Después de las preguntas que os he hecho a través de facebook os diré como veo el panorama y lo que considero que podría ayudarnos. Pero vosotros podéis aportar vuestras ideas pues todos vamos en el mismo barco.
Si nosotros no cambiamos no cambiará nada por si solo, si cambiamos solo unos pocos tampoco cambiará nada, si cambiamos la mayoría las cosas cambiarán poco a poco, pero si cambiamos todos al unísono todo cambiará más rápido.
En mi opinión, no exponer, por si solo, no resuelve el problema, pero contribuye a corto/largo plazo, a cambiar el sistema actual de exposición/ventas, aparte de ahorrar dinero gastado inútilmente, a algunos les servirá para que aprendan como llevar su negocio de forma que contribuya a la proyección del artista, ese debería ser su trabajo y no simplemente alquilarte la sala para colgar los cuadros.
El problema no es solo de las artes plásticas sino que se ha extendido casi a todas las artes. En literatura, las editoriales, eres tú quien las contrata a ellas para que publiquen tu libro, no te contratan ellas a ti, por lo cual en vez de pagarte ellas, les pagas tú por el trabajo y luego te cobran una comisión por las ventas o bien tú te ocupas de las ventas y te llevas todos los libros a casa.
En música tienes que pagar un local de ensayo después de gastarte la pasta en los instrumentos, micrófonos, amplificadores, etc. y luego le pagas a la sala de conciertos por actuar y el costo lo puedes rebajar por un porcentaje de la consumición del público, te piden un mínimo de asistentes, etc. lo mismo en bares con microescenario.
En algunos restaurantes, sucede lo mismo con cantantes incluso de ópera.
Es decir, la gente de los negocios, en vez de gastarse dinero en publicidad para llevar el público a su local, permiten actuar a artistas que lo pagan todo y encima les llevan público a su local, con lo cual ganan prestigio y dinero a costa nuestra de manera total,
Conozco bien estos temas porque en todos ellos me he metido, bien yo directamente o bien mis hijos en la música.
La parte importante es que si la gente no sabe valorar nuestro trabajo nunca comprará y el arte seguirá siendo solo para la élite y si eso es así, los artistas que no sean los elegidos no venderán jamás y no podrán vivir de su arte, por tanto.
El punto clave, es crear la necesidad en el público de tener un cuadro en su casa y eso es trabajo nuestro ya que quienes lo tendrían que hacer no lo hacen. En mi opinión, crear la necesidad de poseer un cuadro, es como la necesidad de tener un coche, teléfono móvil, un televisor o un reloj, pues si bien tienen su utilidad, también tienen una parte lúdica y de prestigio.
Tenemos que democratizar el arte.
Este objetivo tiene dos vertientes sobre el público: los mayores y los pequeños.
En cuanto a los mayores debemos ser nosotros quienes a la hora de poner la foto de un cuadro nuestro, en las redes, expliquemos lo que hemos hecho, como y por qué, su significado, una descripción poética… y esto con las mínimas palabras, porque el personal no está muy acostumbrado a leer y enseguida se cansa, entonces no lo lee y no se entera de nada. Es necesario seducirlos y para ello debemos enseñarles lo que deben ver y lo que deben sentir, como hace la publicidad con las colonias, los coches…
Hay que tener en cuenta que para la mayoría de quienes ven pintura en las redes es un sustituto de las revistas del corazón, donde se ven retratos de famosos del cine, de la farándula y del deporte principalmente. Así se ahorran comprar las revistas. No saben de que va y no tienen intención siquiera de comprar ,solo de ver fotos como cuando ven esto y fotos de paisajes o casas en las peluquerías, por eso les gustan más los cuadros hiperrealistas que se acercan a las fotos y prefieren los retratos pues es el hábito contraído, es un reflejo condicionado.
Evidentemente también hay personas que son amantes del arte y que tienen como costumbre visitar museos principalmente, aparte de galerías de arte, y aunque no sean expertas en arte, en su mayoría, están acostumbradas y saben apreciarlo, han visto bastante y utilizan como complemento las redes digitales para disfrutar de la contemplación del tipo de pintura y escultura que les gusta. Estas deben ser nuestro primer objetivo.
Y no nos engañemos, quienes más visitan las redes de arte somos nosotros los artistas, no tanto los museos y galerías de arte, los que tenemos años de experiencia y los que no. Y aunque muy pocos comentan un cuadro, puesto que ni siquiera los pintores sabemos explicar lo que vemos, nos falta entrenamiento, salvo las típicas exclamaciones ¡Fantástico! ¡Maravilloso! etc. Ninguno tenemos idea de comprar sino de vender. Por tanto, fundamentalmente enseñamos nuestro trabajo a nuestros colegas, luego… vender vender no venderemos nada. Todos estos grupos de Facebook que agrupan a pintores especialmente y algún escultor, es realmente un “petit comité” entre artistas que por tanto no trasciende al público en general. Nosotros nos lo guisamos y nosotros nos lo comemos. Algún grupo crea competición por estar en la portada o cosas parecidas y yo no entiendo dicha competición, basada en los ME GUSTA de la gente que depende del número de seguidores que tengas, amigos y familiares, así gana el que tiene más seguidores y no el mejor cuadro, en fin, todo un “tótum revolútum” que para nada sirve, pero nos gusta estar, creemos que nos sirve para algo, pero es una ilusión, tal como lo hacemos no sirve para nada. Al final todo es vanidad.
Relativo a los pequeños, habría que buscar la forma de que, en la enseñanza, dieran más horas semanales sobre arte, con el enfoque de aprender a apreciarlo, a amarlo, no de saber nombres de cuadros y de artistas plásticos y fechas y lugares que luego preguntan en examen y que hacen coger odio a la asignatura. En la enseñanza siguen con el roll de que hay que aprender todo de memoria, salvo honrosas excepciones, que las hay.
Una forma plausible es que fueran los padres quienes exigieran a la administración que haga este cambio, podría ser a través de las AMPAs.
La otra vertiente es servir nosotros de guía en nuestras exposiciones, para que asistan chavales de colegios e institutos y contarles sobre la marcha las características más sobresalientes de los cuadros que la componen, como yo he hecho en unas pocas ocasiones o ver de dar una charla en colegios e institutos como también he realizado.
Los padres podrían regalar a sus hijos y los abuelos a sus nietos, libros de arte, donde disfruten viendo obras y las explicaciones de las mismas, aunque la mayoría de estos libros están escritos por historiadores y entonces te cuentan la historia del cuadro y del artista y te dicen poco o nada de los valores pictóricos de la obra, pero es lo que hay.
La mayoría de la gente es aún muy primitiva en las artes, porque en arte ni piensan, expongas o no ellos no van a ir, pero los que si suelen ir, una minoría muy minoritaria, si lo notarán si no hay exposiciones y entonces preguntarán a las salas de exposiciones, públicas y privadas y...a lo mejor, digo que a lo mejor, esto puede llegar a la prensa, la televisión y entonces se hablará del tema, haremos ruido y por ahí podremos meter la cuña.
Quienes dirigen los concursos querrán saber que sucede, por qué nos negamos a participar y entonces podríamos negociar y provocar un cambio en el sistema. Esto es como la agricultura, el intermediario pone el precio y luego él y los comerciantes (supermercados, hipermercados y tiendas) son los que realmente ganan dinero. Esta manera es extensiva a todo lo que sea mercado. Aquí los artistas somos el equivalente al agricultor, nos bajan los precios, pero en caso de venta nos suben su porcentaje, pero es que ahora ni siquiera venden. No digo que no pintemos, ni que tiremos los cuadros como los agricultores tiran la fruta, solo que no los expongamos.
Creo que los galeristas, salvo excepciones, deberían hacer un curso de técnicas de venta en la actualidad, pues se han quedado anticuados, simplemente ponen la tienda y esperan a que la gente vaya a comprar sin hacer nada por llevar a la gente a su tienda. También tendrían que hacer un curso sobre arte, pues algunos andan muy pegados o ignorantes totales.
La galería de verdad, cuando una exposición es individual, se ocupa de promocionar al artista y su obra mediante publicidad y catálogos, llama a sus clientes para que vean la obra y les explica las características y valores del artista, y procura venderles. Además, se ofrece a explicarles, a la gente que entre de forma espontánea, entonces se cumple el deseo del artista de darse a conocer, vende (poco o mucho) y puede albergar esperanzas de verse promocionado para llegar a más gente. Cuando no se hace nada de esto, salvo colgar los cuadros y esperar a que la gente entre espontáneamente, el artista se siente explotado y engañado y no le sirve para nada exponer salvo para gastar su dinero inútilmente. Cuando las exposiciones son colectivas, aunque entrara mucha gente a la sala, que no es el caso, tu obra se diluye entre otras 50 y tampoco te sirve de nada y como no se vende nada, ni siquiera amortizas el gasto. Las colectivas, cuando las galerías funcionaban de verdad, se hacían al fin de temporada, para vender la obra en depósito y se vendía.
Algunos galeristas han experimentado, sacando a los pintores con su cuadro colgado del cuello a pasear alrededor del Museo del Prado, llevando músicos a la inauguración aparte del vernisagge, llevar unos pintores a pintar mientras se ve la exposición, dar charlas sobre pintura, declamar en poesía y teatro…pero no parece que eso arranque a la gente de su casa para visitar las galerías de arte. Tal vez si se toma como costumbre igual cala en el personal y acude. Habrá que repetir hasta que funcione.
Vosotros diréis.
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