Fermín García Sevilla
El realismo, en
pintura, es una manera de resolver un cuadro, cuya imagen plasmada se asemeja a
la realidad que vemos con nuestros ojos. Según la técnica utilizada por el
pintor, la sensación visual será más o menos cercana a la realidad vista de
cerca, si tiene mucho detalle y produce la sensación de estar todo enfocado, o
por el contrario, nos produce la sensación de que lo vemos de lejos o falto de
nitidez por no estar reflejados los detalles ni los contornos muy definidos. De
hecho, en una pintura realista, provocar la sensación de atmósfera y por tanto
de cercanía y lejanía se resuelve utilizando lo que llamamos perspectiva lineal
que es esa sensación de que las líneas paralelas se juntan en la lejanía, como
cuando vemos las vías del tren o una carretera, y la perspectiva aérea que es
justamente la sensación de atmósfera que consiste en que lo cercano es muy
nítido viendo los detalles, contornos nítidos y diferenciados, con fuerte
contraste de luz y colores saturados y, en cambio, lo lejano va perdiendo los
detalles, los contrastes se suavizan, los contornos dejan de ser nítidos y
pueden mezclarse entre si, los colores pierden intensidad y se van agrisando
cuanto más lejos estén los objetos o elementos que representemos. No obstante,
aunque la sensación sea, en algunos casos, cercana a la fotografía, sabemos
diferenciarlo porque acercándonos vemos la pincelada y/o no lo vemos
fotográfico sino que se percibe como trabajo manual, sin embargo, al alejarnos
si nos puede parecer una fotografía, dependiendo de la manera de resolver del
pintor.
Antonio López
Corot
Modesto Trigo
Tere Unsaín
Luís Bascuña
El hiperrealismo
es semejante al caso anterior, salvo en que no vemos la huella del pincel y nos
parece una fotografía incluso visto a 20 cm del lienzo, más cerca nuestro ojo
no puede enfocar normalmente. De hecho perdemos detalle al verlo de lejos. No
obstante al resolver esta pintura, según las distancias, dejan de percibirse
ciertos detalles que nuestro ojo no percibe, ni una cámara fotográfica con
objetivo normal.
Alyssa Monks
David Parris
Eduardo Naranjo
Pedro Campos
El hiperrealismo
fotográfico es cuando se supera el hiperrealismo y la visión normal, de
manera que aquello que nuestro ojo no es capaz de ver por la distancia, como un
cabello separado de la cabellera, la pelusa de la lana, una arruga o los poros
o una manchita o un granito o pecas de la piel, imperceptibles a simple vista, etc. en este
tipo de pintura si podemos verlo, aunque esto no es real, quiero decir que a
cierta distancia nuestro ojo no es capaz de percibirlo.
Leng Jun
Leng Jun (detalle 1)
Leng Jun (detalle 2)
Leng Jun (detalle 3)
Nestor Canavarro
Nestor Canavarro (Detalle 1)
En la pintura
realista, el pintor lo que hace es interpretar la realidad que tiene
delante, y la traduce en manchas de color que suelta sobre el lienzo según su
particular manera de hacer, diferenciando en mayor o menor grado unas manchas
de otras, más grandes o más pequeñas, con más o menos carga de pintura,
fundiendo en mayor o menor grado las diferentes manchas, para que una vez
resuelto todo, a mayor o menor distancia del espectador, respecto al lienzo o
soporte, la sensación que percibe se acerque a la realidad. No obstante es
claramente diferenciada la realidad de la pintura y de una potencial
fotografía. Da igual que el pintor tome directamente del natural o se ayude de
fotografías. En cualquiera de los casos se interpreta, no se copia.
Pero en la pintura hiperrealista, normalmente lo
que se hace es copiar de una fotografía sin interpretación alguna, hasta la
forma desenfocada del fondo tal cual, de manera que ni siquiera veremos la
huella del pincel pues todo se matiza para que no haya diferencia alguna entre
la fotografía y la pintura, para lo cual se diluye la pintura para darla con el
pincel y se dan capas delgadas, transparentes, usando la técnica de veladuras.
En la pintura
hiperrealista fotográfica se parte de una fotografía de alta resolución en
la cual se perciben con nitidez las arrugas más finas de la piel, los hilos de
un bordado o encaje, las pelusas de la lana, los cabellos despegados de la
cabellera, los pelos diferenciados de una barba…aunque la foto se haya tomado a
más de dos metros. En estos casos el pintor, aunque de manera virtuosa, lo que
hace es copiar fielmente la fotografía que, para poder verlo todo con el máximo
detalle, se suele hacer bien grande. En algunos casos, se suele ampliar la
fotografía a unas dimensiones tales que se ven los píxeles o puntos que el
pintor copia religiosamente como si de un escáner se tratase. Imaginad una
fotografía en papel a la que observáis mediante una lupa, entonces veréis los
puntos de la trama, y vosotros como pintores reproducís en vuestro lienzo esos
puntos que veis a través de la lupa.
Lo curioso es que estos pintores se consideran a sí mismos
artistas, lo cual es un error, pues artista es el que crea, transforma,
modifica, cambia la realidad a su modo. Estos pintores se limitan a copiar lo
más fielmente posible lo que ven en la foto, porque si estuviesen mirando al
natural, su ojo les impediría ver esos detalles que ellos ansían representar
como virtuosos del pincel, por tanto hemos de llamarlos copistas. Copiar está
dentro de la artesanía, no del arte.
Pero esto no es lo peor, el copiar fielmente cual escáner
humano, pues algunos llegan a un nivel tan exagerado de ser fiel a una
fotografía de alta resolución en la que se pueda ver hasta el alma, que
viéndose incapaces de llegar tan lejos, la propia fotografía la imprimen sobre
lienzo y luego te la venden como si la hubieran pintado ellos. Algunos, para
poder decir que es pintura, luego le pegan cuatro brochazos burdos, incluso con
colores chillones y discordantes sobre la fotografía y se quedan tan panchos.
Actualmente, dado que estamos en la era digital, tenemos
también a pintores digitales, que sustituyen el lienzo por la pantalla de su
monitor o tableta y los pinceles por un ratón, puntero o lápiz digital, con el
que eligen colores y pinceles digitales con los que trabajan. Normalmente,
estos pintores digitales, hacen exactamente lo mismo que los pintores
hiperrealistas o hiperrealistas fotográficos, aunque hay una minoría que si
crean.
Por todo lo dicho anteriormente, hay una regla, muy
importante, que todo contemplador de pintura debe tener en cuenta y ésta es
experimentar la distancia del cuadro a la cual le resulta más agradable verlo,
pues cada uno según sus gustos y sus ojos debe encontrar su distancia personal.
En pintura, tal como resulta en literatura, el disfrute de
la misma es independiente de la calidad de la misma muchas de las veces, pues
es muy importante el número de libros leídos y de la amplitud del vocabulario
del lector, de sus experiencias personales, de las evocaciones que vive, al
leer, de su vida personal, del conocimiento de la materia que trate el libro,
etc.
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