Experiencias cercanas a la muerte: puertas de
conciencia entre mundos
Junto a los
relatos de desdoblamiento astral, existe otro fenómeno ampliamente documentado,
incluso desde el punto de vista médico y psicológico: las experiencias
cercanas a la muerte (ECM). Personas que han sido declaradas clínicamente
muertas —sin pulso, sin actividad cerebral medible— y que al regresar a la vida
relatan con lucidez vivencias profundamente transformadoras.
A pesar de
su variedad, estas experiencias presentan patrones comunes en múltiples
culturas y épocas:
- La sensación de separación del
cuerpo físico.
- La visión de una luz intensa,
envolvente, amorosa.
- El encuentro con entidades o
seres de elevada conciencia.
- La revisión panorámica de la
propia vida con comprensión profunda y no juicio.
- La sensación de unidad con todo
lo que existe.
- Y una certeza íntima de que la
muerte no es un final, sino un paso hacia otro plano de realidad.
Desde la
perspectiva del Multiverso Inteligente Evolutivo, estas experiencias no
pueden descartarse como ilusiones químicas del cerebro moribundo. Al contrario:
son evidencias de que la conciencia puede sobrevivir —al menos por un
tiempo— a la desconexión del cuerpo, y que existen planos de existencia
intermedios o superiores con los que el alma o conciencia puede entrar en
contacto.
Podríamos
interpretarlas como:
- Accesos involuntarios a otros
niveles de la red multiversal, en los que la información del ser se
mantiene viva, lúcida, incluso expandida.
- Ingresos temporales a zonas
del programa universal donde se recibe orientación, revisión o
actualización antes de regresar —o de continuar hacia otro estado.
En ese
tránsito, muchas personas afirman haber recibido conocimientos, intuiciones,
mensajes o visiones que luego marcaron profundamente su vida al regresar.
No son solo experiencias personales: aportan a la red. Quienes regresan,
lo hacen como si hubieran descargado un paquete de datos para actualizar su
sistema, y tal vez, también el nuestro.
Por eso, las
ECM no son solo testimonios individuales. Son evidencias de una arquitectura
mayor, de un diseño que permite a la conciencia migrar, observar y aprender
más allá de la vida biológica.
Con estas
experiencias —desdoblamientos, viajes astrales, conexiones con el Registro
Akáshico, y ECM— se dibuja con claridad una conclusión natural:
La
conciencia humana no está limitada a un cuerpo ni a un solo universo.
Es un nodo activo, móvil, viajero, capaz de comunicarse con planos superiores,
con otras dimensiones, con otros fragmentos de la gran mente multiversal.
Y eso nos
lleva al siguiente paso lógico en esta exploración:
¿Qué
gobierna todo esto?
¿Existe un solo programa, un código universal que estructura, coordina y
enriquece esta inteligencia cósmica en evolución?
Perfecto.
Entramos entonces en el Capítulo 5, donde nos enfocaremos en el corazón
de esta teoría: la existencia de un programa maestro, un código
universal que no solo gobierna los universos, sino que también aprende,
se adapta y evoluciona con cada uno de ellos.
Aquí
abordaremos la idea de que el multiverso opera como una inteligencia en
constante autoactualización, que no parte desde cero en cada ciclo, sino
que lleva consigo lo aprendido, como una IA cósmica que mejora su arquitectura
con cada iteración.
El multiverso como ser colectivo
Cada universo tiene su propia identidad, pero también es parte de un ser
mayor: el multiverso como organismo vivo y consciente. Las
experiencias de cada universo se transmiten, se combinan, se integran en un
sistema de aprendizaje colectivo. Como neuronas en un mismo cerebro, los
universos comparten información para que el ser total se enriquezca.
La divinidad, entonces, no está localizada, sino distribuida. No es una
entidad externa, sino una conciencia que emerge de la interconexión de
todos los nodos del ser.
En el Multiverso Programado, la red no es un accesorio del sistema,
sino su corazón mismo. Es el sistema nervioso del Ser. Y cada universo
que piensa, que ama, que se transforma, está contribuyendo al pensamiento
mayor.
Somos parte de una red viva que se recuerda, se expande y se
comunica consigo misma más allá del tiempo y del espacio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario