viernes, 5 de agosto de 2022

UNA NAVE ESPACIAL LLAMADA TIERRA Capítulo XV LA SALVE





La Salve

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Esta oración es un himno, es una absoluta alabanza hacia la madre de Jesucristo, a la que se le “hace la pelota” para ablandarla, para que nos escuche y nos sirva de intermediaria ante el dios Jesucristo. Es cierto que, dentro del judaísmo, los linajes tenían mucha importancia y María al reunir los dos linajes –David y Aarón- era sobresaliente, pues era princesa por las dos vías.

Primero viene el saludo “Dios te salve”, tal como se hacía en Roma por aquellos tiempos. Los romanos, empleaban indistintamente dos verbos, ave y salve, con valor de “salud, te saludo, sé salvo o sano, buenos días”. El ave se usaba ordinariamente por la mañana, y el salve por la tarde. Cicerón usa la expresión: “jubeo te salvere” (me alegraré de que estés bien).
Luego continúa “Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra” que podemos interpretar que de forma subliminal nos recuerdan que Jesucristo es rey y por tanto la madre es reina, con el añadido “de misericordia” pues como madre es más blanda, más comprensiva, más asequible que Jesucristo que no solo es Dios sino también rey. Redunda en la significación de que Dios es semejante a un hombre, todo ello para hacer comprender a la gente ignorante e ingenua, que Dios es un ser superior comprensible, pero que dada su superioridad es lejano y por ello te ponen a la madre como intermediaria y por ello añaden “vida, dulzura y esperanza nuestra”. Es una oración muy estudiada, es un himno que debe marcar de forma indeleble unos sentimientos especiales hacia ella. Así pasan a poner en primer plano a la madre, para dejar al hijo como menos asequible al pueblo y casi solo asequible a los sacerdotes, que son los auténticos intermediarios entre la gente y el dios, que son los únicos que tienen ese privilegio.

“Dios te salve” vuelven a saludarla. Tal vez se utiliza la forma “salve” porque las reuniones de fieles deberían ser por la tarde, cuando las gentes habían terminado su jornada de trabajo.
“A ti llamamos los desterrados hijos de Eva” volvemos al sentimiento de culpa que está presente en todas las manifestaciones de la Iglesia, pues en realidad viven de eso. Esto hace referencia al momento en que Yahvé expulsa a Adán y Eva del Paraíso Terrenal, por culpa de Eva que, presuntamente, es quien hace pecar a Adán, comiendo de la fruta del árbol prohibido. Así justifican la presunta salvación de Cristo que mediante el bautismo se nos limpia, de lo que llaman los curas, el pecado original. Nos quieren hacer creer que toda la humanidad es maldita por esta falta de nuestros presuntos primeros padres y que por ello era necesaria la redención, tal como expliqué con el Padrenuestro.

Por las cosas que he leído, deduzco que la auténtica falta de Adán y Eva fue enterarse de quienes eran realmente, fue un despertar de su conciencia y que no fueron ellos los culpables sino el dios Enki que fue su creador mediante ingeniería genética, quien se lo comunicó, pero esto no gustó a su hermano y jefe supremo Enlil que fue quien los expulsó, pero solo a ellos pues no lo hizo con sus descendientes que seguían siendo los esclavos absolutos de los dioses Anunnakis.

“A ti suspiramos gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas” el otro sentimiento que la Iglesia inculca a sus fieles de manera persistente es la humillación y eso lo sufrí en su momento con los curas salesianos en el colegio desde los 15 años hasta los 19, les encantaba humillarnos a los alumnos, lo llevan en la sangre, están bien aleccionados, es su método. Por eso en esta frase lo pintan de manera muy vívida, creando una imagen mental en el que puedes imaginarte un valle lleno de las lágrimas de todos los que están llorando. ¿Y por qué habríamos de llorar? Pues está claro, porque somos malas personas, somos pecadores que merecemos la condenación, pero si nos humillamos ante la madre de Dios, ella intercederá ante su hijo para que este nos perdone. Todo muy enrevesado pero muy bien urdido para que nuestro subconsciente cree el programa que nos torturará por siempre y nos hará esclavos dependientes de los curas que son los que al final tienen el poder de perdonarnos los pecados, con la confesión, a través de la cual nos desnudan y nos vuelven a humillar.

“Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos”. Dice el diccionario respecto a la palabra “ea”: interjección que se emplea para denotar alguna resolución de la voluntad o para animar, estimular o excitar. Esta es una expresión que ahora se utiliza poco y que sustituiríamos por “Bueno, …míranos con misericordia”. Nos volvemos a humillar y suplicamos a nuestra abogada o intermediaria que nos mire con misericordia - inclinación a sentir compasión por los que sufren y ofrecerles ayuda-
“Y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre” que es como decir “después del castigo impuesto por Dios por la falta de Eva, sin duda merecido por nosotros, déjanos ver a Jesús que eso ya nos sirve de consuelo y que sabemos que es hijo tuyo aunque él sea Dios”. Esto último como alabanza hacia ella. Daos cuenta de la sutileza que inculca la humillación continua en la mente de los fieles para que no pidan hablar con Jesús sino solo verlo. Es realmente asombroso el retorcimiento mental de los creadores de este himno para programar la mente de los fieles.

“Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María” Aquí, además de las alabanzas necesarias para ablandar el corazón de María se nos cuela que es virgen, antes del parto, en el parto y después del parto, lo cual es una perogrullada colosal pues todos sabemos que eso es imposible de manera absoluta, pero un dios hebreo no podía ser menos que otros dioses anteriores que ya su nacimiento fue un prodigio propio del mejor mago del Universo y por ello María ha de ser virgen siempre. Así lograron colocar a Jesucristo en las mentes de los gentiles, es decir, de los que no eran hebreos, cosa que impulsó especialmente el apóstol Pablo. Me niego a decir San Pablo porque la iglesia ha hecho santos especialmente a aquellos que han ampliado el número de fieles, tal como una empresa premia a sus mejores comerciales por aumentar las ventas y a sus jefes. Para la Iglesia todos los Papas son santos y es claro que la mayoría de los Papas han sido cualquier cosa menos santos, donde lo único que les ha preocupado ha sido el poder ejercido, la mayoría de las veces, con auténtico despotismo (forma de gobierno que tenían algunas monarquías europeas del siglo XVIII, en las que los reyes, que seguían teniendo poder absoluto, trataron de aplicar medidas ilustradas, es decir, trataron de educar al pueblo) añadiendo el nepotismo (trato de favor hacia familiares o amigos, a los que se otorgan cargos o empleos públicos por el mero hecho de serlo, sin tener en cuenta otros méritos).

“Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo” Volvemos a rogar, a humillarnos, ante la intermediaria Madre de Dios para que el dios Jesucristo tenga a bien concedernos lo que nos ha prometido que es ni más ni menos que vivir en el cielo, en la gloria, cuando muramos.
Como ya he explicado aquí, esta idea del cielo y la eternidad viene de los dioses mesopotámicos que “venían del cielo”, del espacio sideral, de otro planeta. Los dioses mesopotámicos, de acuerdo con la traducción de los textos sumerios escritos sobre tablillas de arcilla en escritura cuneiforme, que realizó Zecharia Sitchin, se llamaban Anunnakis y vinieron de un planeta de órbita muy alargada, tanto como para salirse totalmente del Sistema Solar, que le llamaban Nibiru, cuyo rey era Anu y sus hijos Enlil y Enki fueron los que se afincaron en nuestra nave espacial llamada Tierra haciéndose los dueños, creando al humano mediante ingeniería genética e implantando sus normas, teniendo a los humanos como absolutos esclavos. Dado que su planeta tarda en dar una vuelta al Sol 3600 años terrestres, es por lo que los terrícolas creían que eran eternos, pues para ellos, en principio, ellos cumplían años cada 3600 años nuestros, eso les permitió hacer infinitas cosas antes de morir. Algunos terrícolas viajaron a Nibiru, por lo que sabían como se vivía en el cielo, en la gloria del dios Anu, en Nibiru, y por ello la idea transmitida que incluso las religiones más modernas lo recogen como el lugar donde iremos al morir, salvo los malos que se quemarán en el infierno. Todo gran mentira, el cielo y el infierno.

Según los lamas tibetanos, nuestro cuerpo físico se compone de varios cuerpos energéticos como el etérico que es la radiación que emite nuestro cuerpo y que le envuelve, que tiene aspecto de ser un humo sutil ligeramente luminoso y que cualquier persona puede ver con un poco de entrenamiento. También está el aura una envoltura más compleja con forma oval en cuyo eje mayor está nuestro cuerpo físico y que corresponde a las radiaciones de cada uno de los órganos de nuestro cuerpo, incluido el cerebro, de manera que un experto puede saber si tenemos alguna enfermedad y donde está localizada y también puede leer nuestros pensamientos. El otro cuerpo es el astral que se corresponde a nuestro yo intelectual y psíquico, donde está sustentada nuestra inteligencia, nuestro ser, de forma que cuando se desprende del cuerpo físico este queda inerte y cuando el cuerpo físico muere, se corta el llamado “cordón de plata” que une los dos cuerpos y entonces el astral se libera y viaja a una nueva dimensión donde permanecen todos los fallecidos. Por tanto es ahí donde viajamos, ni cielo, ni infierno, ni Niburu, ni ningún planeta. No tengo más datos para poderos transmitir y, aunque no estoy seguro, puesto que no he podido comprobar si esto es cierto de manera fehaciente, me inclino a creer que es verdad por mis conversaciones con personas que tienen la capacidad de viajar con su cuerpo astral y meterse en cualquier parte, en pasado, presente y futuro, conectar con gente fallecida, averiguar enfermedades, y otras muchas cosas y todos coinciden en lo mismo.


Este cuerpo astral parece poseer, entre otras, las características que la Iglesia dice tiene el alma, pero que los curas desconocen, o al menos no se manifiestan al respecto.


Algunos santos cristianos han tenido experiencias de este tipo aunque ellos no sabían de donde venían y si leéis las obras de Santa Teresa de Ávila, os daréis cuenta de que ella no sabe lo que pasa exactamente y es incapaz de explicarlo, pues no sabe si habla con Dios, con Jesucristo o con algún ángel o demonio, y las visones que tiene piensa que es el cielo, la gloria, por la luminosidad que no puede comparar con nada conocido. Teresa no explica las técnicas que utiliza para alcanzar ese estado, pues solo dice que se pone a orar, pero esto es lo que puede experimentarse mediante la llamada meditación transcendental yogui.

Finamente, desde mi personal punto de vista y de acuerdo a mis conocimientos, que no son producto de la ciencia infusa sino de haber leído muchos cientos de libros, ni Jesucristo, ni su madre están disponibles de manera alguna para escuchar a los fieles, aparecer ante ellos y darles mensajes, pues dado el nivel evolutivo de sus astrales, no estarán ni siquiera en la dimensión a la que vamos todos los terrícolas, sino en otra de un nivel mucho más alto. Así que toda esta parafernalia de los rezos a estas entidades es una falsedad más de las muchas que todas las religiones propagan, aunque si se ora mediante la técnica adecuada se pueden alcanzar muchos de nuestros sueños o deseos e incluso conectar con ciertas entidades de otro nivel más bajo. Ni que decir que los miles de imágenes que las iglesias tienen de Jesucristo, su madre, apóstoles y muchos santos, son solo imágenes en madera policromada o en pinturas, realizadas por magníficos artistas y cuyo aspecto es fruto de su imaginación y de su dominio técnico como artistas, por tanto no tienen parecido alguno con la realidad y estas imágenes no son milagrosas por mucha propaganda que haya al respecto. Primero porque los milagros no existen, aunque es verdad que suceden fenómenos que la ciencia aún no ha encontrado explicación convincente y muchos de los milagros son en realidad pura sugestión de la persona que se cura o que tiene una determinada visión o aparición, aunque repito que algunas visiones pueden ser el resultado de orar mediante ciertas técnicas o bien debido a tomar ciertos alucinógenos.

Ya sabéis que la palabra “amén” se pronuncia al finalizar las oraciones cristianas que significa ‘así sea’. También significa asentimiento, conformidad y obediencia a lo que otra persona hace o dice y es una manera sutil de la Iglesia de programar la obediencia y sumisión de sus fieles.

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