sábado, 25 de mayo de 2024

LA CONEXIÓN DIVINA, LA INTERNET DEL UNIVERSO

 





Los humanos poseemos muchas capacidades que la mayoría de la gente desconoce y por ello no las explora y se investigan poco o nada porque los científicos temen que si no consiguen una explicación convincente pueden desprestigiarles.

La hipnosis, autohipnosis, el sueño, experiencias en muerte clínica, los efectos de la anestesia, efectos de la ingesta de la ayahuasca y otras sustancias, estados místicos…
a veces ayudados por ciertas músicas, ritmos y bailes, pienso que todos ellos son un mismo fenómeno aunque activados por diferentes caminos y formas.

En mi opinión todos ellos conducen a un efecto final que es el desprendimiento del cuerpo astral que viaja en el espacio-tiempo y que conecta con los llamados Registros Akásicos o memoria cósmica del Universo que contiene toda la información del Universo, incluidos los diversos programas que le hacen funcionar y que impregna todo el Universo, funcionando como el disco duro de un ordenador con su software y su información o base de datos..

Y ¿cómo y por qué se produce este fenómeno?

En cualquiera de los casos el hecho concreto es que el individuo desactiva sus sentidos, por tanto corta toda conexión con el exterior, lo que le permite conectarse con su yo, con su astral, con su doble energético, que viaja para obtener información.


Si efectuamos un símil con un ordenador, resulta que los humanos tenemos conexión con unos periféricos de entrada de datos, tales como una cámara de vídeo (vista), un micrófono captador de audio (oído), teclado, ratón o pantallas táctiles (tacto), y la intuición (olfato y gusto). Nuestra boca con el sistema fonador es el equivalente a un altavoz para comunicar información a los demás.

Si tenemos activados estos periféricos y solo nos centramos en ellos, impedimos totalmente entrar en conexión con Internet, entrar en conexión con el ciberespacio. Debemos dejar de usar estos periféricos, desactivarlos, aunque sea solo un instante, para activar nuestra conexión con el ciberespacio y, una vez en él, podremos volver a usarlos todos los periféricos.

En el caso de una persona, de un humano, necesitamos más tiempo para desconectar nuestros periféricos, nuestros sentidos, y una vez que entramos en conexión con el espacio-tiempo, con otra dimensión, con el programa externo a nosotros que nos conecta con el Universo, se activan los sustitutos de nuestros sentidos físicos, los de nuestro cuerpo astral, que son más sensibles y precisos que los físicos.

Hay gente que por su estructura mental innata tiene facilidad para realizar este escape de su cuerpo físico, otros mediante entrenamiento y técnicas concretas y otros mediante situaciones o sustancias que le facilitan la desconexión de sus sentidos y la conexión con su cuerpo astral que viajará en el espacio-tiempo.

Por experiencias con sujetos con los que he experimentado y por personas que conozco que realizan los viajes astrales con facilidad, casi de forma instantánea, cuando lo experimentan por primera vez, en principio no saben muy bien donde están y como orientarse, desconociendo que no pueden entrar a curiosear en cualquier parte, por ello les pueden aparecer “los vigilantes del espacio-tiempo” como los vigilantes de la playa, para guiarles o para prohibirles ir a determinados lugares.

Normalmente las personas que tienen facilidad para el desdoble astral poseen también la capacidad de ver el aura de otras personas, también pueden penetrar su visión en el interior del cuerpo y observar los diferentes órganos internos detectando si alguno está enfermo, llegando incluso a la posibilidad de curarlo.

 Las personas que poseen estas capacidades en contra de lo que se pueda pensar, no son santos, ni hacen milagros, ni estos actos son sobrenaturales, sino que son personas normales que poseen esas facultades en un cierto nivel de desarrollo tal como sucede con los artistas que desarrollan sus capacidades para la pintura, la música, la literatura, la poesía o la danza.

 Tal como digo siempre nada es sobrenatural y nada es milagroso, sino que simplemente no tenemos una explicación para determinados fenómenos.