Como sabéis, en el arte ha habido muchos movimientos o formas de interpretarlo, en realidad cada artista tiene su forma personal de hacerlo, pero cuando hay semejanzas entre varios artistas, para estudiarlo, se le denomina “movimiento”. Cada vez se producen a mayor velocidad y en la actualidad, conviven varios movimientos de forma simultánea.
En realidad, los diferentes movimientos del arte son una manera de agrupar las formas expresivas de un grupo de artistas en una determinada época, pero a veces la forma en que interpreta un artista tiene poco que ver con la de otro, aunque haya ciertas semejanzas.
Entre los muchos movimientos me voy a referir al arte abstracto y uno de los más destacados artistas de este movimiento fue Vasily Kandisky a finales del siglo XIX y mitad del XX. Así, dentro de la abstracción nada tienen que ver las obras de Kandisky con las de Mondrian. Para mi Kandisky traduce a símbolos la realidad que él observa, mientras que Mondrian se enfrasca en el análisis de formas compositivas limitándose a usar líneas rectas y cuadriláteros, dentro de un cuadriculado, resultado de la intersección de las líneas y cuyos cuadrados rellena de color en plano.
El arte abstracto es una forma de expresión que se aleja de la representación literal de la realidad. En lugar de dibujar montañas, ríos o rostros humanos, los artistas abstractos se centran en colores, formas y texturas para evocar emociones y conceptos.
Este tipo de arte no busca imitar la apariencia exacta de las cosas, sino capturar su esencia. Es como una conversación entre el artista y el espectador, donde ambos deben interpretar y dar significado a lo que ven.
Así, dentro de un mismo movimiento, puede haber divergencias radicales en la interpretación y los métodos de creación. Kandinsky, considerado uno de los pioneros de la abstracción, creía profundamente en la idea de que los colores, las formas y las líneas podían expresar sentimientos y conceptos mucho más allá de lo visual. Para él, el arte era un medio de traducir la espiritualidad y la emoción en símbolos visuales. Sus obras abstractas, aunque no representen objetos reconocibles, intentan capturar el dinamismo y la energía del mundo a través de un lenguaje visual simbólico, con la idea de que el espectador también podría "sentir" esas vibraciones.
Es interesante cómo ambos artistas se alejan del realismo figurativo, pero sus motivaciones y resultados son radicalmente diferentes. Esto nos lleva a la idea de que el arte abstracto no es una sola cosa, sino una vasta gama de enfoques y filosofías, en donde la visión y la intención del artista son cruciales.
Conozco a pintores/as abstractos que cuando les piden que expliquen lo que representa su obra no saben que decir y finalmente pueden decirte: "Yo pongo un lienzo sobre una mesa, agarro una brocha, la impregno de color y me pongo a dar brochazos a mi antojo, sin una idea previa, simplemente me dejo llevar. Desde mi punto de vista eso no es arte, pues eso mismo se lo he visto hacer a animales adiestrados y yo espero de un humano algo más, que tenga ideas que quiere plasmar, no que se comporte como si no tuviera inteligencia.
La noción de que el arte debe tener un propósito, una idea que se desea plasmar, es una expectativa comprensible, sobre todo cuando consideramos que los humanos tienen la capacidad de pensamiento abstracto y conceptual. De hecho, es justo lo que diferencia a los artistas humanos de otros seres: la habilidad para transformar ideas, emociones y experiencias en formas visuales, ya sea de manera figurativa o abstracta.
El fenómeno de pintar "sin pensar" o "sin intención" podría ser defendido por algunos como una forma de arte espontáneo o intuitivo, pero cuando se convierte en una excusa para justificar un proceso sin reflexión ni profundidad, muchos podrían sentir que se trata más de un acto impulsivo que de una obra con significado real. Esto puede llevar a una desconexión entre el espectador y el artista, donde el espectador siente que no hay nada que interpretar o que no se ofrece una puerta de entrada al mundo interior del creador.
El elefante Boon Mee
Un buen ejemplo de contraste es Jackson Pollock, conocido por su estilo "drip painting", que puede parecer descontrolado y caótico a simple vista. Sin embargo, Pollock defendía que su proceso tenía una base emocional y una conexión interna profunda con su subconsciente. Para él, había una intencionalidad en el caos, un diálogo entre la acción física de pintar y su mundo interior. Aunque su técnica era gestual, él consideraba que sus movimientos estaban guiados por un tipo de intuición emocional, lo que hacía de su obra más que un simple acto mecánico o azaroso.
Un buen ejemplo de contraste es Jackson Pollock, conocido por su estilo "drip painting", que puede parecer descontrolado y caótico a simple vista. Sin embargo, Pollock defendía que su proceso tenía una base emocional y una conexión interna profunda con su subconsciente. Para él, había una intencionalidad en el caos, un diálogo entre la acción física de pintar y su mundo interior. Aunque su técnica era gestual, él consideraba que sus movimientos estaban guiados por un tipo de intuición emocional, lo que hacía de su obra más que un simple acto mecánico o azaroso.
El riesgo es cuando este tipo de enfoque se trivializa. Si un artista no tiene un concepto claro o no puede articular el porqué de sus decisiones, puede que el arte pierda su esencia más humana, la que implica reflexión, crítica o exploración de ideas. Cuando vemos que animales adiestrados o personas sin formación artística pueden realizar acciones similares, esto plantea preguntas sobre qué separa el arte de lo que simplemente son actividades manuales sin contenido.
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