Resolver un retrato exige, no solo construir correctamente
una cabeza sino que además ha de conseguirse que todo el mundo reconozca al
retratado y esto no es tarea fácil porque incluso una fotografía de una
persona, dependiendo de cómo la luz incida en el rostro puede darse el caso de
que no se le reconozca totalmente. Por tanto es muy importante estudiar a la
persona a retratar experimentando antes con la luz probando a iluminar con
diferentes ángulos, amén de probar con diferentes posiciones de la cabeza
respecto al pintor girando respecto al eje vertical para verla totalmente de frente e ir girando
a derecha e izquierda hasta encontrar la posición en que queda más reconocible.
Recomendamos que si iluminamos con un foco este esté más
alto que la cabeza y delante de ella
dirigida con cierto ángulo, unos 30 a 40º respecto a la posición frontal
para conseguir el máximo relieve. Una iluminación frontal hace que resulte la
cabeza plana, sin volumen, por tanto no recomiendo hacer una foto con flash
para tomarla como base.
El dibujo del retrato requiere una serie de conocimientos
que es necesario aplicar a la hora de observar a la persona que se va retratar
para no cometer errores y conseguir que nuestro dibujo o pintura se parezca al
modelo cuando estamos tomando del natural. La manera sencilla de resolver un
retrato sin conocimiento específico del mismo consiste en realizar una foto y
cuadricularla, después construimos otra cuadrícula en el soporte y así copiamos
las líneas principales de la foto original a nuestro soporte. Este método es
válido si no cometemos errores, pero si cometemos alguno sutil tendremos muchas
dificultades para localizarlo.
Para tomar del natural es necesario conocer alguna de las
técnicas de construcción de cabezas para no cometer aberraciones como resolver
la cabeza plana o provocar distorsiones en la misma.
En cuanto a la construcción mediante el dibujo, vamos a
partir del análisis de una cabeza donde las diversas proporciones entre las
medidas están definidas como ideales
Tomamos como patrón una cabeza masculina de un hombre cuya
edad está alrededor de los 30 años. En la posición de frente vemos unas líneas
horizontales numeradas del 1 al 3 que definen la altura de las tres zonas
principales: frente (inteligencia), nariz (sensibilidad) y zona de la boca
–entre final de la nariz y la barbilla- (sensualidad). Idealmente, la altura de
estas zonas sería idéntica.
Si consideramos las medidas en sentido horizontal vemos
otras tres líneas numeradas del 1 al 3, lo que viene a decir que considerando
desde la raíz del cabello una cabeza está contenida dentro de un cuadrado que
contiene nueve cuadrados y nos definen las proporciones principales de la
cabeza humana. Desde la raíz del cabello, hacia arriba hasta el final del
cráneo hay medio módulo.
Si comparamos las medidas y proporciones de esta cabeza con
la correspondiente a Felipe VI, veremos
que hay bastantes diferencias. He elegido esta cabeza por ser un personaje
conocido por todos, me refiero a su imagen.
Vamos a analizar algunas características:
He de hacer notar que la cabeza no está completamente
vertical sino ligeramente inclinada hacia el lado derecho de la foto.
En el dibujo de la
cabeza ideal la distancia entre los dos ojos es otro ojo pero no es así en la
cabeza de Felipe y en vez de caer los lagrimales en la vertical tangente a los
bordes de la nariz vemos que tampoco es así. A pesar de que la distancia entre
ojos es mayor que un ojo, la nariz es más ancha y sus verticales cortan los
lagrimales. También podemos ver que la nariz está ligeramente torcida hacia el
lado derecho de la imagen cuando debería estar en la línea vertical central.
Los bordes laterales de la nariz deberían ser tangentes a
las líneas que partiendo del centro del entrecejo van hasta las comisuras de
los labios, en cambio quedan cortados, lo que demuestra lo comprobado
anteriormente: la nariz es más ancha que la ideal.
En cuanto a las tres zonas principales, frente, nariz y zona
de la boca coinciden con las ideales pues prácticamente son idénticas en
altura. Es importante comprobar también si los ojos están horizontales o
ligeramente inclinados en un sentido o en el otro, por eso he trazado una línea
que une los ojos. En este caso se ven horizontales.
Ahora pasamos a analizar a su padre Juan Carlos I.
Antes de continuar podéis hacer el análisis solos,
comparando con el dibujo para ver las diferencias
Vemos que al ser la boca más corta las líneas que vienen del
entrecejo cortan el ancho de la nariz una parte mayor que en el hijo.
Las tres zonas son
equivalentes también como en el caso de su hijo, pero los ojos están
ligeramente inclinados estando las partes más altas en los lagrimales.
La distancia entre ojos es también superior a un ojo y, como
ya dijimos, el ancho de la nariz es también grande pues las verticales cortan
los lagrimales.
Aunque el contorno de la cabeza define una parte del retrato lo que es realmente esencial para lograr el parecido es tan solo lo que veis a continuación.
Estas enseñanzas están entresacadas de mi curso DIBUJO DEL
RETRATO/Superior en el que se llegan a
realizar más de 400 dibujos de cabezas de hombres y mujeres de todas las edades
incluso niños y bebés. Podéis entrar en la web
2 comentarios:
Te deseo un buen día Antonio:
No entro en el ordenador porque estoy a tope, pero hoy lo he hecho.
Este blog tuyo es estupendo. Voy a ver si puedo guardar la entrada.
Si puedes, entra en la revista Letras de Parnaso, en la que estoy colaborando (a lo mejor puedes colaborar tu).
El día 20 se presenta en la Sociedad de Autores un libro de poesías. Creo que te puede interesar ir. Ya te lo diré. Besos para tu mujer y para ti, Trinidad Romero
Hola Trini: No entendí que tu comentario estaba aquí, pues pensé que me habías enviado un mensaje a mi correo.
Gracias por tu valoración. He intentado entrar en LETRAS DEL PARNASO pero no me deja, al menos en la web que he visto.
Seguiré buscando. Un abrazo
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