sábado, 13 de julio de 2024

LOS DELITOS ECONÓMICOS DE ALTO NIVEL

 


Dadas las muchas noticias que apareen de los delitos económicos de alto nivel, cometidos por  empresarios, políticos y gente influyente cabe que nos preguntemos por qué esta gente que suele tener ya mucho dinero se mete en estos charcos.

 Los delitos económicos de alto nivel, cometidos por empresarios, políticos y personas influyentes, generalmente no pueden reducirse únicamente al ansia de poder. Estos delitos suelen ser complejos y motivados por una variedad de factores. Algunos de los motivos comunes que pueden contribuir a los delitos económicos de alto nivel incluyen:

Ganancia financiera

Muchos delitos económicos de alto nivel están motivados por la búsqueda de beneficios financieros. Esto puede incluir prácticas fraudulentas, malversación de fondos, evasión de impuestos y corrupción para obtener ganancias personales.

Falta de supervisión y regulación

La ausencia de una supervisión adecuada y regulación efectiva en ciertos sectores puede facilitar la comisión de delitos económicos. La falta de rendición de cuentas puede permitir que las personas influyentes abusen de sus posiciones para obtener beneficios personales.

Cultura organizacional

En algunos casos, la cultura organizacional en empresas o instituciones puede fomentar comportamientos fraudulentos o corruptos. La presión para alcanzar objetivos financieros a corto plazo a menudo puede llevar a prácticas ilícitas.

Impunidad percibida

Algunas personas influyentes pueden cometer delitos económicos porque creen que están por encima de la ley o que podrán evadir la responsabilidad legal debido a su estatus social, político o económico.

Redes de corrupción

La participación en redes de corrupción, donde diferentes actores coluden para lograr objetivos ilegítimos, puede ser un factor importante en los delitos económicos de alto nivel.

Presión competitiva

En entornos empresariales altamente competitivos, la presión por obtener ventajas competitivas y maximizar las ganancias a veces puede llevar a comportamientos delictivos.

Ambición personal y estatus

La ambición personal y el deseo de mantener o mejorar el estatus social pueden ser factores motivadores en la comisión de delitos económicos, especialmente entre aquellos que valoran el éxito a cualquier costo.

Falta de ética empresarial

En algunos casos, la falta de una cultura ética sólida en una organización puede contribuir a comportamientos delictivos, ya que los líderes pueden justificar acciones ilegítimas en aras del beneficio corporativo.

Es importante reconocer que estos motivadores pueden interactuar entre sí, y no todos los individuos involucrados en delitos económicos tienen las mismas motivaciones. Además, las motivaciones pueden variar según el contexto cultural, legal y económico. Para abordar eficazmente los delitos económicos de alto nivel, es necesario implementar medidas preventivas, fortalecer la supervisión y regulación, y promover una cultura de ética y responsabilidad.

Si nos fijamos en las altísimas corporaciones como en los super-ricos, las élites supremas, ¿porqué quieren efectuar un supercontrol sobre el resto de los humanos?

La motivación detrás de las acciones de empresarios, políticos y personas influyentes en el ámbito económico y social puede variar significativamente y no se puede reducir a una única razón como el "ansia de poder". Sin embargo, algunas de las motivaciones que se han observado en este contexto incluyen:

Acumulación de riqueza

Para muchas personas influyentes en el ámbito económico, la acumulación de riqueza y poder financiero puede ser una motivación clave. La riqueza proporciona no solo comodidades personales sino también influencia y capacidad para dar forma a políticas y decisiones a nivel global.

Influencia y control

Algunas personas buscan influencia y control sobre instituciones y sistemas para dar forma a políticas y regulaciones que beneficien sus intereses personales o empresariales.

Preservación de intereses personales o empresariales

La toma de decisiones a nivel corporativo o político a menudo está motivada por la preservación y promoción de intereses personales o empresariales. Esto puede incluir asegurar mercados favorables, obtener ventajas competitivas o evitar regulaciones que podrían afectar negativamente a sus negocios.

Ideologías y creencias personales

Algunas personas influyentes pueden ser impulsadas por ideologías específicas o creencias personales. Esto puede incluir el deseo de implementar ciertas políticas sociales, económicas o culturales que reflejen sus valores.

Competencia y estatus social

La competencia y el deseo de alcanzar o mantener un estatus social elevado pueden motivar a algunas personas a tomar decisiones que les permitan destacarse y mantener su posición en la jerarquía social.

En cuanto al concepto de "supercontrol sobre el resto de los humanos", es importante tener en cuenta que las motivaciones detrás de las acciones de las élites supremas pueden ser diversas y complejas. Algunas personas pueden buscar influencia y control con la intención de dar forma a un mundo que consideran mejor, mientras que otras pueden estar impulsadas por motivaciones más egoístas o incluso nocivas.

Las percepciones sobre el control de las élites también pueden variar según las perspectivas políticas, culturales y sociales. En algunos casos, las acciones de las élites pueden ser percibidas como beneficiosas para la sociedad, mientras que en otros casos pueden generar preocupación sobre el abuso de poder. Cualquier análisis en este sentido debe considerar la diversidad de motivaciones y perspectivas en juego.

A veces la ceguera de los empresarios es tal que solo ven como ahorrar en salarios para así ganar ellos más dinero, cuando si pagaran mejor tendrían a su personal más contento y rendirían más en su trabajo. Había un dicho que manifestaba un trabajador: Tú me engañarás en el salario pero en el trabajo tú no me engañas pero yo si puedo engañarte.

 

LA DELINCUENCIA


 


En este mundo hay gente de todo tipo, gente mala, gente regular y gente buena. La gente buena comete errores y en algún momento puede hacer alguna cosa negativa, para ella y para los demás. La gente regular, no es de fiar y mayoritariamente puede hacer cosas negativas para los demás pero que ella se beneficia. La gente mala especialmente ocupa su pensamiento en como aprovecharse de los demás para su beneficio.

Así, la gente mala, suele delinquir, es decir, cometer delitos y, por tanto, a quien delinque le llamamos delincuente o también malhechor, transgresor, infractor, criminal, lunfa,                     

agresor, ladrón, bandido, forajido, antisocial, lunfardo, malandro, malero, dependiendo de la forma de delinquir. ¡Hay que ver cuantos nombres tienen!

 

La delincuencia es un fenómeno complejo y multifactorial, y su origen puede atribuirse a una variedad de factores interrelacionados de manera que cualquiera de nosotros, en un determinado momento podríamos cometer algún delito, dependiendo de nuestra situación personal pasada, presente o futura.

Algunos de estos factores son los siguientes:

FACTORES SOCIOECONÓMICOS

Pobreza: Las comunidades con altos niveles de pobreza suelen enfrentar mayores tasas de delincuencia. La falta de recursos y oportunidades puede llevar a la participación en actividades delictivas como una forma de supervivencia.

A pesar de saberse esto, nadie mueve un dedo para evitar la pobreza realmente. Los movimientos de los gobiernos solo van en el camino de ayudas económicas que son de escasa cuantía y no llega a todos. Desde mi punto de vista la solución está en dar una buena formación a los jóvenes para conseguir un buen empleo.

Desigualdad económica: La brecha entre ricos y pobres puede generar resentimiento y frustración en ciertos segmentos de la población, lo que podría contribuir a la delincuencia.

Esto a los ricos no les preocupa pues solo buscan enriquecerse cada vez más, nunca tienen suficiente.

Desempleo: La falta de oportunidades laborales puede empujar a algunas personas hacia la delincuencia como una forma de obtener ingresos.

Esto tampoco suele preocupar mucho a nuestros dirigentes pues los trabajadores son solo una estadística y a los empresarios les viene muy bien, pues así contratan por salarios más bajos.

 

FACTORES FAMILIARES

Entorno familiar desestructurado: Familias disfuncionales o desestructuradas a menudo carecen de la estructura y el apoyo necesarios para criar a los niños de manera adecuada, lo que puede aumentar la probabilidad de que se involucren en actividades delictivas.

Este es un problema de educación, pues a nadie nos enseñan a vivir, que creo yo es más importante que las matemáticas, las ciencias y la religión. En la enseñanza debería haber unas asignaturas mediante las cuales se enseñe la mejor manera de enfrentarse a la vida.

Abuso y negligencia: Experiencias de abuso físico, emocional o negligencia en la infancia pueden tener un impacto significativo en el desarrollo emocional y psicológico, contribuyendo a comportamientos delictivos.

Aquí vemos que no solo es necesario que se enseñe a vivir, en la escuela, sino que también habría que enseñar a los futuros padres a educar y a convivir.

 

FACTORES INDIVIDUALES

Problemas de salud mental: Los trastornos mentales no tratados pueden influir en la conducta delictiva. La falta de acceso a servicios de salud mental también es un problema importante.

Los psicólogos y psiquiatras de la Sanidad deberían hacer algo más que recetar pastillas y cápsulas para quienes tienen problemas mentales, tales como reeducar o incluso reprogramar a los pacientes.

Adicciones: El abuso de sustancias puede llevar a comportamientos delictivos para mantener el suministro de drogas o financiar la adicción.

Este tema también necesita reprogramar. Recuerdo haber utilizado la hipnosis para reprogramar a un amigo que se quedó enganchado con una droga psicodélica en los años 70 y gracias a mi intervención se desenganchó.

Falta de habilidades sociales y emocionales: Individuos que carecen de habilidades sociales y emocionales sólidas pueden recurrir a la delincuencia como una forma de enfrentar sus problemas.

Aquí vemos como la enseñanza clásica no es suficiente para formar a la gente ni prepararla para la vida. A la gente es necesario enseñarla a vivir cosa que no hace ni siquiera las religiones que solo enseñan a obedecer.

 

FACTORES COMUNITARIOS

Falta de recursos comunitarios: Comunidades con escasos recursos educativos, culturales y recreativos pueden carecer de alternativas constructivas para la ocupación del tiempo libre.

Muy importante tener a los jóvenes ocupados con actividades estimulantes en su tiempo libre.

Falta de vigilancia comunitaria: La ausencia de una red de apoyo y supervisión comunitaria puede facilitar la comisión de delitos.

Es necesario realizar una labor preventiva en vez de esperar a que se cometan los delitos pues elimina muchos problemas y resulta más barato.

FACTORES CULTURALES

Normalización de la violencia: En algunas culturas, la violencia puede estar más normalizada, lo que puede contribuir a tasas más altas de delincuencia.

Deberían de eliminarse gran parte de las películas, pues solo tratan de guerras, delincuentes y policías, barbaridades varias que realizan descerebrados, etc. son necesarias películas y actividades constructivas para los jóvenes especialmente.

Desconfianza en las instituciones: Cuando las personas pierden la confianza en las instituciones, como el sistema judicial y policial, pueden estar más inclinadas a buscar justicia por su cuenta.

Parece como si en estos estamentos lo importante fuera castigar, aunque la ley hable de rehabilitar.

Es esencial abordar estos factores desde una perspectiva holística (global, total, integral, general).para desarrollar estrategias efectivas de prevención y rehabilitación. Enfoques que abarquen la educación, el acceso a oportunidades económicas, la atención de la salud mental y el fortalecimiento de las comunidades pueden contribuir a reducir las tasas de delincuencia.

Cabe preguntarnos si hay una correlación entre el origen o causas de la delincuencia y el tipo de delito. Así podemos ver que  hay una correlación y los factores que contribuyen al comportamiento delictivo pueden variar según el tipo de delito, y las motivaciones detrás de diferentes actividades delictivas  tales como

Delitos contra la propiedad: La pobreza y la falta de oportunidades económicas pueden estar relacionadas con delitos como el robo y el hurto. Las personas pueden recurrir a actividades delictivas para obtener recursos básicos o bienes materiales.

Así las leyes parecen hechas solo para los “robagallinas” y sin embargo los ladrones de guante blanco campan por sus respetos sin castigo y sin tener que devolver el dinero robado.

Delitos violentos: La presencia de factores individuales, como problemas de salud mental, abuso de sustancias y entornos familiares disfuncionales, a menudo está relacionada con delitos violentos como asaltos, homicidios y agresiones.

Delitos relacionados con las drogas: La adicción a las drogas y la búsqueda de financiamiento para mantener la adicción pueden ser factores importantes en delitos relacionados con las drogas, como el tráfico de drogas, el robo para financiar la adicción, etc.

Debería educarse de una forma muy precisa en este tema para que nadie caiga en la trampa de las drogas y esa sería una labor de la escuela pues pocos padres tienen formación suficiente para actuar aquí.

Delitos juveniles: La falta de supervisión parental, la participación en entornos delictivos o la exposición a la violencia en el hogar pueden contribuir a la delincuencia juvenil. La falta de habilidades sociales y emocionales también puede estar vinculada a actividades delictivas entre los jóvenes.

Delitos financieros: Factores como la oportunidad, la motivación financiera y, en algunos casos, la falta de regulación y control en el ámbito financiero pueden influir en la comisión de delitos financieros como el fraude y la malversación.

Este tipo de delitos los cometen fundamentalmente aquellos que en realidad no tienen problemas económicos pero que parece que nunca ganan lo suficiente y en cuanto hay una oportunidad, como el tema de las mascarillas en 2020, siempre hay unos cuantos que hacen todo lo posible por forrarse y en la mayoría de los casos “se van de rositas”.

Delitos relacionados con la tecnología: La falta de educación y conciencia sobre el uso ético de la tecnología puede contribuir a delitos cibernéticos. La brecha digital y la falta de oportunidades legítimas en el ámbito tecnológico también pueden ser un factor.

Lo curioso es que cada vez proliferan más los/las “influencers” ya que se considera una actividad legal engañar a la gente mediante “gilipolleces” varias y tontadas de unos jóvenes avispados que se forran gracias a la ingenuidad e ignorancia del resto.

Es importante destacar que estas correlaciones no son absolutas y que las causas de la delincuencia son complejas y multifacéticas. Además, muchos individuos involucrados en actividades delictivas pueden tener múltiples factores contribuyentes. Por lo tanto, abordar la delincuencia de manera efectiva requiere enfoques integrados que consideren la diversidad de factores asociados con diferentes tipos de delitos.

               

viernes, 12 de julio de 2024

ARTE Y PODER

 




Tomando conciencia de las obras de arte existentes en el mundo


Las obras de arte que encontramos en el mundo fueron realizadas por los grandes artistas de la historia y costeadas por los poderosos de cada época, pero ¿de dónde les venía el dinero necesario?

Si hablamos de los egipcios con sus pirámides y templos, su construcción debió resultar muy barata pues los trabajadores eran esclavos cuyo costo para el faraón era su alimentación y vestimenta, y en esta última no se gastaban mucho.

Continuando con los griegos y sus infinitos monumentos como templos y palacios, amén de las esculturas, salvo a los artistas escultores y arquitectos que recibían unos emolumentos más altos, el resto de obreros eran semiesclavos e igualmente sucedía con los romanos.

 Si continuamos con el medievo, los reyes y sus ayudantes, condes, duques, marqueses y gente del buen vivir, se nutrían del trabajo de la plebe como agricultores, pastores y artesanos con los impuestos transformados en diezmos y primicias en lo cual se incluía la Iglesia Católica en Europa. Gracias a esos impuestos recogidos de sus “esclavos”, esta élite, tenía castillos, palacios y obras de arte que los decoraban.

En el Renacimiento siguió ocurriendo lo mismo solo que el gusto era más refinado gracias a los artistas a los que pagaban mejor que en época anteriores pero seguían explotando al resto de la misma manera.

Llegado el siglo XIX se institucionalizó el sistema de enseñanza, alfabetizando a la población y trayéndose a las fábricas a mucha gente que dejaba el campo como lugar de trabajo. La “nobleza” pasó a ser la burguesía que al enriquecerse con las fábricas, de manera directa o indirecta alcanzó un estatus que le permitía disfrutar de los lujos artísticos antes reservados a la nobleza. No obstante, los de abajo seguían siendo esclavos a sueldo.

En la actualidad, los poseedores de grandes capitales de inversión, familias de grandes banqueros, los grandes directivos de las grandes corporaciones empresariales, tales como las petroleras, eléctricas y grandes fábricas, algunos políticos son la nueva burguesía. Estos son ahora los nuevos destinatarios de las creaciones artísticas, sean mansiones, palacios, yates, aviones, etc. decorados con obras de arte de las diversas especialidades.

Como puede deducirse, los ricos son ricos gracias a sus habilidades para crear necesidades a los pobres, a los que se les venden los productos que ellos mismos fabrican, pero que estos reciben unos salarios muy ajustados para que ellos obtengan unos beneficios desorbitados. De esa manera, aunque nosotros seamos los que realizamos de manera directa el trabajo que hace posible los productos, la diferencia de capital conseguido sigue siendo muy desproporcionada, haciéndose ellos muy ricos y nosotros muy pobres.

La reflexión final que me hago es, si los beneficios económicos obtenidos de cualquier negocio se repartieran de manera más equitativa entre todos los intervinientes en el mismo, es claro que ellos, los ricos, los dueños, no obtendrían ganancias tan altas y entonces no podrían poseer tantas casas, palacios o villas tan artísticamente decoradas, lo que tal vez repercutiría en que otros muchos podrían tener acceso a la posibilidad de tener mejores casas decoradas con obras de arte aunque no fuesen muchas y eso daría trabajo a más artistas aunque no fuesen a niveles excelsos, todo estaría más repartido aunque no se pudieran construir los macromonumentos que hoy poseen la élite, pero que seguiría teniendo la Banca, la Iglesia y el Estado. Es evidente que todos los edificios tales como palacios, templos y demás posesiones de la Iglesia salen también de nosotros, los de abajo y lo mismo los que construye o adquiere el Estado.

En resumen todo lo que la élite, la Iglesia y el Estado poseen, sale de nuestros bolsillos, de nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo, de lo que nos deberían dar y no nos dan, de lo que nos piden y de lo que nos roban. Así de sencillo. Este es el orden social que venimos sufriendo desde los sumerios y que dada la ignorancia y la despreocupación nuestra, seguirá permaneciendo por los siglos de los siglos. Por ello pienso que todas las obras de arte existentes también son algo nuestro.