martes, 26 de enero de 2021

LA CAPILLA SIXTINA 19 (Serpiente de bronce)

 La segunda representación monoescénica se titula La serpiente de bronce y pertenece al Libro de los Números. Relata cómo Dios, ante la incredulidad que muestra el pueblo de Israel al dudar del mismo Señor y de Moisés, su guía por el desierto, envía un castigo en forma de serpientes.





Tras la muerte de muchos de los ciudadanos, los supervivientes se arrepienten de sus palabras, por lo que recurren a Moisés para que, a través de él, muestre el arrepentimiento del pueblo y acabe con el castigo.

Dios, al escuchar las palabras de Moisés mensajero, le ordena que fabrique una serpiente de bronce y que la ponga sobre un mástil. Así, cada persona que fuera víctima del ataque de una serpiente, recuperaría la vida con tan solo mirar a la figura de bronce.

El ambiente muestra desesperación y revuelo con el pueblo siendo rodeado y atacado por las serpientes, mientras que la atención de espectador va directamente a la serpiente de bronce, que es el lugar de la salvación.

Envió entonces Yahveh contra el pueblo serpientes abrasadoras, que mordían al pueblo; y murió mucha gente de Israel. El pueblo fue a decirle a Moisés: «Hemos pecado por haber hablado contra Yahveh y contra ti. Intercede ante Yahveh para que aparte de nosotros las serpientes», Moisés intercedió por el pueblo. Y dijo Yahveh a Moisés: «Hazte un abrasador y ponlo sobre un mástil. Todo el que haya sido mordido y lo mire, vivirá». Hizo Moisés una serpiente de bronce y la puso en un mástil. Y si una serpiente mordía a un hombre y este miraba la serpiente de bronce, quedaba con vida. (Nm 21, 6-9).






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