Como ya sabéis, aunque escriba con vehemencia y dejando clara mi postura con total seguridad, soy consciente de que no estoy en posesión de la verdad absoluta y lo que escribo es solo mi manera de ver el mundo.
La mayoría de nosotros, en algún momento de nuestra existencia, nos hacemos la pregunta ¿para qué vivimos? ¿qué sentido tiene la vida?. De donde venimos considero que importa menos, aunque daría para otro escrito.
En mi opinión, este es un viaje que hacemos a lo largo del tiempo y que debemos entenderlo como tal. Quiero decir, debemos actuar de manera semejante a cuando hacemos un viaje de placer y vamos a visitar lugares desconocidos para nosotros, bien sea dentro de nuestro país o fuera de él.
Lo más adecuado, cuando viajamos a un lugar desconocido, ciudad, país, zona, es que previamente nos informemos de ese lugar, donde está situado en el mapa y nos enteremos de sus principales características, al menos de aquellas que más despierten nuestro interés, tales como tipo de población, actividades más importantes, su origen, aspectos en los que sobresale, su industria, su arte, su historia, lugares dignos de contemplar…Así, cuando salgamos de allí y volvamos a nuestra casa, tendremos un conocimiento más o menos amplio del sitio visitado y en el que hemos vivido unas horas, días o semanas, que nos permitirá poder transmitir nuestras experiencias a nuestra familia y amigos, aparte de disfrutar de nuestra estancia.
Que absurdo sería llegar a una nueva ciudad y dedicarnos solo a estar en bares, bailar en la discoteca, irnos al cine a ver películas o quedarnos en el hotel a ver la televisión.
De igual manera que dedicamos tiempo para ver y conocer lugares, pues con ese conocimiento disfrutamos de ello y aprendemos a movernos por el lugar, deberíamos dedicar también un tiempo a visitar nuestro interior para conocernos y aprender a manejarnos a nosotros mismos. Aprendiendo sobre nosotros sabremos mejor como desenvolvernos y así disfrutaremos más de lo que nos rodea.
Cuando visitamos una ciudad, hay dos maneras de realizar la visita: 1. Nos informamos previamente de lo que la ciudad contiene y provistos de un mapa o plano, nosotros decidimos nuestra ruta y los lugares que vamos a visitar o 2. Requerimos los servicios de un guía y es el quien decide la ruta y los lugares a visitar.
Respecto a la información concerniente a eso lugares, podemos informarnos previamente para tener un conocimiento del lugar o bien nos conformamos con lo que nos cuente el guía contratado, en cuyo caso lo que aprendemos será solo a través de él, sea verdadero o falso lo que nos cuente.
En mi opinión todo esto podemos trasladarlo a nuestro viaje personal de nuestra propia vida.
A nosotros son nuestros padres los que nos traen a la vida, respecto al viaje que supone nuestra vida resulta que ya han transcurrido varios años de nuestro viaje, donde ellos han sido nuestros guías, cuando nuestra consciencia nos permite saber donde estamos. Luego nos meten en el colegio y son otras personas, los profesores, los que nos guían en nuevas direcciones, y nos inculcan conocimientos e ideas que no habíamos recibido en casa. Todo esto condicionará nuestro viaje y especialmente nos condiciona en la interpretación de nuestras percepciones del mundo que nos rodea. Por tanto, la manera en que interpretaremos todas las vivencias que tengamos están condicionadas por los guías que tengamos o hayamos tenido, a menos que nosotros busquemos por nuestra cuenta otras informaciones de otras fuentes, las analicemos las comparemos y lleguemos a conclusiones propias, consiguiendo así elaborar nuestro propio criterio para interpretar nuestras experiencias.
Esto nos lleva a la conclusión de que, aunque tengamos libertad de expresión, no seremos realmente libres si no tenemos libertad de pensamiento y esta no la podremos adquirir si no desarrollamos nuestro propio criterio y no nos limitemos a asumir lo que unos y otros nos han ido inculcando a lo largo de nuestra vida.
Otra cosa sería si en la escuela nos enseñaran a pensar por nosotros mismos, si nos ayudaran a desarrollar nuestro propio criterio, nuestra manera personal de ver el mundo, de interpretarlo, de percibirlo, de disfrutarlo. Pero la realidad es que nos adoctrinan de manera que veamos el mundo tal como las élites, los poderosos, los que controlan el mundo, quieren que lo veamos, evidentemente para ellos beneficiarse sin que les creemos conflictos, para que seamos sus esclavos sin ser conscientes de ello.
Debemos hacernos a nosotros mismos, escudriñar en nuestro interior y averiguar que es realmente lo que nos hace sentirnos felices y actuar en consecuencia. Entonces veríamos que aunque tengamos que trabajar para poder vivir, tal vez nos gustaría tener un trabajo diferente para disfrutar con lo que hacemos o que, aparte de él, podríamos tener otras actividades que llenasen de placer nuestra existencia y descubrir así nuestras capacidades desarrollándolas hasta donde podamos. Entonces nos daríamos cuenta que lo importante no es tener mucho dinero, sino lo necesario para vivir dignamente; lo importante no es tener una casa fantástica supergrande y lujosa sino suficientemente digna; que tampoco es importante tener el mejor coche del mundo sino el adecuado a nuestras necesidades y que podamos pagar, etc. y tampoco necesitamos llenar nuestra casa de cacharritos que la publicidad machacona nos mete por los sentidos todos los días. Sobre todo es muy importante que no hipotequemos nuestra vida.
Os lo diré más claro, nos adoctrinan mediante una particular visión del mundo, utilizando religiones e ideologías, así como todos los medios a su alcance, para que seamos obedientes y actuemos como a ellos les conviene, especialmente que trabajemos sin rechistar y luego que compremos todo lo que ellos nos venden, para así ser cada día más ricos y poderosos a costa nuestra, y nos educan exclusivamente para eso. En eso consiste el sistema capitalista en el cual estamos inmersos, trabajar para comprar.
Por tanto, cuanto antes seamos conscientes de donde estamos y de como es el lugar o lugares por los que viajamos y cuales son los caminos o calles más adecuados por los que hemos de transitar para llegar a donde queremos, más disfrutaremos de la vida/viaje y cuando lleguemos al final del mismo, nos sentiremos satisfechos de nuestras experiencias adquiridas y de los caminos transitados, aunque hayamos cometido muchos errores, caminando en algunos momentos por las vías no adecuadas, pero que al tomar conciencia de ello corregimos y seguimos.
Busquemos lo que en lo más profundo de nuestro ser nos hace felices y peleemos por alcanzar ese estado, cogiendo del mundo aquello que nos ayude en nuestro camino y prescindiendo de todo aquello que no añada nada positivo a nuestro objetivo. No escuchemos los cantos de sirena de los políticos, de los curas, de los malos agoreros, de los falsos profetas, de la publicidad, de los que todo lo saben, de los que te crean necesidades innecesarias…escúchate a ti mismo y actúa. Esto es lo que yo pienso.
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