La materia con la que el artista alquimista trabaja tiene, en origen, un color parduzco que mediante su trabajo alcanzará la putrefacción de color negro para luego resurgir un color blanco vivísimo, pero en el proceso final se obtendrán unos cristalitos de color rojo cadmio a bermellón que es la piedra filosofal. Nuestro artista representa todo el proceso con las modulaciones del negro y blanco y, en el centro, está la piedra filosofal flotando.
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