LA SINFONÍA DE LA
SUPRAORQUESTA DEL UNIVERSO
En la vida que nosotros podemos percibir, comprender y
experimentar, las vibraciones sonoras se producen de las siguientes formas:
Percusión: El instrumento es golpeado con una herramienta de
cuayas resultas el instrumento vibra y produce un sonido de una frecuencia
determinada. Sea un tambor, timbal, xilófono, etc. las cuerdas del piano.
Pulsación: Las cuerdas del instrumento se pulsan y al
soltarlas vibran. Tales como guitarra, arpa, mandolina, bandurria, etc.
Aire: Una lengüeta vibra al pasar el aire al soplar el
músico en instrumentos como trompeta, corneta, saxofón, etc. El aire también
hace vibrar las copas de los árboles o los hilos y cables del tendido eléctrico,
así como el ruido al cerrase puerta y ventanas por su fuerza.
Rozamiento: Las cuerdas del instrumenta se las hace sonar
mediante una cuerda tensa en un arco como el violín, violonchelo…que roza sobre
las cuerdas del instrumento.
Eléctrico: Los truenos, chispazos entre los cables de la red
eléctrica, ruidos de motores eléctricos y otros dispositivos.
Electrónico: Mediante electrónica se crean circuitos que
oscilan a diferentes frecuencias y formas de onda que al final se escuchan por
altavoces tal como en órgano o sintetizadores, guitarras eléctricas, mecanismos
de ultrasonidos anti-insectos, etc.
Dadas las limitaciones de nuestros sentidos, hay canales o
gamas de frecuencias que nosotros no podemos percibir pero sin embargo esas
vibraciones se producen y así sucede que nuestro propio cuerpo, nuestros
órganos, nuestro cerebro, producen una gran variedad de vibraciones a
diferentes frecuencias de las que no somos conscientes, salvo algunas personas
que si son capaces de percibir algunas de ellas. Personalmente escucho de una
forma constante, aunque mejor las escucho en silencio ambiental, una serie de
frecuencias altas en la gama de los ultrasonidos que sin duda son producidas
por mi cerebro.
Un programa informático digital y la información necesaria
para hacer funcionar determinados dispositivos como un ordenador, al final se
graba en un disco duro o un circuito integrado en sistema binario. Todo se
reduce a unos y ceros organizados de una determinada manera que no son
detectables salvo con detectores o lectores especiales y con un software o
programa informático.
De igual manera, el Universo, sus programas e información,
se graban en el tipo de cuerdas y frecuencias a que vibran las diversas
partículas elementales pero que hasta la fecha no hemos sido capaces de
construir el aparato que nos permita detectarlas.
Las partículas que aparecen en la Tabla de partículas
elementales son las «letras» de todo tipo de materia y parece que no
tienen otras subestructuras internas. Sin embargo, la teoría de cuerdas afirma
una cosa bien diferente. Según esta teoría, si pudiéramos examinar estas
partículas con un microscopio electrónico, a un nivel de aumentos mucho mayor
del posible hoy—una precisión que estuviera en muchos grados de magnitud más
allá de nuestra capacidad tecnológica actual— descubriríamos que ninguna es
como un punto, sino que cada una de ellas está formada por un diminuto bucle
unidimensional. Cada partícula contiene un filamento que vibra, oscila y
baila como un elástico de goma infinitamente delgado que los físicos han
denominado cuerda.
Es cierto que en la física moderna, la teoría cuántica y la
mecánica cuántica en particular, nos enseñan que todo en el universo está
compuesto por partículas subatómicas que vibran constantemente. Por lo tanto,
es posible decir que todo en el universo está en constante movimiento
vibratorio, lo que podríamos expresar como un infinito número de instrumentos
formando una supraorquesta que suena de manera armónica desde toda la eternidad
En términos de la filosofía budista y la tradición de los
lamas del Tíbet, la idea de que todo en el universo es vibración también se
refiere a la noción de que todo está interconectado y que todos somos uno.
Según esta perspectiva, la vibración de una cosa afecta a las vibraciones de
todo lo demás, y por lo tanto, todo en el universo está en constante resonancia
y armonía, por lo cual, cuando algo “suena mal” su efecto repercute en todo el
Universo aunque sea a muy pequeña escala, pero en lo cercano su influencia es
mayor.
En resumen, la idea de que todo en el universo es vibración
puede ser vista como una interpretación científica y también una perspectiva
filosófica y espiritual que nos invita a reflexionar sobre la interconexión de
todas las cosas en el Universo.
Por lo tanto, según la “teoría de cuerdas”, la vibración de
las cuerdas es el factor principal que determina las propiedades de las
partículas. Sin embargo, también hay otros factores que pueden influir, como el
espacio-tiempo en el que se encuentran las cuerdas, las interacciones con
partículas y las condiciones en el universo temprano.
En síntesis el Universo es una ultraorquesta que interpreta sin parar infinidad de sinfonías de las que no somos conscientes pero suenan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario