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sábado, 1 de marzo de 2025

INCONGRUENCIAS DE LA BIBLIA 13 Alianza de Elohim con Noé

 




Así comienza el capitulo 9 del Génesis:

Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, diciéndoles: “Procread y multiplicaos y llenad la tierra;'

que os teman y de vosotros se espanten todas las fieras de la tierra, y todos los ganados, y todas las aves del cielo, todo cuanto sobre la tierra se arrastra, y todos los peces del mar: los pongo todos en vuestro poder.
Cuanto vive y se mueve os servirá de comida; y asimismo os entrego toda verdura.'

Supongo que este mandato es en realidad innecesario pero cabe pensar que antes del Diluvio habría algunas especies “protegidas” bien por su escasez o bien porque estuvieran reservadas a los “dioses”, a los seres poderosos, a los Elohim. Ahora todos los animales comienzan desde cero, dadas las reservas embrionarias que llevaban en el Arca y crearán la forma y lugar donde facilitar su reproducción.


Solamente os abstendréis de comer carne con su alma, es decir, con sangre.

A partir de aquí comienza la restricción de tomar la sangre y no se explica la razón, pero detrás de un mandato hay una causa. Sin duda, el tomar la sangre debía entrañar algún peligro para la salud. Tal vez habían analizado la tierra, en la zona donde ellos iban a vivir y detectarían alguna sustancia nociva que luego se transmitiría a la sangre.

De la misma manera que Mahoma prohibió a los musulmanes que se comiera cerdo porque en aquel momento debía haberse propagado algún tipo de enfermedad a los cerdos, al igual que ahora, periódicamente, se propaga una enfermedad, a los conejos o liebres salvajes, llamada mixomatosis (mixoma, tumor de los tejidos conjuntivos), llamada vulgarmente tomatosis, es una enfermedad infecciosa de origen vírico


Y ciertamente yo demandaré vuestra sangre, que es vuestra vida, de mano de cualquier viviente, como la demandaré de mano del hombre, extraño o deudo.
El que derramare la sangre humana, por mano de hombre será derramada la suya; porque el hombre ha sido hecho a imagen de Dios.

Este mandato, en realidad no va dirigido a los humanos sino a los “vigilantes”, los Igigis, los que se habían unido a las mujeres humanas, que eran la tropa de los Elohim, los que engendraron los nefilim, los gigantes, “los que hacían caer” a los humanos, pues los atacaban y todo esto viene de que los “vigilantes”, que luego se les llamará ángeles caídos, consideraban a los humanos como animales y por tanto algunos eran capaces de comérselos como si fueran cualquier animal, igual que ahora hay gente que se come a los monos o cualquier tipo de primate. Así este mandato es una forma de proteger a los humanos.


11 Hago con vosotros pacto de no volver a exterminar a todo viviente por las aguas de un diluvio y de que no habrá ya más un diluvio que destruya la tierra,”

En realidad lo que está diciendo es que confía en que una vez eliminados los nefilim, que fueron los que profanaron la existencia y convivencia humana, ya no habría que preocuparse puesto que controlarían a los “vigilantes” para evitar problemas.


13 pongo mi arco en las nubes para señal de pacto con la tierra,
14 y cuando cubriere yo de nubes la tierra, aparecerá el arco,

Elige como símbolo de ese supuesto pacto al arco iris.


20 Noé, agricultor, comenzó a plantar una viña.
21 Bebió de su vino, y se embriagó, y se desnudó en medio de su tienda.

Parece que Noé celebró en exceso haberse salvado y cogió una buena borrachera y le dio por desnudarse, cosa que parece que estaba mal visto, después del tema de Adán y Eva.

Otra cosa curiosa es que habla de “su tienda” lo que significa que no tenía casa, cosa muy habitual entre los patriarcas, probablemente porque eran nómadas.


Los textos sumerios describen una serie de acciones que tomaron los Anunnakis para volver a poner todo en marcha.

Desde los barcos celestiales y desde los torbellinos, los Anunnaki inspeccionaron los paisajes ¡todo lo que había existido en los tiempos de Antaño en el Edin y en el Abzu estaba enterrado bajo el barro pero el lugar de Aterrizaje, hecho en las Montañas de los Cedros seguía en pie. Allí fueron aterrizando y luego comunicaron con Marduk en Marte y a Nannar en la Luna, así ellos volvieron a la Tierra.

Convocados en Asamblea los Annunaki y los Igigi, Enlil les dijo:

¡Hemos sobrevivido al Diluvio pero la Tierra está devastada!

Comentaron que Marte también había sido devastado al paso de Nibiru quedándose sin atmósfera y sin agua, al igual que la Luna.

¡Ahora el sustento es nuestra mayor preocupación! Dijo Enlil.

Buscaron la cueva donde habían guardado las semillas

Enseñaron al hijo mayor de Ziusudra (Noé) a preparar la tierra y sembrar.

Sacaron del arca todas las simientes y esencias vitales de los animales cuadrúpedos como ovejas y vacas para obtener leche y pieles y se encargó a Dumuzi las tareas de pastoreo.

Hicieron obras de ingeniería para canalizar las aguas, construyeron presas y lagos para controlar las aguas.

Enlil comunicó con Nibiru para comentar la nueva situación en la Tierra y entonces supo que Nibiru también había recibido daños, habiéndose desgarrado el escudo de polvo de oro, la atmósfera estaba disminuyendo de nuevo.

Inspeccionaron donde habían estado las minas de oro y todo estaba bajo el barro, los cientos de Anunnaki que habían trabajado allí se habían marchado de la Tierra y los Trabajadores Primitivos se habían convertido en barro.

¡Ya no se puede proveer de oro desde la Tierra! Estaban desesperados.

miércoles, 26 de febrero de 2025

INCONGRUENCIAS DE LA BIBLIA 12 Saliendo del Arca

 



1 Acordóse Dios de Noé y de todas las fieras y bestias que con él estaban en el arca, e hizo Dios pasar un viento sobre la tierra y comenzaron a menguar las aguas.

2 Cerráronse las fuentes del abismo y las compuertas del cielo, y cesó la lluvia de los cielos,

 De esta forma tan poética, se da por concluido el diluvio y ya solo queda esperar a que las aguas se sequen pues “4 En el vigésimo séptimo día del séptimo mes el arca vino a reposar en las montañas del Ararat” y que corresponde al país que los asirios llaman Urastu, situado al Norte de Asiria y en la región del lago Van. (54)

3 y las aguas iban menguando poco a poco sobre la haz de la tierra; comenzaron a bajar al cabo de ciento cincuenta días.'

6 Pasados cuarenta más, abrió Noé la ventana que había hecho en el arca,

7 y, para ver cuánto habían menguado las aguas, soltó un cuervo, que volando iba y venía mientras se secaban las aguas sobre la tierra.

8 Siete días después, para ver si se habían secado ya las aguas sobre la haz de la tierra, soltó una paloma,

9 que, como no hallase dónde hacer pie, se volvió al arca, porque las aguas cubrían todavía la haz de la tierra. Sacó él la mano y, agarrándola, la metió en el arca.

10 Esperó otros siete días, y al cabo de ellos soltó otra vez la paloma,

11 que volvió a él a la tarde, trayendo en el pico una ramita de olivo. Conoció por esto Noé que las aguas no cubrían ya la tierra;'

12 pero todavía esperó otros siete días, y volvió a soltar la paloma, que no volvió más a él.

13 El año seiscientos uno, en el primer mes, el día primero de él, comenzó a secarse la superficie de la tierra, y, abriendo Noé el techo del arca, vio que estaba seca la superficie de la tierra.

14 El día veintisiete del segundo mes estaba ya seca la tierra.


Desde que comienza el diluvio “el segundo mes, el día diecisiete de él” (7,11) hasta que Noé y su familia salen del arca “el día veintisiete del segundo mes estaba ya seca la tierra” (8,14) ha transcurrido un año completo y justo pues son 12 meses lunares y diez días. (55)

Me parece una rara coincidencia el hecho de que el tiempo sea justamente un año, lo que me hace desconfiar de su verosimilitud y considerar si no se trataría de un tiempo simbólico para comprensión de otros: los cabalistas.

Así mismo, el número siete se repite tres veces, pues suelta el cuervo, y siete días después la paloma, tres veces consecutivas cada siete días.

Curiosamente Yahweh/Jehová parece arrepentirse del daño que ha producido al ser humano pues dice: "Yo nunca jamás maldeciré la tierra a causa de los hombres, puesto que las imaginaciones del corazón de la persona son torcidas desde su juventud; Yo no destruiré jamás toda criatura viviente como he hecho.” (8,21)

Así pues acepta nuestra imperfección, al fin y al cabo obra suya, y como sabe que no tenemos remedio, implícitamente está diciendo que al menos los descendientes de Noé también tendrán deseos tendientes al mal o incluso el propio Noé y por ello promete que no volverá a exterminar todo viviente. Interpreto que estas palabras son para tranquilizar a Noé y su familia más que otra cosa, pues los cataclismos no han dejado de volver a ocurrir, devastando zonas más o menos extensas, aparte de otros semejantes como expusimos en el capítulo anterior. Y desde luego estos cataclismos no dependen de Yahweh, ni entonces ni ahora, aunque él se arrogue ese poder.

15 Habló, pues, Dios a Noé, y le dijo:

16 “Sal del arca tú y tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos contigo.

17 Saca contigo también a todos los animales de toda especie, aves, ganados, y todos los reptiles que se arrastran sobre la tierra; llenad la tierra, procread y multiplicaos sobre ella.”

18 Salió, pues, Noé con sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos,

19 y salieron también todas las fieras, ganados, aves y reptiles que se arrastran sobre la tierra, según sus especies.

20 Alzó Noé un altar a Yahvé y, tomando de todos los animales puros y de todas las aves puras, ofreció sobre el altar un holocausto.

21 Y aspiró Yahvé el suave olor, y se dijo en su corazón: “No volveré ya más a maldecir a la tierra por el hombre, pues los deseos del corazón humano, desde la adolescencia, tienden al mal; no volveré ya a exterminar cuanto vivo hice sobre la tierra.'

22 Mientras dure la tierra, habrá sementera y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche.”

 

Dicen los textos sumerios:

Ninagal, nombrado por Enki, dirigió la embarcación hacia los picos gemelos de Arrata, hizo una vela para ella, hacia el Monte de la Salvación llevó la embarcación.

Ziusudra (Noé) liberó a las aves que había a bordo para que buscaran tierra firme, soltó a una golondrina y un cuervo; ambos volvieron a la embarcación. Dejó salir a una paloma ¡y volvió a la embarcación con una ramita de un árbol!

Ahora sabía Ziusudra que la tierra firme había emergido de debajo de las aguas. Unos cuantos días más y la embarcación se detuvo en unas rocas. Abriendo la portezuela hermética, Ziusudra salió de la embarcación; el cielo era claro, el sol brillaba, soplaba un suave viento.

Llamó a a su familia para que salieran y dieran gracias al señor Enki, para lo cual construyó un altar, hizo fuego con incienso aromático y ofreció una oveja sin mancha en sacrifico.

Enlil comunicó con Enki desde su barco celestial para indicarle que descendiera al pico Arrata y así lo hicieron. Al salir de las naves Enlil quedó desconcertado con el olor del fuego y de la carne asada.

¿Que es eso? Le gritó a su hermano ¿es que ha sobrevivido alguien al Diluvio?

¡Vamos a ver! Le respondió Enki dócilmente.

En sus Torbellinos fueron volando al otro pico de Arrata, vieron la embarcación de Ziusudra, aterrizaron junto al altar que este había construido. Cuando Enlil vio a los supervivientes, Ninagal entre ellos, su furia no tuvo límites. ¡Todo terrestre tenía que perecer! Gritó con furia; se abalanzó sobre Enki iracundo, estaba dispuesto a matar a su hermano con las manos desnudas.

¡Él no es un simple mortal, es mi hijo! Gritó Enki señalando a Ziusudra.

Discutieron los dos hermanos sobre el juramento y como Enki no había roto el mismo gracias al ardid de hablar a la pared.

¡Debe ser la voluntad del Creador de Todo que sobreviva la Humanidad! Dijo Ninurta a su padre. Ninmah dijo ¡Juro que nunca se repetirá la aniquilación de la Humanidad!

Ablandándose Enlil tomó las manos a Ziusudra y a Emzara, su esposa, y le bendijo:

¡Fructificad y multiplicaos y poblad la Tierra!

Así terminaron los tiempos de Antaño.

Vemos que aunque la Biblia todo se lo atribuya a Yahweh, aquí hay más intervinientes en los dimes y diretes que hay entre Enlil/Yahweh y su hijo Ninurta, Enki/Satanás, Ninmah y Ziusudra/Noé.

Por tanto, según este texto, todos somos descendientes de Noé ya que el resto de la humanidad pereció, aunque lo veremos que en realidad, por otras zonas hubo algunos supervivientes.