AUTORRETRATO 1944
Antoni Tàpies i Puig, marqués de Tápies (Barcelona, 13
de diciembre de 1923-6 de febrero de 2012), fue un pintor, escultor y teórico
del arte español. Uno de los principales exponentes a nivel mundial
del informalismo, está
considerado como uno de los más destacados artistas españoles del siglo XX.
La obra del artista catalán goza de un centro de estudio y
conservación en la Fundación Antoni Tàpies de Barcelona.
AUTORRETRATO 1945
De formación autodidacta, Tàpies creó un estilo propio
dentro del arte de vanguardia del siglo XX, en el que se
combinaban la tradición y la innovación dentro de un estilo abstracto,
pero lleno de simbolismo, dando gran relevancia al sustrato material de la
obra. Cabe destacar el marcado sentido espiritual dado por el artista a su obra,
donde el soporte material trasciende su estado para significar un profundo
análisis de la condición humana.
AUTORRETRATO 1950
La obra de Tàpies ha tenido una gran valoración a nivel
tanto nacional como internacional, estando expuesta en los más prestigiosos
museos del mundo. A lo largo de su carrera ha recibido numerosos premios y
distinciones, entre los que cabe destacar el Premio de la Fundación Wolf
de las Artes (1981), la Medalla de Oro de la Generalidad de Cataluña (1983),
el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1990), la Medalla
Picasso de la Unesco (1993) y el Premio Velázquez de Artes
Plásticas (2003). Como reconocimiento a su trayectoria artística el rey Juan
Carlos I le otorgó el título de marqués de Tàpies el 9 de abril
de 2010.
Representante de la llamada “pintura matérica”, Tàpies
utilizaba para sus obras materiales que no están considerados como artísticos,
sino más bien de reciclaje o de desecho, como pueden ser cuerdas, papel o polvo
de mármol.
ZOOM 1946
Dentro del informalismo, Tàpies se situó dentro de la
denominada “pintura matérica”, también conocida como “art brut”, que se
caracteriza por la mixtificación técnica y el empleo de materiales
heterogéneos, muchas veces de desecho o de reciclaje, mezclados con los
materiales tradicionales del arte buscando un nuevo lenguaje de expresión
artística. Los principales exponentes de la pintura matérica fueron, además de
Tàpies, los franceses Fautrier y Dubuffet y el español Manolo Millares. El
informalismo matérico fue desde los años 1950 el principal medio de expresión
de Tàpies, en el que con distintas peculiaridades trabajó hasta su
fallecimiento.
Las obras más características de Tàpies son las que aplica
su mixtura de diversos materiales en composiciones que adquieren la
consistencia de muros o paredes, a las que añade distintos elementos
distintivos a través de signos que enfatizan el carácter comunicativo de la
obra, semejando el arte popular del grafiti. Esta consistencia de
muro siempre ha atraído a Tàpies, al cual además le gustaba relacionar su
estilo con la etimología de su propio apellido: Tapia
En su obra más característica dentro del informalismo
matérico, Tàpies empleaba técnicas que mezclaban los pigmentos tradicionales
del arte con materiales como arena, ropa, paja, etc., con predominio del collage y
el assemblage, y una textura cercana al bajorrelieve.
CRUZ 1947
Tàpies definía su técnica como “mixta”: pintaba sobre tela,
en formatos medios, en posición horizontal, disponiendo una capa homogénea de
pintura monocromática, sobre la que aplicaba la ”mixtura”, mezcla de polvo de
mármol triturado, aglutinante, pigmento y óleo, aplicado con espátula o con sus
propias manos.
Cuando estaba casi seco hacía un grattage (raspado) con
tela de arpillera, aplicada sobre la superficie, y cuando estaba adherida
la arrancaba, creando una estructura de relieve, con zonas rasgadas, arañadas o
incluso horadadas, que contrastan con los cúmulos y densidades matéricas de
otras zonas del cuadro. A continuación, hacía un nuevo grattage con
diversos útiles (punzón, cuchillo, tijeras, pincel). Por último, añadía signos
(cruces, lunas, asteriscos, letras, números, etc.), en composiciones que
recuerdan el grafiti, así como manchas, aplicadas mediante dripping
(goteo).
TRÍPTICO 1948
No añadía elementos de fijación, por lo que las obras se
degradaban rápidamente —la mixtura es bastante efímera—; sin embargo, Tàpies
defendía la descomposición, como pérdida de la idea de la eternidad del arte,
le gustaba que sus obras reflejasen la sensación del paso del tiempo. A ello
contribuía también sus propias huellas en la obra, las incisiones que
practicaba, que para él eran un reflejo de la naturaleza.
ARROZ Y CUERDA 1949
*El informalismo es un movimiento artístico que
abarca todas las tendencias abstractas y gestuales que se
desarrollaron en Francia, España e Italia durante la
segunda posguerra mundial, en paralelo con el expresionismo abstracto estadounidense.
El movimiento fue bautizado por Juan Eduardo Cirlot, quien fue su
principal ideólogo.
Dentro de él se distinguen diferentes corrientes, como
la abstracción lírica, la pintura matérica, la Nueva escuela de
París, el tachismo, el espacialismo o el art brut. El crítico
de arte francés Michel Tapié acuñó el término arte otro (art
autre) en el libro homónimo, de 1952, sobre el arte abstracto no geométrico. En
el siglo XXl, este estilo ha dado la creación del Nuevo Informalismo en
Chevry ll, en Gif-sur-Yvette, Francia.
LA BARBERÍA DE LOS MALDITOS 1950
Entiendo que Tapies como otros, fue un experimentador, un
investigador y la mayoría de las obas son experimentos. Investigó sobre las
texturas, la composición, los signos y símbolos, reduciendo el color a mínimos.
Todo ello dentro del Art Brut con brochazos simples, sintetizando al máximo los
elementos del cuadro de manera que pareciera
que cualquiera puede realizar esos cuadros sin necesidad de saber de pintura ni
de nada.
En mi opinión, un profesional de cualquier materia, trabajo
u oficio, a la hora de realizar su trabajo, debería aplicar sus conocimientos
de manera que quede patente su conocimiento y experiencia, pero entiendo que
otros no lo vean así y está claro que Tapies no lo veía como yo.
DRÍADAS, NINFAS, ARPÍAS 1950
Así, estudiando su biografía se ve que Antoni Tàpies fue un
artista profundamente introspectivo y su obra es un verdadero diálogo entre la
materia y la espiritualidad. Su trabajo se caracteriza por el uso de materiales
industriales y cotidianos (como cemento, arena, polvo de mármol, cuerdas,
telas, e incluso objetos encontrados), lo cual le permitió expandir el concepto
tradicional de pintura y escultura. Su obra es tanto una exploración de la
textura y la forma como una búsqueda filosófica y espiritual.
Características de la
Obra de Tàpies
Materialidad y
Textura: Una de las marcas distintivas de Tàpies es su enfoque en la
materia. Emplea elementos toscos que le permiten dotar a sus obras de una
textura casi tangible, donde los materiales mismos se convierten en el mensaje.
Al incorporar elementos ásperos y realistas, nos confronta con lo orgánico y lo
imperfecto, haciendo un llamado a las sensaciones físicas y táctiles.
BLANCO CON MANCHAS ROJAS 1954
Influencia de la
Filosofía Zen: Tàpies se vio influenciado por la filosofía oriental,
especialmente por el budismo zen, que busca encontrar el significado a través
de la contemplación y la eliminación de lo superficial, pues fue una persona
profundamente espiritual. Así, sus obras, que pueden parecer minimalistas o
austeras, poseen una profundidad que anima al espectador a interpretar las
huellas, marcas y símbolos de formas personales y abiertas.
Simbolismo y Lenguaje:
Utilizaba símbolos universales como la cruz, el triángulo, y letras o números,
combinados con formas y líneas en trazos gruesos o irregulares. Estas figuras
tienen significados múltiples, que pueden estar relacionados con lo espiritual,
lo religioso, lo social o lo político. Tàpies los veía como signos con
significados cambiantes, abiertos a interpretación.
TIERRA Y PINTURA 1956
Uso del Color: Su
paleta de colores suele inclinarse hacia los tonos tierra, ocres, grises y
negro, lo cual refuerza el sentido de conexión con lo primigenio y con la
tierra misma. Estos colores son parte de su interés en el simbolismo y la
autenticidad; representan la simplicidad, la renuncia a lo decorativo en favor
de lo esencial.
Significado de la
Obra como Huella y Rastro: Su arte busca transmitir la idea de que toda
acción, por simple que sea, deja una marca. Los rasgos en sus obras pueden
recordar a heridas, grietas o desgastes, como una alegoría de la experiencia
humana, los conflictos internos y la existencia misma.
PINTURA OCRE 1958
Intenciones de Tàpies
Tàpies usaba el arte como una vía para explorar lo más
profundo de la existencia humana. No se limitaba a la estética, sino que usaba
la obra como una forma de autoconocimiento y reflexión sobre la condición
humana. Su proceso creativo puede interpretarse como un acto meditativo, donde
el trabajo sobre la materia y el tiempo invertido en sus texturas son una
manifestación de un viaje interior, una búsqueda de lo esencial y de las
verdades fundamentales. También era crítico con la sociedad y sus conflictos,
aunque de una forma introspectiva, y usaba su trabajo para cuestionar, a veces
indirectamente, la superficialidad de la vida moderna.
En conclusión, la obra de Antoni Tàpies es una profunda
reflexión sobre la existencia, el sufrimiento, la memoria y la espiritualidad,
invitándonos a ver la belleza en lo cotidiano y a encontrar significado en las
huellas y marcas que dejamos en el mundo y al igual que los alquimistas buscaba
su propia transformación.
7 DE NOVIEMBRE 1971
La impresión que yo recibo de la mayoría de sus obras es que
él experimentaba con texturas, la composición, signos y simbología.
restringiendo el color al máximo, lo cual me parece que es una investigación
dentro de la pintura, y las obras son el resultado directo de la investigación.
En mi opinión, partiendo de los resultados obtenidos en su investigación,
debería haber pintado las obras definitivas, elaboradas, donde aplicara lo descubierto.
Es como si el doctor Fleming hubiera presentado sus experimentos pero sin
realizar finalmente la obra: la penicilina. Creo que Tapies nunca pintó la obra
y nos presenta sus experimentos.
Así he de aceptar que este es un punto crucial en la
naturaleza de su obra: su trabajo podría interpretarse como una investigación
inacabada o, mejor dicho, como una constante experimentación en lugar de una
“obra definitiva” en el sentido tradicional. Tàpies, efectivamente, exploraba
el proceso mismo como un fin y, al hacerlo, transformaba sus experimentos en la
"obra".
GRAN BLANCO Y MANO 1985
Arte Como Proceso vs.
Arte Como Producto Final
Para Tàpies, el proceso creativo – la manipulación de la
materia, el juego con texturas y formas y la inserción de símbolos casi
crípticos – no era solo un medio para llegar a una conclusión, sino el
contenido mismo. En vez de ver el acto creativo como un paso intermedio hacia
una pieza final “perfecta”, cada obra de Tàpies representaba una conclusión en
sí misma. Desde esta perspectiva, la noción de “obra definitiva” que yo
considero como un paso posterior donde cristalizar sus hallazgos, no era su
objetivo.
En este sentido, podríamos decir que la experimentación no
era una fase previa a la obra, sino que él consideraba que la obra existía en
el mismo acto de experimentación. Su enfoque recuerda un poco a la filosofía
Zen, que valora el instante presente y la experiencia directa. Este enfoque
también resonaba con el movimiento del arte informal, en el que los materiales
y los procesos no servían para expresar algo externo, sino que eran una
exploración de la experiencia pura.
TORSO 1988
Tàpies y el Concepto
de la Inacabado
Al igual que un científico que nunca busca “cerrar” una
investigación en particular, Tàpies parecía entender su trabajo como una
exploración constante, más allá de cualquier conclusión específica. Él insistía
en que su interés en la materia, en las texturas y las formas, no buscaba
resolver o ilustrar algo concreto, sino crear una conexión directa con la
experiencia humana: lo áspero, lo cotidiano, la imperfección y el desgaste de
lo real. Lo que tal vez buscaba era que cada espectador extrajera una
conclusión personal y distinta, incluso desde lo no acabado, y que la “verdad”
o “conclusión” de la obra se encontrara en esa relación con quien la observa.
TORSO 1982
El Valor de la
Inmediatez
Es posible que en este aparente inacabado resida parte de la
fuerza de su obra. Cada pieza no tiene una estructura narrativa o una
progresión formal que lleve a una conclusión. En lugar de un planteamiento de
ideas seguido de una solución final, Tàpies presenta signos, materiales y
texturas como componentes para ser experimentados, no resueltos. Él quiso,
probablemente, dejar la interpretación abierta para que cada uno encontrara su
propio significado en el rastro y en la textura, en la imperfección y en la
“ruina” que cada obra representa.
Tàpies como
Experimentador sin Conclusiones
Es interesante mi comparación con Fleming, ya que mientras
que Fleming buscaba un descubrimiento tangible y de utilidad universal (la
penicilina), Tàpies perseguía lo intangible y personal. La obra de Tàpies se
asemeja más a un laboratorio artístico en el que cada obra es un experimento y
una conclusión en sí misma, sin depender de un “descubrimiento” final que dé
sentido al conjunto.
FORMAS EN EL ESPACIO 2009
Entonces, desde mi visión y para enriquecer la comparación,
Tàpies parecería decir que no existe una única “penicilina” artística que deba salir
de sus experimentos, sino que estos experimentos mismos son su contribución. El
hecho de que me evoque la sensación de algo inconcluso es precisamente uno de
los mensajes de su obra: una investigación continua en la que cada obra, aunque
experimental, tiene su propio fin en el mismo proceso de creación y percepción.
No es lo que yo habría hecho pero él lo decidió así y yo lo tengo que aceptar porque creo en su honestidad.