domingo, 10 de diciembre de 2023

LAS GUERRAS, EL ESTADO DE ISRAEL, EL DÓLAR Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

 





Después de leer algunas decenas de páginas correspondientes al conflicto árabe-israelí, desde el origen de la diáspora en el siglo VIII AC hasta que en 1948 se creó el nuevo estado de Israel, por los sionistas, y las múltiples peleas, guerras y asesinatos que se han producido por parte de judíos sionistas y palestinos, a través del tiempo y con diferentes gobernantes, he decidido contaros de la manera más breve posible como veo este conflicto y por qué se mantiene a lo largo del tiempo.

A mediados del siglo XIX, el terreno ocupado hoy por Israel, formaba parte del Imperio otomano y estaba poblado principalmente por árabes musulmanes (algunos de ellos, beduinos), árabes cristianos, así como judíos y otros grupos minoritarios. Los intelectuales que allí vivían comenzaron a buscar su independencia y formaron grupos políticos que lo reivindicaban.

Por otro lado unos intelectuales judíos centroeuropeos, se contagiaron de la fiebre nacionalista y aunque eran poco o nada religiosos, empezaron a vislumbrar la posibilidad de crear su propio estado y después de barajar varios lugares donde ubicarlo, incluso pensaron en Europa o Sudamérica, al final llegaron a la conclusión de que lo mejor sería en la zona otomana que era cercana a su lugar histórico. Es así como, poco a poco, se puso en marcha la instalación de colonos sionistas en esas provincias otomanas.

Tras la Primera Guerra Mundial se disolvió el Imperio Otomano, y las potencias occidentales (Francia y el Reino Unido) se repartieron sus provincias en Medio Oriente y fijaron unas divisiones a su antojo. La Sociedad de Naciones (1919) estableció el llamado sistema de Mandatos, por el cual, las nuevas potencias coloniales administrarían temporalmente esos territorios y debían preparar las condiciones para su futuro autogobierno e independencia. Fueron los europeos los que delimitaron las fronteras de una nueva entidad, a la que llamaron Palestina, recuperando un nombre de la antigüedad. Así nació el Mandato Británico de Palestina que duraría hasta 1948.

Evidentemente a los árabes no les gustó que los judíos se instalaran allí y menos aún que además de los terrenos que compraron, utilizaran la ocupación de tierras por parte de los colonos.

Tras la Segunda Guerra Mundial Londres tiró la toalla y traspasó la cuestión a la recién creada organización de Naciones Unidas. Tras enviar una misión sobre el terreno y constatar la difícil situación, agravada con una llegada masiva de refugiados judíos europeos, la organización decidió proponer una fórmula de resolución: partir el territorio. Fue la famosa resolución 181 de la Asamblea General de Naciones Unidas (noviembre de 1947), de partición de Palestina. En ella se proponía la división del territorio del Mandato británico y la creación de dos estados, un estatuto internacional para la ciudad de Jerusalén y sus alrededores (para garantizar el libre acceso de los fieles de todas las religiones a los lugares de culto), y un esquema de cooperación económica entre ambos.

Y así, desde entonces, de vez en cuando estalla la guerra entre ellos, comiencen unos u otros. Siempre al ejército árabe que ha luchado contra el ejército judío se le ha denominado terrorista por parte de occidente y de alguna manera se le ha desvinculado del pueblo árabe. Recordemos los tiempos de Yasir Arafat que fue definido como guerrillero terrorista y terminó como un político nacionalista palestino, presidente de la Organización para la Liberación de Palestina, presidente de la Autoridad Nacional Palestina y líder del partido político secular Fatah, que fundó en 1959. Arafat pasó gran parte de su vida luchando contra Israel en nombre de la autodeterminación de los palestinos. Aunque se había opuesto a la existencia de Israel, en 1988 cambió de posición y aceptó la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

En 1994, recibió el Premio Nobel de la Paz junto con Shimon Peres e Isaac Rabin, por sus esfuerzos a favor de la paz en Oriente Próximo, y en España, junto con Isaac Rabin, el premio Príncipe de Asturias de cooperación internacional el 3 de septiembre del mismo año.

Como podemos ver no ha servido de mucho y así seguimos con el conflicto que estalla de forma periódica.

Todos sabemos la fama que tiene el Mosad, servicio de inteligencia israelí, que es reconocido como uno de los mejores del mundo, por eso no me cuadra que no se enteraran de que el grupo Hamás tenía planeado un ataque que se produjo en la mañana del 7 de octubre de 2023, Hamás y otros grupos armados palestinos de la Franja de Gaza ocupada iniciaron un ataque sorpresa contra Israel. Lanzaron miles de cohetes hacia el sur del país y cruzaron la frontera, atacando varias localidades, en las que llevaron a cabo ejecuciones sumarias y secuestraron más de 200 personas, en mayoría civiles. Según el Ministerio de Salud israelí, al menos 1.200 personas perdieron la vida y casi 3.500 resultaron heridas.

La respuesta de las autoridades israelíes a estos atroces crímenes no se hizo esperar y respondieron al ataque bombardeando la Franja de Gaza, después de que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, declarara oficialmente que Israel se hallaba en guerra.

A esto se fueron sumando otras medidas, como el establecimiento de un bloqueo total sobre Gaza o la orden de evacuar el norte de la Franja.

Bien, todo esto me dice que el Mosad lo sabía, pero recibió órdenes de que no se movieran y les dejaran hacer, de esta forma se justificaba el contraataque de Israel a la franja de Gaza.

Así ahora quieren justificar más de 20.000 muertos palestinos frente a los más de 2.000 judíos. Claramente buscan exterminarlos totalmente y así hacerse los dueños absolutos de Palestina.

Es lo mismo que hizo EE.UU. en su fatídico día 11 de Septiembre de 2001 respecto al ataque de las Torres Gemelas para justificar la guerra de Irak y las famosas armas de destrucción masiva jamás encontradas.

Dada la profunda ignorancia de la inmensa mayoría de la población, los mandamases cometen estas barbaridades para impresionar a la población y consiguen que acepten la barbaridad mayor que tenían planificado realizar.

Pero lo cierto es que si nos centramos en estas guerras y las vemos como una lucha entre buenos y malos, como si fuéramos niños, no nos damos cuenta de que eso es lo que quieren que creamos, para que así no nos percatemos del auténtico plan y de la causa real.

Desde el siglo XX casi todas las guerras que se han producido en el mundo, han sido por causa del petróleo, incluida la Guerra de Irak, Afganistán, la Guerra del Golfo…y ahí fundamentalmente han intervenido Rusia y Estados Unidos, los dos países más poderosos del mundo.

Afganistán es rico en recursos naturales, desde carbón, petróleo y gas natural hasta oro, cobre, tierras raras y piedras preciosas. Esto indica las auténticas razones de las guerras: los recursos y la energía.

Así podemos recordar también a Libia y a Muammar al-Gaddafi, estrambótico dictador que pasó de odiar a todo el mundo a negociar con todo el mundo, pero lo que Estados Unidos no le perdonó fue el que ofreciera las reservas de oro de Libia, gracias al petróleo, para crear una moneda internacional de reserva alternativa al dólar.

¿Os imagináis lo que sería que todos los países árabes se unieran para crear esa moneda internacional y que desapareciese el dólar?

Ese es el gran caballo de batalla de EE.UU. : pelear para que no le arrebaten la hegemonía del dólar, pues ese es su gran poder y por el cual lleva guerreando un siglo.

Y otra cosa importante a tener en cuenta es que el Estado de Israel no es el pueblo judío, sino una herramienta de Occidente para conservar su hegemonía en una de las zonas con más recursos del planeta y así evitar que se cree esa moneda internacional. esa es la razón por la que no se condenan las brutales represalias de Israel, pues todos salen ganando con sus acciones, especialmente EE.UU. que le ayuda con armamento, portaaviones y lo que haga falta.

Pero a pesar de sus múltiples guerras, que siempre enmascaran como que es una lucha contra el terrorismo yihaidista, Al Qaeda, Isis, Hamás, Boko Haram…estamos viendo como el petróleo en su mayor parte está en manos árabes y que escapan a su control.

Por tanto la forma más eficaz de acabar con esa hegemonía es acabando con el petróleo o mejor dicho con su uso. En el momento en que el petróleo deje de ser útil, los países productores de petróleo terminarán en la ruina y así terminará su poder. ¿Y cómo se consigue eso? Inventando el cambio climático.

Así empezamos a medir el CO2 y el agujero en la capa de ozono, que según algunos científicos no es que al aumentar la proporción del CO2 aumenta el agujero de la capa de ozono, sino que cuando aumenta el agujero de la capa de ozono, por causas propias de la física del planeta en relación al Sol, entonces aumenta el CO2, pero a estos se les calló.

Luego está la presunta destrucción de los glaciares, la subida de la temperatura del mar, las grandes sequías, las lluvias torrenciales, todo un trastorno climático descomunal. Pero habría que ver si tienen algo que ver en esto las múltiples estelas que aparecen en el cielo llamadas “chemtrails” o estelas químicas, que nos quieren convencer que es un efecto de condensación de la atmósfera por los motores de los aviones, en vez de una fumigación química para cambiar el clima o como dicen los llamados conspiranoicos para envenenarnos, idiotizarnos, hacernos obedientes, etc.

Por todos estos motivos, se prevé que en un futuro cercano, los automóviles, serán eléctricos o con motores cuyo combustible será el “hidrógeno verde”, así como las centrales eléctricas alternativas eólicas, solares, hidráulica, geotérmicas, etc.

Nos queda aún por aclarar, que tiene que ver en todo esto, la guerra de Putin contra Ucrania, pues aunque parezca lo contrario está totalmente relacionada.

Ucrania posee unas reservas de petróleo de 395 millones de barriles y se encuentra entre los principales productores y exportadores mundiales de maíz, trigo y cebada. En relación con el maíz, para la campaña 2020-2021 se situó como sexto productor mundial, con 29,5 millones de toneladas, por detrás de EE. Por tanto es una país que resulta una golosina para conquistarlo.

Por otro lado se le tentó con pertenecer a la Unión Europea y a la OTAN, motivos suficientes para hacer a Rusia que interviniera para impedir esto. Putin creyó que EE.UU. no estaba interesado y que por tanto la conquistarían pronto al encontrar una oposición muy floja, pero precisamente no solo Ucrania fue apoyada por EE.UU. sino por toda la Unión Europea con lo cual todo se le complicó a Putin e hizo que la guerra se alargara.

Esta fue la forma magistral de entretener y debilitar a Putin, para que no interviniera en la guerra de Israel contra Hamás, contra Palestina, donde vemos que Netanyahu está haciendo lo mismo que Putin, intentando exterminar a su enemigo. Lo cual nos indica claramente que el ataque de Hamás a Israel estaba planificado desde hace más de un año, al mismo tiempo que se planificó el ataque de Rusia a Ucrania, y todo con el fin de exterminar a los palestinos y tener totalmente controlados a los árabes, para que no levanten cabeza y no reciban ayuda de Rusia.

Es más, últimamente EE.UU. se está pensando si sigue ayudando a Ucrania, pues probablemente ya no la necesita, pues con el deterioro de las fuerzas de Putin y de su prestigio, ya no verán posibilidad alguna de que se implique en la defensa árabe.

En resumen, vemos lo que son capaces de hacer los norteamericanos para que prevalezca la hegemonía de su moneda como referencia mundial: múltiples guerras, asesinando a miles y miles de personas, destrucción casi total de un país, desequilibrar el clima mundial, cambiar los combustibles y formas de crear energía, manipulando todos los medios de comunicación para proclamar sus campañas de propaganda y convencer al mundo de que luchan por la paz y el bien del planeta.

Id aprendiendo: NO TODO ES LO QUE PARECE.

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