miércoles, 24 de agosto de 2022

UNA NAVE ESPACIAL LLAMADA TIERRA Capitulo XXII LAS APARICIONES DE LOURDES Parte 3

 





El primer milagro de curación.

Había en Lourdes un pobre obrero de las canteras, llamado Bourriette, quien veinte años antes había tenido el ojo izquierdo horriblemente mutilado por la explosión de una mina. Era un hombre muy honrado y muy cristiano. Mandó a la hija a buscarle agua a la nueva fuente y se puso a orar, aunque estaba un poco sucia, se froto el ojo con ella. Comenzó a gritar de alegría. Las negras tinieblas habían desaparecido; no le quedaba mas que una ligera nubecilla, que fue desapareciendo al seguir lavándose. Los médicos habían dicho que el jamás se curaría. Al examinarlo de nuevo no quedó más remedio que llamarle a lo sucedido por su nombre: milagro. Y lo más grande era que el milagro había dejado las cicatrices y las lesiones profundas de la herida, pero había devuelto aun así la vista. Muchos milagros siguen sucediendo en Lourdes por lo que en el santuario hay siempre una multitud de enfermos.

Esto me recuerda al Evangelio donde Jesús cura a un ciego, donde le lava el ojo con un “preparado” que conocía perfecto como médico esenio.

No me volveré a repetir diciendo que el milagro no existe, pero si diré que la fe, la verdadera fe de la que hablaba Jesucristo y no de la que habla la Iglesia, tiene el poder de mover las energías latentes en todo lo que existe y realizar lo que parece un milagro y para que se produzca este fenómeno da igual que tu fe sea en el poder de cualquier dios, cualquier entidad o cosa, o de cualquier diablo, porque ninguno de estos interviene, solo el poder de las energías de la Naturaleza.

Sigue el narrador diciendo:

La pequeña escogida por la Virgen tendría mucho que sufrir hasta el día de su muerte, tanto sufrimientos morales como físicos; pero nunca debemos olvidar que Dios guía a esta pequeña niña y que ella responde con humildad, abandono, fe y coraje. Bernardette poseía además virtudes que serían criticadas durante toda su vida como "defectos." Por este error de la gente se puso en duda también la autenticidad de las apariciones.

Dios seguía visitándola, no con brillantes apariciones, sino por la prueba amarga de los sufrimientos: de la incomprensión, burla, casi siempre estaba enferma, soportaba dolores de toda clase, recogida y resignada con paciencia. Sufría de asma crónica, tuberculosis, vómitos de sangre, aneurisma, gastralgia, tumor de una rodilla, caries en los huesos, abscesos en los oídos que le ocasionaron sordera, que esta se le quito hasta un poco antes de su muerte.
La Virgen le dijo a Bernardette: "No te prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el próximo." Y estas palabras de la Virgen se cumplieron plenamente en nuestra santa. Mucho tuvo que sufrir durante su vida hasta su muerte a los 35 años. La salud de Bernardette era muy delicada, muchas veces tenía que estar en cama con fiebre; tenía días bien críticos con ataques de asma que muchas veces eran bien dolorosos.

Muchos encontraban cura en la fuente de Lourdes, pero no Bernardette. Un día le preguntaron: "¿No tomas del agua de la fuente? Estas aguas han curado a otros, ¿por qué no a ti? Esta pregunta insidiosa pudo haberse convertido en una tentación para Bernardette en no creer en la aparición, pero ella no se turbó.

Y digo yo: Así que Dios y la madre de Jesucristo, curaban a mucha gente, pero a la “elegida” la torturaron lo indecible y encima ella lo sufría con toda entereza y sumisión que es lo que gusta la Iglesia transmitir a sus fieles. Realmente increíble que haya tanto sadomasoquismo en esta supuesta espiritualidad que no es más que sometimiento esclavizante. ¡Me indigna!
Su madre murió en Diciembre 8, 1866, tenía 45 años y esta fue una de las tristezas más grandes que experimentó. En medio de su dolor dijo al Señor:

"¡Mi Dios, tú lo has querido! Yo acepto el cáliz que me das. Que tu Nombre sea bendito."
Durante su noviciado, Bernardette fue tratada más severamente y quizás más cruelmente que las otras novicias. Sus compañeras decían: "No es bueno ser Bernardette." Pero ella lo aceptaba todo y veía en ello la mano de Dios.

Bernardette profesó el 30 de octubre de 1867 con el nombre de Sor María Bernarda. Tenía 23 años. Sin embargo, la felicidad de ese momento fue teñida por una ruda humillación.
Cuando llegó el momento de distribuir a las nuevas profesas los trabajos, la Madre Superiora respondió a la pregunta del Obispo: "¿Y la hermana Marie Bernard? "Oh, Señor Obispo, no sabemos que hacer. Ella no es buena para nada" Y prosiguió: "Si desea, Señor Obispo, podemos tratar de usarla ayudando en la enfermería." A lo cual el Obispo consintió. La hermana Marie Bernard recibió el dolor de esta humillación en su corazón, pero no protestó, ni lloró, simplemente aceptó el cáliz.

Otro cáliz que pronto tomaría fue la muerte de su padre en 1871, 6 años después que su mamá. Supo de la muerte de su papá, a quien no había visto mas desde que dejó Lourdes, pero sabía que había muerto en la fe.

Así que encima curas y monjas la tomaban por tonta, por inútil, en vez de esforzarse en formar a una niña buena pero analfabeta, pues no interesa que la gente aprenda y desarrolle su inteligencia. Y encima el vocabulario utilizado Oh, Señor Obispo, no sabemos que hacer. Ella no es buena para nada" y “podemos tratar de usarla ayudando en la enfermería”
Y eso es lo que estaban haciendo “usarla” y más bien “utilizarla” para su propaganda, con lo que claramente ni los curas ni las monjas le tenía el más mínimo respeto ¿Estaban el Obispo y la Madre Superiora al tanto del “montaje”?

Como puede verse en esta aparición de Lourdes, hay menos “efectos especiales” que en la de Fátima, sin duda porque en 1858 había menos desarrollo tecnológico que en 1915. Por ello la aparición es en una gruta en vez de en una arboleda, donde se pueden camuflar mejor los efectos especiales y dejar la aparición solo visible a la niña analfabeta de turno. No obstante siempre aparece la virgen encima de algo, árbol, rosal o pilar, lo que me lleva a pensar en la transmisión subliminal de que la virgen siempre está por encima de aquellos a quienes se aparece, pero aunque pueda provocar la sensación de que está flotando es claro que está apoyada en una superficie plana.

En muchos siglos atrás las apariciones eran más simples, pues podían ocurrir en un camino o en campo abierto, aunque siempre eran a una persona solitaria y alejada del pueblo o aldea y desde luego analfabeta, tal como sucedió con la Virgen de Guadalupe extremeña y
mexicana.

No hay comentarios: