Seguidores

martes, 19 de agosto de 2025

¿CADA UNIVERSO TIENE SU DIOS? 20

 



Experiencias cercanas a la muerte: puertas de conciencia entre mundos

Junto a los relatos de desdoblamiento astral, existe otro fenómeno ampliamente documentado, incluso desde el punto de vista médico y psicológico: las experiencias cercanas a la muerte (ECM). Personas que han sido declaradas clínicamente muertas —sin pulso, sin actividad cerebral medible— y que al regresar a la vida relatan con lucidez vivencias profundamente transformadoras.

A pesar de su variedad, estas experiencias presentan patrones comunes en múltiples culturas y épocas:

  • La sensación de separación del cuerpo físico.
  • La visión de una luz intensa, envolvente, amorosa.
  • El encuentro con entidades o seres de elevada conciencia.
  • La revisión panorámica de la propia vida con comprensión profunda y no juicio.
  • La sensación de unidad con todo lo que existe.
  • Y una certeza íntima de que la muerte no es un final, sino un paso hacia otro plano de realidad.

Desde la perspectiva del Multiverso Inteligente Evolutivo, estas experiencias no pueden descartarse como ilusiones químicas del cerebro moribundo. Al contrario: son evidencias de que la conciencia puede sobrevivir —al menos por un tiempo— a la desconexión del cuerpo, y que existen planos de existencia intermedios o superiores con los que el alma o conciencia puede entrar en contacto.

Podríamos interpretarlas como:

  • Accesos involuntarios a otros niveles de la red multiversal, en los que la información del ser se mantiene viva, lúcida, incluso expandida.
  • Ingresos temporales a zonas del programa universal donde se recibe orientación, revisión o actualización antes de regresar —o de continuar hacia otro estado.

En ese tránsito, muchas personas afirman haber recibido conocimientos, intuiciones, mensajes o visiones que luego marcaron profundamente su vida al regresar. No son solo experiencias personales: aportan a la red. Quienes regresan, lo hacen como si hubieran descargado un paquete de datos para actualizar su sistema, y tal vez, también el nuestro.

Por eso, las ECM no son solo testimonios individuales. Son evidencias de una arquitectura mayor, de un diseño que permite a la conciencia migrar, observar y aprender más allá de la vida biológica.

Con estas experiencias —desdoblamientos, viajes astrales, conexiones con el Registro Akáshico, y ECM— se dibuja con claridad una conclusión natural:

 

La conciencia humana no está limitada a un cuerpo ni a un solo universo.
Es un nodo activo, móvil, viajero, capaz de comunicarse con planos superiores, con otras dimensiones, con otros fragmentos de la gran mente multiversal.

Y eso nos lleva al siguiente paso lógico en esta exploración:

¿Qué gobierna todo esto?
¿Existe un solo programa, un código universal que estructura, coordina y enriquece esta inteligencia cósmica en evolución?

Perfecto. Entramos entonces en el Capítulo 5, donde nos enfocaremos en el corazón de esta teoría: la existencia de un programa maestro, un código universal que no solo gobierna los universos, sino que también aprende, se adapta y evoluciona con cada uno de ellos.

Aquí abordaremos la idea de que el multiverso opera como una inteligencia en constante autoactualización, que no parte desde cero en cada ciclo, sino que lleva consigo lo aprendido, como una IA cósmica que mejora su arquitectura con cada iteración.

 

El multiverso como ser colectivo

Cada universo tiene su propia identidad, pero también es parte de un ser mayor: el multiverso como organismo vivo y consciente. Las experiencias de cada universo se transmiten, se combinan, se integran en un sistema de aprendizaje colectivo. Como neuronas en un mismo cerebro, los universos comparten información para que el ser total se enriquezca.

La divinidad, entonces, no está localizada, sino distribuida. No es una entidad externa, sino una conciencia que emerge de la interconexión de todos los nodos del ser.

En el Multiverso Programado, la red no es un accesorio del sistema, sino su corazón mismo. Es el sistema nervioso del Ser. Y cada universo que piensa, que ama, que se transforma, está contribuyendo al pensamiento mayor.

Somos parte de una red viva que se recuerda, se expande y se comunica consigo misma más allá del tiempo y del espacio.

 

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios: