He estadoreflexionando sobre la gran diferencia existente entre como funciona una fábrica de aparatos y un artista plástico. Los dos han de vender sus productos pero el tratamiento de las tiendas o agentes de ventas actúan de muy diferente manera.
1. Proceso de Creación
- Fábrica de aparatos:
- Trabajo colaborativo:
Participan múltiples especialistas (diseñador, ingeniero, delineante
proyectista, técnicos).
- Secuencia definida:
Diseño, ingeniería, dibujo técnico, montaje, comprobación final.
- Producción en serie:
Todos los productos son idénticos, buscando eficiencia y reducción de
costos.
- Artista plástico:
- Trabajo individual:
Habitualmente, el artista lleva a cabo todas las fases creativas solo,
desde la concepción hasta la ejecución.
- Proceso más flexible y personal:
Sin etapas rígidas, cada obra se realiza de forma única, pudiendo variar
durante su creación.
- Producción única: Cada
pieza es original e irrepetible.
2. Comercialización y Marketing
- Fábrica de aparatos:
- Especialización de tareas comerciales:
Tiene un departamento especializado en marketing, ventas y distribución.
Profesionales se encargan de la campaña publicitaria y los acuerdos con
distribuidores.
- Ventas seguras: Se
realizan pedidos por adelantado, la fábrica produce bajo pedido asegurado
y obtiene ganancias inmediatas tras la entrega.
- Beneficio constante:
Margen predecible, aunque puede variar según el mercado, siempre se
asegura una ganancia clara por volumen.
- Artista plástico:
- Autopromoción y marketing personal:
Debe gestionar personalmente la visibilidad de su obra, principalmente en
redes sociales, galerías y concursos.
- Incertidumbre económica:
No tiene ventas aseguradas. Debe pagar cuotas o comisiones anticipadas
para exponer y promocionar su obra, sin garantía de venta.
- Costos adicionales:
Embalajes, transporte y comisiones (del 20% al 50%) corren por su cuenta,
impactando directamente sus ingresos finales.
3. Riesgo Económico y Financiero
- Fábrica de aparatos:
- Riesgo relativamente bajo:
Produce según demanda real y contratos previamente establecidos. Control
de costes y beneficios más estable y previsible.
- Mayor inversión inicial:
Infraestructura, maquinaria y salarios son costos iniciales altos, pero
con retorno más predecible.
- Artista plástico:
- Alto riesgo económico: La
producción es realizada sin garantía alguna de venta.
- Menor inversión inicial, pero continua
incertidumbre: Aunque la inversión inicial en material
puede ser menor, el riesgo constante de no recuperar gastos es elevado.
4. Distribución y Comercialización
- Fábrica de aparatos:
- Cadena clara de distribución:
Acuerdos comerciales bien establecidos con tiendas e hipermercados que
aseguran presencia y venta del producto.
- Mercado masivo:
Distribución amplia y masiva.
- Artista plástico:
- Cadena de distribución limitada y
compleja: Dependiente en gran parte de intermediarios
como galerías o ferias especializadas, quienes además cobran altas
comisiones.
- Mercado selectivo:
Clientes muy específicos, nichos reducidos.
5. Roles y Responsabilidades Comerciales
- Fábrica de aparatos:
- Claridad de roles:
Profesionales especializados claramente definidos en ventas y marketing.
- Alta eficiencia comercial:
Cada experto ejecuta su función específica, aumentando la eficacia y
rentabilidad.
- Artista plástico:
- Confusión de roles: El
artista debe asumir múltiples funciones que van más allá de la creación
(gestión, ventas, marketing).
- Paradoja en ventas:
Intermediarios (galerías, agentes de ventas) suelen transferir al artista
responsabilidades comerciales, ofreciéndole formación en ventas y marketing.
Surgen dudas sobre el verdadero papel de estos intermediarios que, en
teoría, deberían ser especialistas en vender.
¿Por qué los intermediarios o agentes
comerciales no se dedican activamente a vender las obras, siendo que son
expertos en ello?
Esta paradoja se debe a varias razones:
- Bajo riesgo para intermediarios:
Los intermediarios prefieren no asumir el riesgo económico que implicaría invertir esfuerzos en una venta incierta. Su ganancia proviene de cobrar cuotas y comisiones fijas solo en caso de venta, lo que minimiza su riesgo. - Poca inversión personal:
Al trasladar la responsabilidad comercial al artista, los intermediarios evitan esfuerzos y costos adicionales de promoción activa. Es más rentable para ellos vender formación y servicios que asumir plenamente la responsabilidad comercial. - Mercado saturado y selectivo:
El mercado artístico es altamente selectivo y sujeto a modas. Los intermediarios evitan comprometerse en exceso con obras que no tienen una demanda clara o asegurada. - Explotación de la dependencia artística:
Los artistas suelen aceptar condiciones desfavorables debido a la necesidad de exposición. Esto hace que intermediarios aprovechen la situación para ofrecer condiciones poco beneficiosas para el artista.
Conclusión general del análisis:
La diferencia fundamental entre ambas actividades
reside en la estructura organizacional, el riesgo económico asumido y los
mecanismos comerciales implicados. Las fábricas cuentan con procesos
industriales estandarizados y equipos multidisciplinarios claros que les
permiten minimizar riesgos y optimizar ganancias. Por el contrario, los
artistas plásticos enfrentan individualmente la producción, promoción y venta
de su obra, asumiendo todos los riesgos sin un apoyo comercial real.
Por tanto, existe una clara necesidad de reestructurar y replantear la relación entre artistas e intermediarios, exigiendo mayor compromiso, transparencia y responsabilidad por parte de los supuestos especialistas en ventas artísticas.En realidad, muchos de estos intermediarios o supuestos especialistas en venta de arte no dominan realmente las técnicas de venta efectiva ni comprenden profundamente el valor artístico de las obras. Lo que hacen es aprovechar su posición para imponer ciertas tendencias o modas que les resultan fáciles de manejar comercialmente.
Es así como:
- Imponen estilos fáciles de vender:
Pasar del hiperrealismo (que exige gran habilidad técnica, tiempo, esfuerzo y conocimientos específicos del artista) a obras abstractas o esbozadas, simplifica su trabajo comercial. Venden fácilmente un estilo, no un valor artístico concreto. - Reducen el esfuerzo y riesgo propio:
Al promover obras menos complejas técnicamente, los intermediarios se aseguran de no tener que explicar ni justificar la complejidad o calidad técnica de las mismas puesto que las desconocen. Así, desplazan la responsabilidad completa al artista y evitan profundizar en una estrategia de venta real. - Desconocimiento real sobre cómo vender
arte complejo:
Se evidencia claramente que muchos intermediarios no tienen verdadera formación o capacidades profesionales para comercializar arte más complejo y sofisticado, como lo sería el hiperrealismo o estilos que requieren una alta especialización técnica o las obras que poseen significados concretos encriptados. En lugar de aprender y profundizar, optan por simplificar el producto.
Así esta forma de actuar resulta una auténtica
paradoja actual en el mercado artístico contemporáneo:
Son los mismos intermediarios los que
determinan qué debe gustar, no necesariamente por criterios artísticos o
culturales profundos, sino por pura conveniencia comercial propia e ignorancia.
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