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domingo, 17 de agosto de 2025

¿CADA UNIVERSO TIENE SU DIOS? 19

 



Entidades y viajes transdimensionales

En los relatos de quienes han vivido experiencias cercanas a la muerte, o han experimentado salidas del cuerpo, se repiten patrones sorprendentes: encuentros con entidades luminosas, visitas a paisajes no terrestres, percepción de información universal.

En este contexto, las entidades no necesariamente pertenecen a este universo, sino que podrían ser manifestaciones conscientes de otros planos o dimensiones conectadas. Y el cuerpo astral, o la conciencia desprendida, actuaría como un "módulo viajero", capaz de navegar por la red multiversal.

Esta posibilidad sugiere que la mente humana no está confinada a un solo universo, y que algunos individuos, en ciertas condiciones, pueden operar como exploradores activos de esta red cósmica.

 

Conciencias viajeras: el astral y el cruce entre dimensiones

Entre quienes han explorado el límite de la conciencia ordinaria, existen relatos coincidentes de experiencias conocidas como viajes astrales o proyecciones de conciencia. Se describe como un desprendimiento del cuerpo físico, donde la conciencia, en una forma sutil —a menudo llamada “cuerpo astral”—, es capaz de desplazarse, percibir realidades distintas, y acceder a planos que no pertenecen al espacio-tiempo ordinario.

En el contexto del Multiverso Inteligente Evolutivo, estas experiencias podrían tener una interpretación ampliada:

Lo que estas personas están experimentando no es fantasía ni mera alucinación, sino el contacto directo con otros niveles del entramado multiversal.

Durante el desprendimiento astral, ciertos individuos relatan haber visitado:

  • Lugares que no existen en este universo físico, pero que poseen coherencia estructural, belleza e incluso arquitectura compleja.
  • Entidades conscientes que no tienen forma humana, pero muestran inteligencia, voluntad, comunicación.
  • Espacios de información pura, donde lo visual, lo sonoro y lo simbólico se funden, como si estuvieran navegando una interfaz viviente del Registro Akáshico.

Desde esta visión, el cuerpo astral sería una interfaz entre la conciencia individual y la red multiversal, una especie de vehículo sutil capaz de desplazarse no sólo a través del espacio, sino entre planos y niveles de existencia.

Y no sería descabellado pensar que, durante estos viajes, la conciencia humana esté entrando en contacto con otras formas de inteligencia, tal vez entidades que habitan otras dimensiones, otros universos, o que existen en la intersección misma entre los mundos.

Algunos místicos los han llamado “guías”, otros los ven como “seres de luz” o incluso “civilizaciones de conciencia”. ¿Qué son en realidad?
Quizá sean:

  • Nodos antiguos de la red, fragmentos conscientes de universos anteriores que no desaparecieron, sino que perduran en capas sutiles.
  • Expresiones especializadas de la inteligencia cósmica, que no tienen cuerpo ni tiempo, pero que cumplen funciones dentro del programa evolutivo.
  • O tal vez otras almas viajeras como la nuestra, en tránsito, compartiendo caminos que se cruzan.

Lo importante es que estas experiencias, más allá de su diversidad, apuntan a una misma verdad:

La conciencia puede cruzar umbrales.
Puede salir de su marco local.
Puede dialogar con otras realidades, y con ellas, aprender, transformar y traer de vuelta información esencial.

Y así, el ser humano no es solo un testigo del multiverso, sino un explorador activo, un viajero del programa mayor, alguien que puede tocar el misterio y volver con señales para los demás.