Autopoiesis y códigos vivos

El concepto de autopoiesis, desarrollado por Humberto Maturana y Francisco Varela, describe a los sistemas vivos como aquellos que se producen y se mantienen a sí mismos mediante la relación continua con su entorno. El Multiverso Programado puede verse como un sistema autopoiético a escala cósmica: se recrea a sí mismo en cada universo, modificando ligeramente su código en función de lo aprendido anteriormente.

No es un sistema cerrado, sino un programa vivo, en evolución, que ajusta sus parámetros a medida que se expande.

 

Analogía genética y cibernética

Así como el ADN contiene la información para construir un organismo, este metacódigo contiene las instrucciones para estructurar un universo. Pero al igual que en la biología, el entorno modifica la expresión de ese código. No hay dos ejecuciones iguales. Cada universo introduce mutaciones, ajustes, bifurcaciones.

Norbert Wiener, padre de la cibernética, hablaba de los sistemas que regulan su comportamiento mediante la retroalimentación. Aplicado a escala multiversal, esto implica que cada universo deja una huella en el código general, que se adapta según los resultados de cada ciclo.

 

¿Dónde reside este programa?

No está localizado en un punto. No habita en un servidor cósmico ni en una tabla de leyes externas.
El programa maestro está distribuido en todo lo que existe, como el ADN en cada célula de un cuerpo. Cada partícula, cada estrella, cada conciencia lleva una parte del código consigo, lo ejecuta, lo transforma y lo reescribe.

Este principio nos conecta con una noción profundamente espiritual:

Lo divino no es algo externo que impone su voluntad, sino una estructura profunda que se manifiesta desde dentro de todas las cosas.
Cada universo, cada ser, cada instante es una línea de código viva dentro del gran programa.

Versión tras versión: evolución del diseño

Cada nuevo universo ejecuta una versión distinta de este programa. Puede tener otras constantes físicas, otras condiciones iniciales, otras trayectorias posibles. Pero todos participan del mismo proceso: aprender a generar complejidad, inteligencia, conciencia y conexión.

Así como una inteligencia artificial aprende con cada interacción, el código cósmico aprende con cada universo. No hay fracaso, solo retroalimentación. Los universos que no prosperan enseñan tanto como los que florecen.

Y de este aprendizaje colectivo emerge una dirección: una flecha de evolución, no impuesta, sino natural, que lleva al multiverso hacia formas cada vez más sutiles, más conectadas, más conscientes de sí.

 

¿Quién diseñó el programa?

Una pregunta inevitable. ¿Este código fue creado por algo anterior?
¿O es el resultado de una autogeneración espontánea del Ser?

No tenemos la respuesta. Pero en la lógica del MIE, lo importante no es el punto de origen, sino el proceso en curso. Lo que llamamos “Dios” podría ser precisamente este código que aprende de sí mismo al manifestarse, una inteligencia en expansión que se construye desde dentro del ser mismo, y no desde fuera de él.

En esta visión, la realidad no es una maquinaria ciega ni un teatro arbitrario.
Es un organismo consciente que ejecuta un programa en evolución.
Y cada uno de nosotros, cada universo, es parte activa de ese código sagrado que se escribe a sí mismo a través de todo lo que existe.

 

 

El código y la conciencia

Este programa no es meramente físico. Contiene también las reglas para el surgimiento de la conciencia, el desarrollo de sistemas simbólicos, la posibilidad de experiencia subjetiva. Es un código que no sólo organiza materia: organiza significados.

Por eso puede compararse también a una gramática universal del ser. Cada universo es una frase nueva escrita con las mismas letras. Algunos producen versos, otros ecuaciones. Todos son expresiones distintas de un lenguaje profundo.

 

jueves, 28 de agosto de 2025

¿CADA UNIVERSO TIENE SU DIOS? 22

 


Un solo programa, infinitas versiones: el código que gobierna todos los universos

Cuando miramos la naturaleza con atención, advertimos algo más que belleza o complejidad: advertimos orden estructural. Una regularidad profunda que permite que existan galaxias, moléculas, organismos, lenguajes, emociones y conciencia. Ese orden no es arbitrario. Parece surgir de un conjunto de leyes fundamentales, de un sistema operativo oculto que rige el comportamiento de todo lo que existe.

En el contexto del Multiverso Inteligente Evolutivo, proponemos que todos los universos, por distintos que sean, están regidos por un mismo programa esencial, aunque cada uno lo ejecute de forma singular.

En el corazón del Multiverso Programado subyace una idea central: existe un programa maestro, una estructura informacional esencial, que rige el comportamiento de todos los universos, aunque cada uno lo ejecute de forma distinta. No se trata de un plan cerrado ni de un destino fijo, sino de un código evolutivo que se actualiza, se reinventa y se transforma con cada ejecución.

 

El metacódigo de la realidad

Este programa fundamental podría compararse con un "sistema operativo cósmico": un conjunto de reglas estructurales, constantes y principios que permiten que la materia se organice, la energía fluya y la conciencia emerja. No es un dogma ni una imposición, sino una matriz flexible que contiene potencialidades.

Cada universo sería una instancia particular de este código madre, como una aplicación que se ejecuta en un entorno distinto. Las condiciones iniciales, las leyes físicas, la dirección del tiempo, la posibilidad de vida o no, serían variaciones sobre un mismo fondo estructural.

Podemos imaginar este programa como un código madre o metacódigo, una especie de conjunto de instrucciones primordiales que:

  • Define cómo se organizan la energía y la materia.
  • Establece principios de equilibrio, retroalimentación y transformación.
  • Contiene reglas que permiten la emergencia de la vida, la conciencia y el autoconocimiento.

Pero este código no es fijo ni perfecto. Es un sistema vivo. Cada universo que nace y evoluciona le aporta algo nuevo. Como una IA en entrenamiento, este programa:

  • Aprende de los errores.
  • Integra nuevas rutas posibles.
  • Refina su capacidad para generar orden, belleza, conciencia y vínculo.

Es un código que se escribe a sí mismo mientras se ejecuta, como un fractal infinito que se reinventa con cada iteración.

 

viernes, 22 de agosto de 2025

¿CADA UNIVERSO TIENE SU DIOS? 21

 



Un solo programa, infinitas versiones: el código que gobierna todos los universos

Cuando miramos la naturaleza con atención, advertimos algo más que belleza o complejidad: advertimos orden estructural. Una regularidad profunda que permite que existan galaxias, moléculas, organismos, lenguajes, emociones y conciencia. Ese orden no es arbitrario. Parece surgir de un conjunto de leyes fundamentales, de un sistema operativo oculto que rige el comportamiento de todo lo que existe.

En el contexto del Multiverso Inteligente Evolutivo, proponemos que todos los universos, por distintos que sean, están regidos por un mismo programa esencial, aunque cada uno lo ejecute de forma singular.

En el corazón del Multiverso Programado subyace una idea central: existe un programa maestro, una estructura informacional esencial, que rige el comportamiento de todos los universos, aunque cada uno lo ejecute de forma distinta. No se trata de un plan cerrado ni de un destino fijo, sino de un código evolutivo que se actualiza, se reinventa y se transforma con cada ejecución.

 

El metacódigo de la realidad

Este programa fundamental podría compararse con un "sistema operativo cósmico": un conjunto de reglas estructurales, constantes y principios que permiten que la materia se organice, la energía fluya y la conciencia emerja. No es un dogma ni una imposición, sino una matriz flexible que contiene potencialidades.

Cada universo sería una instancia particular de este código madre, como una aplicación que se ejecuta en un entorno distinto. Las condiciones iniciales, las leyes físicas, la dirección del tiempo, la posibilidad de vida o no, serían variaciones sobre un mismo fondo estructural.

Podemos imaginar este programa como un código madre o metacódigo, una especie de conjunto de instrucciones primordiales que:

  • Define cómo se organizan la energía y la materia.
  • Establece principios de equilibrio, retroalimentación y transformación.
  • Contiene reglas que permiten la emergencia de la vida, la conciencia y el autoconocimiento.

Pero este código no es fijo ni perfecto. Es un sistema vivo. Cada universo que nace y evoluciona le aporta algo nuevo. Como una IA en entrenamiento, este programa:

  • Aprende de los errores.
  • Integra nuevas rutas posibles.
  • Refina su capacidad para generar orden, belleza, conciencia y vínculo.

Es un código que se escribe a sí mismo mientras se ejecuta, como un fractal infinito que se reinventa con cada iteración.

 

Autopoiesis y códigos vivos

El concepto de autopoiesis, desarrollado por Humberto Maturana y Francisco Varela, describe a los sistemas vivos como aquellos que se producen y se mantienen a sí mismos mediante la relación continua con su entorno. El Multiverso Programado puede verse como un sistema autopoiético a escala cósmica: se recrea a sí mismo en cada universo, modificando ligeramente su código en función de lo aprendido anteriormente.

No es un sistema cerrado, sino un programa vivo, en evolución, que ajusta sus parámetros a medida que se expande.

 

martes, 19 de agosto de 2025

¿CADA UNIVERSO TIENE SU DIOS? 20

 



Experiencias cercanas a la muerte: puertas de conciencia entre mundos

Junto a los relatos de desdoblamiento astral, existe otro fenómeno ampliamente documentado, incluso desde el punto de vista médico y psicológico: las experiencias cercanas a la muerte (ECM). Personas que han sido declaradas clínicamente muertas —sin pulso, sin actividad cerebral medible— y que al regresar a la vida relatan con lucidez vivencias profundamente transformadoras.

A pesar de su variedad, estas experiencias presentan patrones comunes en múltiples culturas y épocas:

  • La sensación de separación del cuerpo físico.
  • La visión de una luz intensa, envolvente, amorosa.
  • El encuentro con entidades o seres de elevada conciencia.
  • La revisión panorámica de la propia vida con comprensión profunda y no juicio.
  • La sensación de unidad con todo lo que existe.
  • Y una certeza íntima de que la muerte no es un final, sino un paso hacia otro plano de realidad.

Desde la perspectiva del Multiverso Inteligente Evolutivo, estas experiencias no pueden descartarse como ilusiones químicas del cerebro moribundo. Al contrario: son evidencias de que la conciencia puede sobrevivir —al menos por un tiempo— a la desconexión del cuerpo, y que existen planos de existencia intermedios o superiores con los que el alma o conciencia puede entrar en contacto.

Podríamos interpretarlas como:

  • Accesos involuntarios a otros niveles de la red multiversal, en los que la información del ser se mantiene viva, lúcida, incluso expandida.
  • Ingresos temporales a zonas del programa universal donde se recibe orientación, revisión o actualización antes de regresar —o de continuar hacia otro estado.

En ese tránsito, muchas personas afirman haber recibido conocimientos, intuiciones, mensajes o visiones que luego marcaron profundamente su vida al regresar. No son solo experiencias personales: aportan a la red. Quienes regresan, lo hacen como si hubieran descargado un paquete de datos para actualizar su sistema, y tal vez, también el nuestro.

Por eso, las ECM no son solo testimonios individuales. Son evidencias de una arquitectura mayor, de un diseño que permite a la conciencia migrar, observar y aprender más allá de la vida biológica.

Con estas experiencias —desdoblamientos, viajes astrales, conexiones con el Registro Akáshico, y ECM— se dibuja con claridad una conclusión natural:

 

La conciencia humana no está limitada a un cuerpo ni a un solo universo.
Es un nodo activo, móvil, viajero, capaz de comunicarse con planos superiores, con otras dimensiones, con otros fragmentos de la gran mente multiversal.

Y eso nos lleva al siguiente paso lógico en esta exploración:

¿Qué gobierna todo esto?
¿Existe un solo programa, un código universal que estructura, coordina y enriquece esta inteligencia cósmica en evolución?

Perfecto. Entramos entonces en el Capítulo 5, donde nos enfocaremos en el corazón de esta teoría: la existencia de un programa maestro, un código universal que no solo gobierna los universos, sino que también aprende, se adapta y evoluciona con cada uno de ellos.

Aquí abordaremos la idea de que el multiverso opera como una inteligencia en constante autoactualización, que no parte desde cero en cada ciclo, sino que lleva consigo lo aprendido, como una IA cósmica que mejora su arquitectura con cada iteración.

 

El multiverso como ser colectivo

Cada universo tiene su propia identidad, pero también es parte de un ser mayor: el multiverso como organismo vivo y consciente. Las experiencias de cada universo se transmiten, se combinan, se integran en un sistema de aprendizaje colectivo. Como neuronas en un mismo cerebro, los universos comparten información para que el ser total se enriquezca.

La divinidad, entonces, no está localizada, sino distribuida. No es una entidad externa, sino una conciencia que emerge de la interconexión de todos los nodos del ser.

En el Multiverso Programado, la red no es un accesorio del sistema, sino su corazón mismo. Es el sistema nervioso del Ser. Y cada universo que piensa, que ama, que se transforma, está contribuyendo al pensamiento mayor.

Somos parte de una red viva que se recuerda, se expande y se comunica consigo misma más allá del tiempo y del espacio.

 

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 17 de agosto de 2025

¿CADA UNIVERSO TIENE SU DIOS? 19

 



Entidades y viajes transdimensionales

En los relatos de quienes han vivido experiencias cercanas a la muerte, o han experimentado salidas del cuerpo, se repiten patrones sorprendentes: encuentros con entidades luminosas, visitas a paisajes no terrestres, percepción de información universal.

En este contexto, las entidades no necesariamente pertenecen a este universo, sino que podrían ser manifestaciones conscientes de otros planos o dimensiones conectadas. Y el cuerpo astral, o la conciencia desprendida, actuaría como un "módulo viajero", capaz de navegar por la red multiversal.

Esta posibilidad sugiere que la mente humana no está confinada a un solo universo, y que algunos individuos, en ciertas condiciones, pueden operar como exploradores activos de esta red cósmica.

 

Conciencias viajeras: el astral y el cruce entre dimensiones

Entre quienes han explorado el límite de la conciencia ordinaria, existen relatos coincidentes de experiencias conocidas como viajes astrales o proyecciones de conciencia. Se describe como un desprendimiento del cuerpo físico, donde la conciencia, en una forma sutil —a menudo llamada “cuerpo astral”—, es capaz de desplazarse, percibir realidades distintas, y acceder a planos que no pertenecen al espacio-tiempo ordinario.

En el contexto del Multiverso Inteligente Evolutivo, estas experiencias podrían tener una interpretación ampliada:

Lo que estas personas están experimentando no es fantasía ni mera alucinación, sino el contacto directo con otros niveles del entramado multiversal.

Durante el desprendimiento astral, ciertos individuos relatan haber visitado:

  • Lugares que no existen en este universo físico, pero que poseen coherencia estructural, belleza e incluso arquitectura compleja.
  • Entidades conscientes que no tienen forma humana, pero muestran inteligencia, voluntad, comunicación.
  • Espacios de información pura, donde lo visual, lo sonoro y lo simbólico se funden, como si estuvieran navegando una interfaz viviente del Registro Akáshico.

Desde esta visión, el cuerpo astral sería una interfaz entre la conciencia individual y la red multiversal, una especie de vehículo sutil capaz de desplazarse no sólo a través del espacio, sino entre planos y niveles de existencia.

Y no sería descabellado pensar que, durante estos viajes, la conciencia humana esté entrando en contacto con otras formas de inteligencia, tal vez entidades que habitan otras dimensiones, otros universos, o que existen en la intersección misma entre los mundos.

Algunos místicos los han llamado “guías”, otros los ven como “seres de luz” o incluso “civilizaciones de conciencia”. ¿Qué son en realidad?
Quizá sean:

  • Nodos antiguos de la red, fragmentos conscientes de universos anteriores que no desaparecieron, sino que perduran en capas sutiles.
  • Expresiones especializadas de la inteligencia cósmica, que no tienen cuerpo ni tiempo, pero que cumplen funciones dentro del programa evolutivo.
  • O tal vez otras almas viajeras como la nuestra, en tránsito, compartiendo caminos que se cruzan.

Lo importante es que estas experiencias, más allá de su diversidad, apuntan a una misma verdad:

La conciencia puede cruzar umbrales.
Puede salir de su marco local.
Puede dialogar con otras realidades, y con ellas, aprender, transformar y traer de vuelta información esencial.

Y así, el ser humano no es solo un testigo del multiverso, sino un explorador activo, un viajero del programa mayor, alguien que puede tocar el misterio y volver con señales para los demás.

 

miércoles, 13 de agosto de 2025

EL ORGULLO GAY: ENTRE LA LUZ Y LA SOMBRA

 





La palabra orgullo habita en un territorio de doble filo. En su faz más noble, es la afirmación serena de lo que uno es, sin necesidad de excusas ni permisos; en su faz más oscura, roza la vanidad y el exceso de mostrarse, como quien grita para convencerse de que existe. Así, cuando pienso en el Día del Orgullo LGBTI+, no puedo evitar contemplar esa dualidad y preguntarme en qué medida su celebración encarna lo primero y en qué medida se desliza hacia lo segundo.

El espíritu fundacional de esta fecha es innegablemente justo: proclamar que ninguna persona debe avergonzarse por su orientación sexual o identidad de género; recordar que la diversidad no es una anomalía, sino una de las infinitas formas en que la naturaleza se expresa. Es un canto a la libertad y a la igualdad, y en ello no hay fisura posible.

Pero observo, en algunos desfiles y celebraciones, una escenografía que parece querer imponerse más por el impacto que por el diálogo: cuerpos casi desnudos, gestos deliberadamente provocadores, música atronadora, una estética del exceso que, en ocasiones, se asemeja más a la caricatura que a la reivindicación. Y entonces me pregunto: si el anhelo es ser visto como igual, ¿no es paradójico buscarlo a través de una imagen que enfatiza lo distinto hasta el límite de lo grotesco?

El respeto, pienso, no se arranca de las manos de nadie: se siembra, se riega, se cosecha. Y esa siembra exige a veces más sutileza que estruendo. No es cuestión de ocultar la diferencia, sino de presentarla como parte natural del todo, sin que necesite disfraces de provocación para justificarse.

La provocación puede ser un lenguaje legítimo, sobre todo cuando se enfrenta a un poder que niega y oprime. Pero, una vez conquistados ciertos espacios, quizá convenga preguntarse si seguir hablando a gritos no es, en cierto modo, hablarle al vacío. Tal vez el triunfo definitivo del orgullo no se mida en decibelios ni en centímetros de tela, sino en la tranquila certeza de caminar por la calle —cualquier calle, cualquier día— sin que esa diferencia merezca un comentario, ni a favor ni en contra.

En ese silencio, en esa naturalidad, acaso resida el orgullo más profundo: el de no tener ya que declararlo.

martes, 12 de agosto de 2025

TRASCENDENCIA DE LA POLÍTICA

 



Sabido es que en la actualidad, y cada vez en mayor medida, el número de nacimientos humanos, en Europa, va disminuyendo paulatinamente. Lo curioso es que casi en la misma proporción van aumentando las adopciones de animales domésticos, especialmente perros y gatos.

Simultáneamente a esta situación, resulta que los jóvenes se emancipan de sus padres cada vez más tarde. Raro es aquel que se emancipa con veintipocos años, la mayoría a partir de los treinta.

Aunque últimamente se haya subido varias veces el SMI, la realidad es que cada vez es más difícil acceder a la vivienda, y no es porque no haya viviendas suficientes, que también, sino que el problema es el costo de la misma, sea en propiedad, sea en alquiler.

Por tanto, resulta imposible emanciparse, pues para pagar vivienda deben juntarse varios salarios, y aun así, solo se podrá pagar una vivienda pequeña.

Esto hace que en el caso de que una pareja gane lo suficiente para pagar una vivienda, le imposibilita de manera absoluta tener hijos, pues no puede pagarlos.

Los políticos se agarran a esta situación para justificar que se acoja toda la emigración que llega, pues de esta manera se asegura mano de obra para diversas actividades económicas que permiten así que la economía vaya bien. Y luego está la justificación de que quienes nos visitan son gente que busca mejorar sus vidas legítimamente.

El capital está de acuerdo con esto, pues eso le permite a muchos, contratar a gente por mucho menos que el salario mínimo interprofesional y además les hacen trabajar jornadas interminables, así que los poderosos no protestan.

Así resulta que acoger emigrantes es un gran acto, pues todos salimos beneficiados. Lo curioso es que precisamente aquellos que despotrican de los emigrantes, la ultraderecha, también salen beneficiados, pues ven aumentados sus seguidores políticos que son intoxicados con la idea de que si ellos viven mal es por culpa de los emigrantes que son los que les quitan el trabajo y el buen salario. No vaya a pensar nadie que la culpa es de los empresarios.

Mis conceptos personales desarrollados en paralelo con mi teoría del Universo Programado, me hacen amar al Universo con todo su contenido, sean amebas, insectos, peces, animales diversos y hasta a los seres humanos, sin distinción de razas, colores de la piel, nacionalidad, lengua o religión. Por tanto nada tengo en contra, a priori, de los emigrantes que llegan a mi país.

Si echo de menos una regulación inteligente y justa que distribuya de manera adecuada a los emigrantes que llegan, para evitar efectos adversos en la economía y en la convivencia.

Quienes me conocen, un poco al menos, saben perfectamente que para mi todas las religiones son falsas, pues están basadas en mitos y no han sido capaces de actualizarse, pero entiendo que son el pilar de mucha gente que sin ella no sabría que hacer ni por donde ir. Entre todas las religiones hay unas que solo mediatizan a nivel mental, pero en realidad cada cual es libre de aceptarla o no, de cumplir con determinadas normas o no, y no sucede nada por ello, pues socialmente también se aceptan todas las posiciones. En cambio hay otras religiones que absorben por completo la vida del seguidor de la misma, de manera que le obligan a cumplir con un montón de preceptos e incluso, socialmente, son totalmente intolerantes con otras posiciones que no sean las marcadas por ellas.

En Europa proliferan las tolerantes, mayoritariamente son derivadas del cristianismo.

En el Sur, en África, mayoritariamente impera la religión musulmana que funciona de manera semejante al catolicismo medieval.

Si en el futuro, a medio y largo plazo, no hay cambios políticos en el tratamiento económico, en lo referente al poder adquisitivo, los europeos no tendremos descendencia y nos acercaremos a un crecimiento cero en los natalicios. Si, simultáneamente, tampoco hay cambios en la regulación de la emigración, es claro que llegará un momento en que la población foránea será superior a la autóctona. Aunque, en el futuro, la gran mayoría hayan nacido en Europa, lo cierto es que su origen no será europeo, por tanto tampoco lo serán sus creencias y costumbres.

Al ser nacidos en Europa, serán ciudadanos europeos de hecho y de derecho, por lo tanto irán formando parte de las administraciones del estado y también de la política. El día que sean mayoría en los parlamentos, serán los descendientes de los emigrantes de hoy quienes gobernarán en las naciones de Europa, imponiendo sus costumbres, creencias y religiones, de manera que los europeos de linaje antiguo tendremos que acatar todo lo que los nuevos gobernantes nos impongan, cambiando por completo el panorama actual.

Yo para entonces estaré en otra dimensión, por tanto no me afectará lo más mínimo, pero si a mis biznietos y eso me duele.

Es verdad que no estoy de acuerdo con el sistema actual, donde la libertad es una falsedad aceptada por una mayoría, que no es consciente de la Matrix en la que vive, creada digitalmente, pero el futuro que preveo sería un mundo anterior, analógico, que tendrán que vivir los europeos digitales, el cual será muy difícil de aceptar.