Se me ha olvidado hacer mención a los posibles planetas de nuestra galaxia y del Universo que tengan vida inteligente y entonces los 6000 millones se convertirán en billones de seres inteligentes que le piden a Dios todos los días, ¡claro! solo en el caso de que les hayan manipulado de igual manera que a nosotros los terrícolas.
Estoy seguro que es muy positivo y yo diría que necesario, imprescindible, meditar sobre los errores que cometemos y como evitarlos para la próxima ocasión, dejando a Dios en paz. A lo mejor es que somos tan burros que, ya en la época de Moisés, era necesario decirle a la gente que era el mismo Dios quien exigía que había que lavarse (purificarse) porque la gente era muy guarra y solo se lavaba si lo exigía Dios.
Alguno pensará que el “coronavirus” lo ha enviado Dios para que todo el mundo se lave y lo tome por costumbre, pero creo que este tema es más terrenal, realizado por quienes pregonan sobre el pecado y aparentan ser fieles cumplidores pero ellos pecan de verdad con esta y otras acciones.
Mi intención es que algunos os quitéis ese sentimiento de culpabilidad que os impide vivir plenamente, sin miedo a equivocaros, pues casi siempre, si sabemos aprovechar nuestros errores, aprendemos algo nuevo que ignorábamos; en el peor de los casos, al menos aprendemos que no debemos hacer las cosas como las hemos hecho y ello nos obligará a intentar otras formas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario