La primera escena, ubicada en el Libro de Ester, se titula El castigo de Amán.
La escena sinóptica transcurre en el siguiente orden: izquierda-derecha-centro. Así, las escenas laterales son un anticipo al momento crucial del relato, que destaca en el centro de la composición.
El rey persa Asuero contrae matrimonio con la joven Ester que, después de
recibir el aviso de su tío Mardoqueo (tuvo un sueño en el que veía el peligro
que corría el pueblo de Israel), habla con su marido para revelar la
conspiración de Amán, su primer ministro, que pretendía exterminar al pueblo
judío.
Amán ya había convencido casi por completo al rey para que diese el visto bueno
a su operación pero Mardoqueo intenta impedir de nuevo que Amán ejecute su plan
a través de su sobrina Ester, y es en esta ocasión cuando lo consigue.
Finalmente, Mardoqueo es recompensado por salvar al pueblo de Israel y Amán es
ejecutado.
En la parte izquierda de la composición, encontramos a Ester revelando el plan
de Amán (destaca por sus vestimentas amarillas en las diversas escenas del
fresco) a su marido.
En la parte derecha, el rey hace entrar a Mardoqueo (que aparece sentado en el umbral
de la puerta) para que le explique con mayor detenimiento las palabras que
Ester le ha mencionado con anterioridad. También se observa como Amán sale de
la escena.
El centro de la composición narra el desenlace de este relato: Amán es
ejecutado. La curiosidad está en que, en la obra de Miguel Ángel, Amán aparece
crucificado y no en un cadalso como relata el texto bíblico (Amán fue
ahorcado). Este cambio en la manera en la que Amán muere podría deberse a
una inspiración en la obra de La Divina Comedia de Dante Alighieri
(concretamente en la parte de El Purgatorio), donde nos muestra a un Amán
muerto en una cruz.
Así, la crucifixión de Amán podría considerarse una prefiguración de la muerte
de Cristo.
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