domingo, 14 de julio de 2024

NUESTRAS CAPACIDADES DESCONOCIDAS

 



Si todo lo existente está formado por átomos y por tanto por energía, que al combinarse de muy variadas formas se transforma en materia que nuestros sentidos pueden percibir, no es menos cierto que esa combinación de átomos de cada cuerpo, provoca unas radiaciones de muy variadas formas y características que ya no son percibidas, en general, por nosotros salvo las audiovisuales. Así, yendo hacia los seres vivos, plantas y animales, estos producen una variada gama de radiaciones cada uno de los órganos que lo componen y de forma más completa y compleja los humanos.

Toda radiación energética se convierte o es en realidad energía electromagnética como lo es la luz y que posee unas características corpusculares y ondulatorias.

Como sabemos, las ondas poseen unas características definidas, como son la forma de onda y la frecuencia que podemos observar también como longitud de onda. La amplitud o intensidad de las mismas y la posibilidad de modularse unas con otras.

Dependiendo de la frecuencia, las ondas las denominamos de Radio, Microondas, Infrarrojos, Visibles, Ultravioleta, Rayos X y Rayos Gamma. Por debajo de estas están las ondas sonoras que son provocadas por vibración mecánica y que las dividimos en Infrasonidos, Audibles y Ultrasonidos.

Relativo a los humanos, sabemos que hay personas capaces de percibir algunas de las radiaciones que un humano provoca, tales como el etérico, el aura y el astral.

El etérico parece ser una radiación provocada por los átomos de los que está compuesta toda la materia, pues yo lo percibo al observar cualquier cosa viva o inerte. Lamentablemente es lo único que yo percibo.

En cuanto al aura, según quienes pueden percibirlo, se trata de una envoltura oval alrededor de nuestro cuerpo con multitud de colores, lo cual significa multitud de frecuencias que se mueven como un torbellino a semejanza de las nubes atmosféricas cuando sopla el viento.

Dicen quienes perciben estas radiaciones, que se corresponden con cada uno de los órganos de que está compuesto el cuerpo, de manera que por la forma y color se puede saber si todo funciona correctamente o hay alguna anomalía o enfermedad en alguno de ellos. También perciben por los colores y formas, la idiosincrasia o personalidad del individuo y hasta pueden saber lo que está pensando.

En cuanto al astral, remitiéndome de nuevo a quienes tienen la facultad de desprenderlo del cuerpo físico, pueden viajar al lugar que quieran del Universo en el presente, pasado o futuro e incluso a otra dimensión, donde pueden encontrarse con sus seres queridos fallecidos o con otras entidades. Según los lamas tibetanos, este es el cuerpo energético que contiene el YO, que podríamos asimilarlo al Alma del cristianismo, pues según ellos, al morir el individuo, el astral se desprende y separa definitivamente,  viajando a otra dimensión.

Si nos atenemos a los místicos, resulta que tienen experiencias que ni ellos mismos saben explicar, pues sus percepciones son tan diferentes de las que tienen en nuestro mundo tridimensional que no tienen referentes posibles para transmitirnos esas percepciones de manera comprensible, como puede comprobarse en los escritos de Teresa de Ávila.

Luego sabemos que pueden provocar determinados fenómenos como levitación de su propio cuerpo o telequinesia, telepatía, precognición, curas incluso instantáneas, y otros fenómenos que la ciencia llama paranormales y que desconocemos como pueden producirse.

Olvidemos las denominaciones de sobrenatural o milagros para estos fenómenos, pues todo lo que sucede es natural y corresponde a la manera de funcionar la naturaleza, por lo que lo único que sucede es que aún no somos capaces de darle una explicación natural.

Todo esto nos lleva a la conclusión de que hay muchas cosas de las que desconocemos su existencia y, de las que conocemos, no tenemos la más mínima idea de como funcionan.

El esoterismo, en este sentido, es la rama del saber humano que sabe de la existencia de algunos fenómenos y conoce algunas técnicas que pueden facultar a los humanos para provocarlas y manejarlas. No obstante, no todo lo que leas u oigas de presuntos esoteristas es verdad, pues normalmente quienes hablan mucho de esto son precisamente los que más ignoran y solo hablan de oídas y desde luego son los que “dicen lo que saben pero no saben lo que dicen”.

Aquí volvemos de nuevo a la Ingeniería de Dios y al Universo Programado, como el Creador del Universo ha diseñado en nosotros una serie de capacidades, con sus programas correspondientes, y que corresponde a nosotros hallar el camino y la forma de acceder a ellas, según las vayamos descubriendo.

Dadas las limitaciones de percepción de nuestros sentidos, en general, los humanos hemos desarrollado diversas máquinas para hacer visibles determinadas radiaciones, así existen polímetros, osciloscopios, espectrómetros, dosímetros y contadores Geiger, gausímetros, radiómetros, y medidores varios de radiaciones electromagnéticas. También existe la Cámara de Kirlian que presuntamente permite ver el aura de los elementos vivos pero en mi opinión es una ilusión producida por el fuerte campo electromagnético que ioniza el espacio entre las placas de la misma.

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