Seguimos con otras palabras y sus nuevos significados desde que la Iglesia los modificó, cambiando totalmente el sentido de las mismas. Daos cuenta como las palabras cambian la forma de ver el mundo
1. Espíritu
- Origen:
del latín spiritus, “aliento”, “soplo”, “respiración”, del verbo spirare
(“respirar”).
- En
griego: pneuma (πνεῦμα), mismo significado.
- Sentido
original: el aliento vital, la energía que da vida.
- Reinterpretación:
entidad inmaterial, divina o angelical, contrapuesta al cuerpo. Así surge
el “Espíritu Santo”.
2. Alma
- Origen:
del latín anima, “aire”, “viento”, “principio vital”.
- Sentido
original: la fuerza que anima a un ser vivo.
- Reinterpretación:
sustancia inmortal e individual creada por Dios.
- El
alma se separa del cuerpo, lo cual es una idea ajena al pensamiento hebreo
original (donde nefesh significaba “ser vivo”, no “espíritu
inmortal”).
3. Gloria
- Origen:
del latín gloria, “fama”, “reputación”, “honor”.
- Sentido
original: reconocimiento público o prestigio.
- Reinterpretación:
esplendor divino o estado celestial de perfección.
4. Gracia
- Origen:
del latín gratia, “favor”, “benevolencia”, “agrado”.
- Sentido
original: encanto, don gratuito o cortesía.
- Reinterpretación:
favor divino que salva al alma. Se vuelve un concepto teológico central
(la “gracia de Dios”).
5. Justicia
- Origen:
del latín iustitia, de ius, “derecho”, “ley”.
- Sentido
original: conformidad con la ley o con la equidad.
- Reinterpretación:
atributo divino o estado moral de santidad (“ser justos ante Dios”).
6. Bautismo
- Origen:
del griego baptizein (βαπτίζειν), “sumergir”, “mojar”.
- Sentido
original: inmersión física en agua.
- Reinterpretación:
rito espiritual de purificación y admisión a la comunidad cristiana.
7. Revelación
- Origen:
del latín revelare, “quitar el velo”, “descubrir”.
- Sentido
original: mostrar algo oculto.
- Reinterpretación:
manifestación directa de la verdad divina.
- El
término Apocalipsis (de apokálypsis, “revelación”) también
cambió de sentido: pasó de significar “revelación” a “fin del mundo”.
8. Salvación
- Origen:
del latín salvatio, de salvare, “preservar”, “mantener
sano”.
- Sentido
original: salud, bienestar físico o liberación de peligro.
- Reinterpretación:
liberación espiritual del pecado y la condena eterna.
9. Redención
- Origen:
del latín redemptio, “rescatar”, “comprar de nuevo”.
- Sentido
original: liberar pagando un precio (por ejemplo, un esclavo).
- Reinterpretación:
sacrificio de Cristo como pago por los pecados de la humanidad.
10. Profeta
- Origen:
del griego prophḗtēs (προφήτης), “el que habla en nombre de otro”,
de pro- (“delante”) y phēmi (“hablar”).
- Sentido
original: portavoz o intérprete.
- Reinterpretación:
persona inspirada por Dios que anuncia verdades reveladas o eventos
futuros.
11. Paraíso
- Origen:
del persa antiguo pairidaeza, “jardín amurallado”.
- Pasó
al griego como parádeisos (παράδεισος).
- Sentido
original: jardín cerrado, espacio de descanso y abundancia.
- Reinterpretación:
morada celestial de los justos.
12. Eternidad
- Origen:
del latín aeternitas, de aevum, “tiempo, época, duración”.
- Sentido
original: larga duración o edad indefinida.
- Reinterpretación:
existencia sin comienzo ni fin; atributo exclusivo de Dios o del alma
salvada.
13. Sagrado / Santo
- Sagrado:
del latín sacer, “separado”, “consagrado a los dioses”.
- Santo:
del latín sanctus, participio de sancire, “declarar
inviolable”.
- Sentido
original: algo apartado del uso común o protegido por tabú.
- Reinterpretación:
pureza moral, divinidad o perfección espiritual.
14. Sacramento
- Origen:
del latín sacramentum, “juramento”, “compromiso”.
- En
el ejército romano era el juramento de lealtad al emperador.
- Reinterpretación:
rito sagrado que confiere la gracia divina (bautismo, comunión, etc.).
15. Reino
- Origen:
del latín regnum, “gobierno, soberanía”.
- Sentido
original: dominio político o territorial.
- Reinterpretación:
“Reino de Dios”: realidad espiritual, orden moral divino.
Conclusión general:
A través de los siglos, la Iglesia fue sacralizando palabras comunes —de la
vida política, jurídica, médica o filosófica— para construir su propio lenguaje
teológico.
Esa “reprogramación del lenguaje” es muy reveladora: al cambiar el significado
de las palabras, cambió también la forma en que las personas comprendían la
realidad, la culpa, la autoridad y lo divino.
Así vemos, acorde con mi teoría del UNIVERSO PROGRAMADO,
como un grupo de hombres reprograma el lenguaje y esto se transmite al programa
universal, de forma que a partir de aquí, la zona de humanos, donde ejercen su
influencia, ya no entenderán las cosas como antes, sino que se interpretarán de
acuerdo con el nuevo lenguaje. Este es el gran poder de las palabras sobre la
mente humana.