viernes, 9 de agosto de 2024

LA SINFONÍA DE LA SUPRAORQUESTA DEL UNIVERSO

 


LA SINFONÍA DE LA SUPRAORQUESTA DEL UNIVERSO

En la vida que nosotros podemos percibir, comprender y experimentar, las vibraciones sonoras se producen de las siguientes formas:

Percusión: El instrumento es golpeado con una herramienta de cuayas resultas el instrumento vibra y produce un sonido de una frecuencia determinada. Sea un tambor, timbal, xilófono, etc. las cuerdas del piano.

Pulsación: Las cuerdas del instrumento se pulsan y al soltarlas vibran. Tales como guitarra, arpa, mandolina, bandurria,  etc.

Aire: Una lengüeta vibra al pasar el aire al soplar el músico en instrumentos como trompeta, corneta, saxofón, etc. El aire también hace vibrar las copas de los árboles o los hilos y cables del tendido eléctrico, así como el ruido al cerrase puerta y ventanas por su fuerza.

Rozamiento: Las cuerdas del instrumenta se las hace sonar mediante una cuerda tensa en un arco como el violín, violonchelo…que roza sobre las cuerdas del instrumento.

Eléctrico: Los truenos, chispazos entre los cables de la red eléctrica, ruidos de motores eléctricos y otros dispositivos.

Electrónico: Mediante electrónica se crean circuitos que oscilan a diferentes frecuencias y formas de onda que al final se escuchan por altavoces tal como en órgano o sintetizadores, guitarras eléctricas, mecanismos de ultrasonidos anti-insectos, etc.

Dadas las limitaciones de nuestros sentidos, hay canales o gamas de frecuencias que nosotros no podemos percibir pero sin embargo esas vibraciones se producen y así sucede que nuestro propio cuerpo, nuestros órganos, nuestro cerebro, producen una gran variedad de vibraciones a diferentes frecuencias de las que no somos conscientes, salvo algunas personas que si son capaces de percibir algunas de ellas. Personalmente escucho de una forma constante, aunque mejor las escucho en silencio ambiental, una serie de frecuencias altas en la gama de los ultrasonidos que sin duda son producidas por mi cerebro.                              

Un programa informático digital y la información necesaria para hacer funcionar determinados dispositivos como un ordenador, al final se graba en un disco duro o un circuito integrado en sistema binario. Todo se reduce a unos y ceros organizados de una determinada manera que no son detectables salvo con detectores o lectores especiales y con un software o programa informático.

De igual manera, el Universo, sus programas e información, se graban en el tipo de cuerdas y frecuencias a que vibran las diversas partículas elementales pero que hasta la fecha no hemos sido capaces de construir el aparato que nos permita detectarlas.

Las partículas que aparecen en la Tabla de partículas elementales son las «letras» de todo tipo de materia y parece que  no tienen otras subestructuras internas. Sin embargo, la teoría de cuerdas afirma una cosa bien diferente. Según esta teoría, si pudiéramos examinar estas partículas con un microscopio electrónico, a un nivel de aumentos mucho mayor del posible hoy—una precisión que estuviera en muchos grados de magnitud más allá de nuestra capacidad tecnológica actual— descubriríamos que ninguna es como un punto, sino que cada una de ellas está formada por un diminuto bucle unidimensional. Cada partícula contiene un filamento que vibra, oscila y baila como un elástico de goma infinitamente delgado que los físicos han denominado cuerda.

Es cierto que en la física moderna, la teoría cuántica y la mecánica cuántica en particular, nos enseñan que todo en el universo está compuesto por partículas subatómicas que vibran constantemente. Por lo tanto, es posible decir que todo en el universo está en constante movimiento vibratorio, lo que podríamos expresar como un infinito número de instrumentos formando una supraorquesta que suena de manera armónica desde toda la eternidad

En términos de la filosofía budista y la tradición de los lamas del Tíbet, la idea de que todo en el universo es vibración también se refiere a la noción de que todo está interconectado y que todos somos uno. Según esta perspectiva, la vibración de una cosa afecta a las vibraciones de todo lo demás, y por lo tanto, todo en el universo está en constante resonancia y armonía, por lo cual, cuando algo “suena mal” su efecto repercute en todo el Universo aunque sea a muy pequeña escala, pero en lo cercano su influencia es mayor.

En resumen, la idea de que todo en el universo es vibración puede ser vista como una interpretación científica y también una perspectiva filosófica y espiritual que nos invita a reflexionar sobre la interconexión de todas las cosas en el Universo.

Por lo tanto, según la “teoría de cuerdas”, la vibración de las cuerdas es el factor principal que determina las propiedades de las partículas. Sin embargo, también hay otros factores que pueden influir, como el espacio-tiempo en el que se encuentran las cuerdas, las interacciones con partículas y las condiciones en el universo temprano.

En síntesis el Universo es una ultraorquesta que interpreta sin parar infinidad de sinfonías de las que no somos conscientes pero suenan.                       

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