Creo importante explicar los métodos principales usados por los pintores para plasmar sus obras, y alejar esa idea de que no tienen derecho alguno a utilizarlos para facilitar su trabajo, y aún peor, condenarlos como menos capaces por usarlos. Pero si hay que saber que aquel pintor que no domine previamente el dibujo, jamás podrá realizar una buena pintura, pues es el camino mediante el cual, el aprendiz, va aprendiendo y aprehendiendo (coger, asir o captar por medio de los sentidos) a percibir las formas, los volúmenes, la luz, los contrastes, la perspectiva lineal y aérea, la composición, las armonías de líneas, formas y volúmenes.
A lo largo del tiempo, todo artista y artesano, ha ido aplicando diferentes herramientas, que algunos descubrían o inventaban para facilitar el trabajo, con el fin de consumir menos tiempo y cometer el mínimo de errores, que dieran mayor eficacia a la resolución de la obra. De hecho esto ha sucedido con todos los oficios y a lo largo del tiempo.
En siglos anteriores, los maestros pintores montaban un taller con una serie de ayudantes, que podían ser alumnos suyos. Estos ayudantes se ocupaban de hacer aquellas tareas tediosas, aumentando la eficacia del maestro y permitiendo sacar obras con relativa rapidez. Así el propio Goya, en sus inicios, en el taller de José Luzán, se tiró algunos años aprendiendo a preparar los colores, pues antes no había fábricas que los preparasen. Mientras, iban aprendiendo a dibujar del natural para más tarde coger los pinceles.
El diseño y bocetos de la obra correspondían al maestro que era el creador de la misma, pero el traslado del dibujo al lienzo correspondía a los ayudantes, así como las primeras manchas sobre el mismo, todo bajo la supervisión del maestro que corregía y aconsejaba durante la ejecución, reservándose la ejecución de ciertas partes complejas y sutiles, especialmente en la etapa final.
Ahora, normalmente la ejecución de la obra corresponde en su totalidad al maestro y es natural que aproveche las herramientas que tiene a su alcance que le permitan ganar tiempo y disminuir posibles errores.
Independientemente de esto, cuando se descubrió que mediante lentes, se podía dar una nueva dimensión a la pintura por su mayor verismo, es natural que muchos lo adoptaran.
Si nos remontamos al Renacimiento, todos los grandes artistas de la época, tales como Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel Buonarotti, Rafael Sanzio, Tiziano Vecellio, Sandro Boticcelli, Il Correggio, El Greco…utilizaban la cuadrícula para trasladar el dibujo del boceto resuelto al lienzo, especialmente porque las dimensiones del soporte (lienzo, tabla) eran mayores que las del dibujo. También algunos utilizaban una rejilla de hilos como cuadrícula para observar a su través y resolver el dibujo en el lienzo que previamente estaba también cuadriculado.
Así mismo, quienes pintaban al “fresco”, debían hacer los dibujos exactamente al mismo tamaño que resolverían en el muro, para lo cual calcaban el dibujo sobre el muro, mediante un procedimiento muy particular que era perforando el papel mediante una aguja o punzón todos los trazos que contenía el dibujo, que era solo de líneas. Modernamente se hace provocando un fino surco sobre el revoque aún no duro del todo, con el mango de un pincel, lo que llaman calco-grabado. Una vez sujeto el dibujo, mediante un adhesivo, sobre el muro, se usaba una “muñequilla” llena de grafito en polvo y se comprimía sobre el contorno de agujeritos, para que penetrase el polvo y dejase así el dibujo calcado sobre la pared. Esta labor solían hacerla los ayudantes.
Caravaggio (1571/1610) utilizó la cámara clara, gracias a la cual consiguió el nivel de detalle conocido y que podemos admirar en sus obras. Esta cámara clara consistía en una lente que podía combinarse con un prisma o espejo cóncavo que proyecta la imagen sobre el lienzo que está en una habitación contigua o habitáculo más oscura que donde están los modelos, pues era necesario una iluminación de alta intensidad con lámparas y espejos para que la imagen proyectada tuviese la intensidad y nitidez necesarias.
Después Johannes Vermeer (1632/1675) utilizó un modelo de cámara clara consistente en un cajón, relativamente pequeño en volumen, que tenía una lente en un extremo y en el opuesto un cristal esmerilado en el que se proyectaba la imagen y que el pintor podía observar y copiar o calcar.
Más adelante Giovanni Antonio Canal (Canaletto) (1697/1768) utilizó la tecnología de la “cámara oscura” que fabricó sobre una barca y a través del agujero practicado en una de las paredes; tenía una lente por la que entraba la luz que se proyectaba en la pared opuesta, estando él dentro de la cámara , veía la imagen invertida sobre el lienzo sobre el cual trazaba el dibujo y luego pintaba, así podía dar una gran precisión que no habría visto a ojo desnudo y le facilitaba el trazado de la perspectiva de edificios y demás objetos. El mismo Velázquez también utilizó la cámara clara para algunas de sus obras, al menos.
Estos instrumentos fueron los precursores de la cámara fotográfica que en 1839 Louis Daguerre patentó llamándole daguerrotipo, considerado la primera cámara fotográfica de la historia.
Una vez creada la fotografía, multitud de pintores han utilizado esta ayuda a discreción, pero nunca se ha pretendido copiar la fotografía sino utilizarla de referencia e interpretar, cada pintor a su manera, dicha fotografía, a la hora de plasmar las imágenes en el lienzo.
Las antiguas fotos en blanco y negro y las primeras a color, no daban mucho detalle aunque la cámara fotográfica tuviese una buena óptica pues para ello tuvo que evolucionar la emulsión de los negativos y del papel.
Estos instrumentos fueron los precursores de la cámara fotográfica que en 1839 Louis Daguerre patentó llamándole daguerrotipo, considerado la primera cámara fotográfica de la historia.
Una vez creada la fotografía, multitud de pintores han utilizado esta ayuda a discreción, pero nunca se ha pretendido copiar la fotografía sino utilizarla de referencia e interpretar, cada pintor a su manera, dicha fotografía, a la hora de plasmar las imágenes en el lienzo.
Las antiguas fotos en blanco y negro y las primeras a color, no daban mucho detalle aunque la cámara fotográfica tuviese una buena óptica pues para ello tuvo que evolucionar la emulsión de los negativos y del papel.
Cuando aparecieron las diapositivas cambió el panorama, pues daba un alto nivel de detalle y al proyectar la imagen en pantalla se podía ampliar notablemente. Evidentemente la proyección de la diapositiva puede hacerse sobre el lienzo o sobre la pared para pintar un mural, y así podemos trazar el dibujo sobre el soporte directamente, pero no es tarea fácil, pues tienes que tener la habitación a oscuras y dado que no vemos los trazos, por la intensidad de la luz del proyector, debemos tapar alternativamente la luz para ver en el lienzo los trazos realizados con el carbón.
Mucho más complejo es pintar sobre la imagen proyectada pues no distinguimos en absoluto lo que pintamos y la imagen original, por ello en mis experimentos recurrí a fabricarme un cajón en forma de hexaedro, con las paredes internas pintadas de negro salvo la cara frontal de fondo, sobre la que proyectaba la imagen que la pinté de color blanco mate. Así podía ver la imagen perfectamente iluminada teniendo la habitación/estudio con buena luz para pintar, sirviéndome como si mirase a través de una ventana. Actualmente es más cómodo contar con el monitor de tu ordenador donde puedes observar la imagen que te sirva de referencia y mediante el software ampliar los detalles que consideres oportuno. Todo esto te permite pintar lo que quieras si dispones de la fotografía adecuada, sin tener que salir a la calle ni contratar a ningún modelo, especialmente si no lo puedes pagar. El nivel de detalle a conseguir depende del grado de resolución de la fotografía y de la habilidad y capacidad del pintor. También se pueden calcar dibujos con pequeños tableros luminosos a LED’s.
La pintura genuina, en mi opinión, es aquella en la cual el pintor interpreta lo que ve, da igual que lo vea del natural o de una foto sobre papel, proyectada o en una pantalla, resolviendo mediante pinceladas visibles, es decir, que se vea la huella del pincel o espátula, y que al distanciarse del cuadro, el ojo funde para darnos una sensación real, cercana al efecto fotográfico sin serlo, y no esa pintura lamida donde no se aprecia la pincelada pues todo está muy difuminado. Es cierto que si el pintor no ha entrenado su capacidad de percepción observando del natural, cuando utiliza la fotografía, no podrá sacarle el jugo necesario porque su cerebro no tiene los registros previos pertinentes y no percibirá toda la información que la fotografía le da y si parte de fotografías tomadas de Internet, el problema es que son de muy baja resolución y por tanto no se pueden ampliar para poder captar la información necesaria. Por ello es preferible que la foto sea resuelta por el propio pintor o bien por un fotógrafo profesional.
La forma o manera, de cada pintor, de dar las pinceladas en el lienzo, interpretando la imagen que ve, es como la caligrafía, donde escribiendo los mismos textos varios escribanos, todo el mundo puede distinguir uno de los otros, que serán las señas de identidad de cada artista, es como su huella dactilar, su sello personal, cosa que no sucede con los que se empeñan en emular a la fotografía y encima copiándola, pues no hay huella del pincel. Pero como siempre digo, cada cual que haga lo que quiera y como quiera, es su libertad, su derecho. Al final lo que cuenta es el resultado de la obra y cada cual que utilice los métodos que mejor le vengan, siempre y cuando no nos metan gato por liebre, es decir, fotografía por pintura.
Por esto no hay que olvidar que el resultado de una pintura debe contener varios factores que el artista debe estudiar antes de su ejecución y donde el dibujo es solo el inicio de la obra. Por ello debe considerar:
-El Dibujo que contiene líneas, formas, proporciones, perspectiva lineal, armonías de líneas y formas.
-El Color donde hay que dominar mezclas, armonías cromáticas, matices, luz, contrastes, perspectiva aérea.
-La Composición teniendo en cuenta el espacio, la división del espacio, sus líneas y formas geométricas, decidir los colores a usar, la sección áurea, equilibrio de pesos, contraste de tonos, claves tonales.
-Los Ritmos tanto lineales, de formas, como los cromáticos
-El Destaque o centro de interés.
-El Recorrido visual
Finalmente en cuanto a la ejecución, propiamente dicha de la obra, tenemos muy variadas técnicas a utilizar dependiendo del tipo de pintura.
En el caso del óleo tenemos las siguientes técnicas:
Alla Prima, Degradado, Collage, Restregado, Pincel seco, Graso sobre magro, Pintar con pinceles de pelo o de goma/caucho, los dedos, con espátula, Empaste, Impresión, Técnicas mixtas, Monotipos, Pintura a la esencia, Puntillismo, Rascado, Esfumado, Esgrafiado, Tonking, Húmedo sobre húmedo, Húmedo sobre seco y algunas otros que los artistas se inventan.
Lo más importante del artista es tener ideas originales en cuanto al tema y la manera de representarlo, esa es su creación, pero tener muy buenas ideas sin saber representarlas con calidad suficiente no sirve de mucho, por lo que no le queda más remedio que aprender algunas de las técnicas existentes, al menos, y ejecutarlas lo mejor posible con la ayuda de las herramientas que considere oportunas.
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