Veamos cómo describen estos momentos los textos sumerios:
¡La tierra pertenece a los Terrestres, se
nos ha utilizado para preservarlos y para hacerles avanzar!
¡Si esa es nuestra misión aquí actuemos de acuerdo con ello! Dijo Enki.
Así los Grandes Anunnaki decidieron crear regiones civilizadas, para
proporcionar en ellas conocimientos a la humanidad; fundar Ciudades de Hombre y
crear en ellas recintos sagrados como morada de los Anunnaki; establecer la
realeza en la Tierra, al igual que en Nibiru, dar corona y cetro a un hombre
escogido; transmitir a través de él la palabra de los Anunnaki al pueblo, hacer
cumplir el trabajo y la destreza; establecer en los recintos sagrados un
sacerdocio, para servir y dar culto a los Anunnaki como señores nobles. Enseñar
los conocimientos secretos, transmitir la civilización a la humanidad.
Resolvieron crear cuatro regiones, tres para la Humanidad y una restringida
para los Anunnaki.
La primera región para Enlil e hijos en las tierras del antiguo Edin, la
segunda para Enki y sus hijos en la Tierra de los dos Estrechos, la tercera
región para Inanna en una tierra distante para que no se mezclara con ninguna,
la cuarta solo para los Anunnaki, sería la Península del Lugar de los Carros.
Luego queda claro que se repartieron nuestro mundo y a los Terrestres para que
les sirvieran, unos como sirvientes directos en los templos o moradas de los
jefes y otros para que trabajaran proveyendo de alimento a todos. Los Anunnaki
hicieron de maestros y de control supremo volviéndose inaccesibles y, para
controlar a los Terrestres, nombraron reyes y todo lo que eso implica y así
seguimos, con la misma organización, solo que los reyes y gobernantes son
otros, aunque nos explotan igual que aquellos de antaño.
Anu indicó a sus hijos y demás Anunnaki:
¡Sea lo que sea que el Destino pretende de la Tierra y de los Terrestres, dejad
que así sea! Si el Hombre, y no los Anunnaki, está destinado a heredar la
Tierra, ayudemos al destino. Dadle el conocimiento a la Humanidad, enseñadles
hasta cierta medida los secretos del cielo y de la Tierra, enseñadles leyes de
justicia y rectitud ¡luego partid e iros!
Aunque aquí diga que se marchen, no indica a donde, pero es
claro que no volvieron a su planeta Nibiru los que llevaban miles de años aquí
pues eso suponía la muerte a corto plazo, por tanto se tuvieron que quedar en
la Tierra la mayoría, aunque ya sin dominio visible. Eso implica que están
ocultos en alguna parte como los fondos marinos o están entre nosotros como si
fueran terrestres.
Para conmemorar la visita de Anu, se introdujo una nueva cuenta del paso del
tiempo, por años de la Tierra, no por shars de Nibiru, para contar lo que
sucediera en la Tierra.
En la era del Toro dedicada a Enlil, comenzó la cuenta de años de la Tierra.
En las nuevas ciudades se consagraron recintos sagrados para los grandes
Anunnaki, a los que la humanidad llamó Templos; en ellos se servía y daba culto
a los Anunnaki como Señores Nobles, se les honraba con rango-números, la línea
sucesoria a la Humanidad hicieron saber:
Anu tenía rango 60, Enlil 50, a Ninurta, su hijo principal, le dio el mismo
rango. Enki 40, Nannar, hijo de Enlil y Ninlil rango 30, a su hijo sucesor Utu,
20. y al resto de los hijos de los líderes se les dio rango 10. Los rangos 5
fue para las mujeres Anunnaki y esposas.
Estos rangos definidos por los Anunnaki son los que siguen utilizando los
masones, lo que indica que ellos mantienen el conocimiento de antaño.
El nuevo centro de Ninharsag se
estableció en Adab y su morada-templo recibió el nombre de Casa del Socorro y
del Conocimiento Sanador; en su santuario guardó Ninhasarg los MEs de cómo se
había creado a los Terrestres.
Como ya he dicho en otras ocasiones los Mes eran unas tablillas que, al estilo
de nuestros CDs o “pendrives” actuales contenía la información y programas de
temas concretos que metidos en sus computadoras les enseñaban los diferentes
procedimientos para obtener objetivos concretos como el procedimiento que
utilizaron para convertir a los primates en seres humanos.
Comenzaron a construir las ciudades y
templos y a enseñar a los Terrestres trabajos y oficios así como a calcular
números, escribir, como hacer cerveza, el trabajo del horno, la herrería. Y se
promulgaron leyes de conducta y justicia. Se decidió que la gente de cabeza
negra tuviera su ciudad y Ninurta designó al primer rey, Hombre Poderoso fue su
título. Para hacerlo centro de la Humanidad Civilizada, Ninurta viajó a Eridú
para obtener de Enki las tablillas ME que conservaban las fórmulas divinas para
la realeza y Enki le concedió cincuenta MEs.
Esto explica que en cualquier lugar del planeta, las tribus
de gentes indígenas de ese lugar, cuentan historias sobre los dioses que
enseñaron a sus ancestros a labrar y sembrar la tierra, a cuidar y criar
ganados, diseñaron herramientas y a hacer muchas cosas y pasado un tiempo
desaparecieron.
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