Los franciscanos decidieron mantener en el lugar una pequeña ermita. La decisión de mantener una ermita ocurrió en el marco de una intensa campaña de destrucción de las imágenes de los dioses mesoamericanos, a los que se veía como una amenaza para la cristianización de los indígenas. Se cree que uno de los primeros registros sobre la existencia de la ermita corresponde a la década de 1530. Los indígenas se dirigían al lugar siguiendo la tradición prehispánica. Dos décadas más tarde, no solo los indígenas acudían a la ermita del Tepeyac a venerar ―según documentos de la época― la imagen aparecida de la Virgen María. En efecto, a mediados del siglo XVI, la devoción hacia la imagen se había extendido entre los criollos.
-La realidad es que, como de costumbre, una de las técnicas de la Iglesia para imponer su religión y sus devociones es sustituir los ritos y deidades anteriores del lugar por los propios, y aquí los indígenas visitaban y adoraban a su deidad llamada Tonantzin, desde tiempos prehispánicos, justo en el lugar donde levantaron la ermita, así que la aparecida María sabía perfectamente donde había que levantar esa ermita dedicada a ella.
Bernardino de Sahagún (1499-1590), gran conocedor de la cultura y lengua de los nahuas, fue uno de los críticos al culto en Tepeyac y el uso del nombre de Tonantzin para llamar a Nuestra Señora de Guadalupe durante el siglo XVI.
De modo pragmático, el arzobispado de México hizo caso omiso de las advertencias vertidas por los franciscanos sobre la confusión que podía generar el culto de la imagen del Tepeyac entre los recién cristianizados indígenas del centro de México. Es en este contexto, según Gruzinski, que el lienzo de Guadalupe podría haber sido encargado a una manufactura indígena.
-Más claro agua, menos mal que hubo alguien decente y con criterio lógico. Y así se explica que la retratada en la pintura sea una indígena.
La historicidad de la aparición ha sido controvertida desde sus inicios, y una considerable cantidad de literatura ha sido publicada discutiendo los problemas que surgen cuando se intenta entender la aparición como un acontecimiento históricamente certero.
En 1556, Francisco de Bustamante, dirigente de los franciscanos en la colonia, pronunció un sermón ante el virrey y los miembros de la Real Audiencia. En ese sermón desacreditó los orígenes sagrados de la imagen. Contradiciendo el sermón que el arzobispo Alonso de Montúfar predicara dos días antes, Bustamante indicó:
La devoción en esta ciudad que ha estado creciendo en nuestra iglesia dedicada a Nuestra Señora, que han intitulado Guadalupe, es gravemente perjudicial para los nativos, porque les hace creer que la imagen pintada por Marcos el indio hace milagros.
-Aquí tenemos testimonios históricos de como ya en esa época (1556), hubo voces que no estaban de acuerdo con el método utilizado para implantar la nueva fe, el sustituir la deidad para engañar a los indígenas, colocar la imagen en una pintura pintada por un indígena y hacerles creer que la imagen hace milagros.
En 1982, el restaurador de arte José Sol Rosales examinó la imagen con estereomicroscopía e identificó sulfato de calcio, hollín de pino, en colores blanco y azul, tierras verdes (suciedad), redes hechas de carmín y otros pigmentos, y también oro. Rosales encontró en el trabajo materiales y métodos coincidentes con los de un trabajo humano del siglo XVI. En 1751, el pintor Miguel Cabrera, había dictaminado que la imagen no podía explicarse como humanamente hecha, sin que se conozca el protocolo protocientífico que lo haya llevado a dicha afirmación.
-Vemos como expertos, ya en el siglo XX, son capaces de demostrar científicamente que la imagen fue pintada por algún artista y que no se produjo de forma milagrosa. No obstante, otros se empeñarían en que la realización de la imagen era inexplicable.
En 1979 los norteamericanos Philip Callahan y Jody Brant Smith, asociados a un centro católico de estudios marianos, fotografiaron la imagen con cámara infrarroja y no encontraron explicación científica para la hechura del manto, túnica, manos y rostro de la Virgen.
-No hay más ciego que quien no quiere ver y eso les pasó a estos presuntos investigadores. Se repite a lo lago de la historia que cuando un investigador mira a través del filtro de sus creencias religiosas su objetividad queda eliminada.
Norberto Rivera Carrera, arzobispo de México, comisionó un estudio en 1999 acerca de la factura del ayate, Leoncio Garza Valdés, un pediatra y microbiólogo que había trabajado previamente en el Sudario de Turín, reclamó una inspección de fotografías de la imagen en las que el descubrió tres imágenes superpuestas en la tilma. La primera imagen sería la Virgen de Guadalupe de Extremadura (España) con las iniciales M.A. (Marcos Cipac) , en la segunda pintura la misma Virgen de Extremadura pero con rasgos indígenas y en la tercera la Virgen de Guadalupe del Tepeyac que conocemos hoy día. Sin embargo no pudo citar ningún otro observador independiente que haya visto las mismas características.
-Cuando interviene un experto y con experiencia previa sobre lienzos impresos de imágenes, es natural que vea cosas que nadie más ve, tal como sucede con cualquier pintura artística. Y cosa muy importante es que no tuviera interés religioso.
Gilberto Aguirre, quien acompañó a Garza-Valdés en el examen de 1999, examinó las mismas fotografías e indicó que, si bien estaba de acuerdo en que la pintura había sido extensamente forzada, se oponía a las conclusiones de Garza Valdés y sostuvo que las condiciones de realización del estudio fueron inadecuadas. La inexistencia de fotografías que comprueben la tesis de Garza Valdés, y el hecho de que esas tres imágenes sobrepuestas implicarían anacronismos históricos, ha desacreditado en medios investigativos las conclusiones de Garza Valdés. Al respecto él dijo a un periódico de San Antonio, Texas en el año 2002 lo siguiente:
El Dr. Garza-Valdés y yo tenemos las mismas imágenes, pero nuestras conclusiones son totalmente diferentes. No encuentro a nadie que esté de acuerdo con el Dr. Garza-Valdés .... En segundo lugar, afirma que él no sólo ve las otras dos pinturas, sino a un bebé desnudo de Jesús en los brazos de la Virgen, así como las iniciales M.A. y la fecha de 1556. Yo he estudiado estas fotos, pero no veo estas cosas.
-Me temo que el señor Gilberto Aguirre no ve porque no quiere ver. Ese es el problema de los científicos e investigadores católicos que tergiversan los resultados cuando estos son contrarios a su fe.
-A la contra, algunos presuntos investigadores como ingenieros de la NASA y como J.J. Benítez, ven más allá de lo que realmente hay y eso le dio a este último para escribir un libro que, al igual que El Caballo de Troya, cuenta como algo verídico lo que a todas luces es producto de su magnífica imaginación.
-En los próximos capitulos entraré en más detalles sobre la tilma y sus controversias, así como las presuntas imágenes del ojo de la guadalupana.
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