sábado, 26 de septiembre de 2020

LAS ONDAS GRAVITACIONALES

 


Las ondas gravitacionales son vibraciones en el espacio-tiempo, el material del que está hecho el universo. En 1916, Albert Einstein reconoció que, según su Teoría General de la Relatividad, los cuerpos más violentos del cosmos liberan parte de su masa en forma de energía a través de estas ondas. El físico alemán pensó que no sería posible detectarlas debido a que se originan demasiado lejos y serían imperceptibles al llegar a la Tierra. En 2016 un grupo de investigadores hizo pública la detección por primera vez de estas ondas.

 Las ondas gravitacionales se asemejan a las ondas que se mueven en la superficie de un estanque cuando tiramos una piedra  o como se transmite el sonido en el aire. Las ondas gravitacionales deforman el tiempo y el espacio y, en teoría, viajan a la velocidad de la luz. Al pasar estas ondas por el espacio sideral  pueden modificar la distancia entre planetas, aunque de forma muy leve. Evidentemente  estos efectos son más  intensos en las proximidades de la fuente, donde deforman el espacio y aceleran y desaceleran el tiempo.

Las ondas gravitacionales curvan el tiempo y el espacio y viajan a la velocidad de la luz.



Las frecuencias de algunas ondas gravitacionales coinciden con las del sonido, por lo cual son escuchadas en forma de leves pitidos.

Las explosiones estelares en supernovas, las parejas de estrellas de neutrones y otros eventos producen ondas gravitacionales que tienen más energía que billones y billones de bombas atómicas. La fusión de dos agujeros negros supermasivos es la fuente más potente de estas ondas que puede haber, pero estos fenómenos no son muy frecuentes y además suceden a millones de años luz del Sistema Solar. Para cuando las ondas llegan a nuestro vecindario son tan débiles que detectarlas supone uno de los mayores retos tecnológicos a los que se ha enfrentado la humanidad.

Estas ondas gravitacionales abren una nueva era en el conocimiento del universo. Hasta ahora toda la información que tenemos del cosmos (solo conocemos el 5%) es por la luz en sus diferentes longitudes de onda: visible, infrarroja, ondas de radio, rayos X… Las ondas gravitacionales nos dan un sentido más y permiten saber qué está pasando allí donde hasta ahora no veíamos nada, por ejemplo, en un agujero negro.




La intensidad y la frecuencia de las ondas permitirá reconstruir qué sucedió en el punto de origen, si las causó una estrella o un agujero negro, qué propiedades tienen esos cuerpos y entender mejor esas tempestades en el espacio-tiempo. También permiten saber si la Teoría General de la Relatividad se mantiene vigente en los rangos de presión y gravedad más intensos que pueden concebirse. 

En  el Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO), en EE.UU. , se captó las ondas producidas por la fusión de dos agujeros negros. Fue la primera vez que se captaron ondas gravitacionales y esto sucedió justo un siglo después de que Einstein predijera su existencia. Hasta ahora solo había pruebas indirectas de estas ondas

LIGO Es un gran instrumento óptico de precisión desarrollado por los institutos tecnológicos de California (Caltech) y Massachusetts, (MIT) y la Colaboración Científica LIGO, en la que participan unos 1.000 investigadores de 15 países, incluida España. La instalación consta de dos detectores láser con forma de L. Cada brazo de esa L tiene cuatro kilómetros y hay dos detectores idénticos, uno en Luisiana y otro a 3.000 kilómetros en el estado de Washington.

LIGO puede identificar variaciones equivalentes a una diezmilésima parte del diámetro de un átomo, la medición más precisa jamás lograda por un instrumento científico.


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