viernes, 30 de septiembre de 2022

UNA NAVE ESPACIAL LLAMADA TIERRA Capitulo XXXVI Síndone 3

                                 

Según d’Arcis, «Un examen riguroso descubrió eventualmente cómo la imagen había sido astutamente pintada, siendo la verdad corroborada por el propio pintor, esto es, que fue producto de la mano del hombre y no fue forjada ni se formó milagrosamente». En la carta no se nombra al artista.

La carta de d’Arcis menciona también el esfuerzo del obispo Henri por eliminar la veneración, pero que la tela fue rápidamente escondida «unos 35 años», lo que concuerda con los detalles históricos antes mencionados. La carta ofrece una descripción de la sábana: «Tras dibujar con audaz maña la imagen a doble cara de un hombre, es decir, vista frontal y dorsal, declaró falsamente y pretendió que se trataba del sudario en el que nuestro salvador Jesucristo fue envuelto en el sepulcro, y sobre el que la figura completa de nuestro salvador ha permanecido por ello impresa junto a las heridas que portaba».

Vemos como ya en 1389 había voces autorizadas que no estaban de acuerdo con que la sábana fuese auténtica mortaja de Jesús. No hay información sobre el presunto pintor de la misma salvo la mención en esta carta.

Pese a las declaraciones del obispo d’Arcis, Clemente VII, primer antipapa del Gran Cisma de Occidente, prescribió indulgencias a los que peregrinaran a la colegiata, por lo que la veneración continuó. Sin embargo, se debía proclamar en voz alta que lo que se exhibía no era "sino una figura o representación del verdadero sudario de Nuestro Señor".

Como veis la propia Iglesia provoca la controversia, si pero no, no pero si, no estamos seguros pero…Este es un juego muy jugoso que crea expectación y aumenta el número de peregrinos. Y luego está el engaño de las indulgencias que les rebaja la pena a los peregrinos por sus pecados, si van a donde el clero quiere que vayan. Aquí la propaganda les sale gratis.

Esto es más trascendente que las apariciones marianas desde el punto de vista doctrinal, pues es la base de la estructura de la Iglesia, ya que de asegurar la autenticidad de la Síndone, se autentifica la existencia de Jesucristo y su divinidad, pues para ellos la Síndone sería una prueba de su resurrección al relacionar la imagen implantada en la tela con sus poderes sobrenaturales para realizar tal proeza y resucitar.

Siglo XV
En 1418, tras casarse con la nieta de Charny, Marguerite, Humberto de Villersexel (conde de la Roche, señor de Saint-Hippolyte-sur-Doubs) trasladó la sábana a su castillo en Montigny-Montfort (Francia), para protegerlo de las bandas de malhechores.

Posteriormente, fue llevada a Saint-Hippolyte-sur-Doubs. Tras la muerte de Humberto, Marguerite de Charny prosiguió con las exhibiciones en diversas ciudades de Europa. Debido a las dudas que se suscitaron durante la exhibición de Lieja, el obispo de esta ciudad, Jean de Heinsberg, creó una comisión de encuesta que, tras examinar el lienzo y las bulas en poder de Margarita de Charny, la propietaria, dictaminaron que el sudario no era auténtico y la figura estaba pintada.

Tanto empeño por parte de la Iglesia en la persona del obispo Jean de Heinsberg de demostrar que era falsa la imagen en la Síndone, hace dudar si este empeño era por convicción de su falsedad o por evitar que la supuesta reliquia fuera controlada por la nobleza y no por la Iglesia.

La viuda vendió la imagen en 1453 al duque Luis de Saboya El nuevo propietario la guardó en su capital, Chambéry, en la Capilla Santa, erigida por Amadeo VIII entre 1408 y 1430 como capilla ducal. En 1502 alberga oficialmente la Sábana Santa y recibe el nombre de "Capilla Santa". A partir de 1471, la sábana se desplazó por varias ciudades de Europa, residiendo brevemente en Vercelli, Turín, Ivrea, Susa, Chambéry, Avigliana, Rívoli y Pinerolo. Por esos días, dos sacristanes de la Capilla Santa describieron que el sudario estaba guardado en un relicario «envuelto en una cortina de seda roja, y guardada en una caja cubierta de terciopelo carmesí, decorada con clavos bañados en plata, y cerrada con llave de oro».

Debía ser buen negocio exhibir la Síndone cuando el duque de Saboya la compra y se dedica a mostrarla por varias ciudades y toman medidas de seguridad creando una especie de “caja fuerte”.

En 1506 el papa Julio II, consciente de la veneración pública del Sudario, establece el 4 de mayo "Ineuco Crucis", solemne día de veneración y oficio de la reliquia. A partir de aquí se inicia la tradición de replicar la Sagrada Tela. De hecho se conocen varias copias alrededor del mundo.

Una medida inteligente la del Papa Julio II para conseguir peregrinos por todo el mundo sin mover la sábana original, sin riesgos para la misma. Debo recordar que hay un pueblo en Teruel llamado Borja que era totalmente desconocido por la inmensa mayoría de los españoles, no digo ya en el extranjero, pero un día hubo una señora que ante una imagen de Cristo que estaba pintada en la pared de la iglesia del pueblo, como estaba deteriorada con faltas de pintura que se había caído, decidió “restaurarla”. La mujer, con más voluntad que conocimiento consiguió destrozar la pintura y crear un adefesio, pero esto hizo que se enteraran en España y más allá de nuestro país y puso a Borja en el mapa, creándose una ”peregrinación” continua para visitar el adefesio creado. Como vemos no hacen falta milagros para crear peregrinaciones, pero esta ha sido y sigue siendo muy productiva para el pueblo y para la iglesia, es decir para el párroco y el obispo.

Siglo XVI a nuestros días
En 1532, el sudario resultó dañado en un incendio en la capilla donde se guardaba. Una gota de plata fundida del relicario le dejó una marca dispuesta simétricamente entre las diversas capas de la tela doblada. Las monjas clarisas trataron de reparar el daño con parches. El sudario fue trasladado a su actual residencia en Turín en 1578.

El estudio científico sobre el lienzo comenzó en 1898 durante la ostensión del sudario con motivo de la boda de Víctor Manuel III. Un abogado italiano llamado Secondo Pia pidió permiso para realizar una serie de fotografías a la reliquia, petición que se aprobó no sin reticencias desde el obispado de Turín. Cuando Pía reveló las fotografías, se dio cuenta de que los negativos producían una imagen mucho más contrastada siendo semejantes (aunque no igual) a una imagen positiva.

Fue propiedad de la Casa de Saboya hasta 1983, cuando se otorgó a la Santa Sede. En 1988, la Santa Sede permitió pasar la prueba del Carbono 14 a la reliquia, para lo que se retiró un trozo pequeño de una esquina del sudario, que fue dividido y enviado a los laboratorios. Otro incendio, probablemente provocado, amenazó al sudario en 1997, La Santa Sede restauró el sudario en 2002. Se retiró la cubierta de la sábana y treinta parches. Esto permitió fotografiar y escanear el reverso de la tela, que estaba oculta a la vista.

Las últimas ostensiones o exhibiciones públicas del sudario fueron durante el Jubileo del año 2000 y durante las celebraciones del bicentenario del nacimiento de Don Bosco en 2015. También el papa Benedicto XVI autorizó una exposición para el año 2010, habiéndose realizado entre el 10 de abril y el 23 de mayo de 2010.

Vuelvo a la rentabilidad de la Síndone cuando la nobleza permaneció con su propiedad hasta 1983.


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