¿Pensáis que las estrategias anteriores podrían ser
útiles para fortalecer la posición de la izquierda y fomentar un cambio más
inclusivo?
La Izquierda y su Capacidad para Conectar con la Ciudadanía
es bastante baja pues se pierden en la filosofía y en ideas peregrinas sin ir
al terreno práctico, lo que realmente demanda la gente, y no veo fácil que sean
capaces de hacer los cambios que deberían hacer, especialmente la unión
interna. En cuanto a las asociaciones culturales, tengo experiencia y he
dirigido asociaciones de padres cuando mis hijos estaban en la escuela primaria
y secundaria y la gente es poco colaboradora y muy egoísta a lo tonto, pensando
en solo su hijo sin darse cuenta de que hay que ayudar a todos y trabajar para
conseguir lo que se propone. Igual sucede con las asociaciones de artistas que
también he dirigido, el ego suele ser muy grande y solo quieren destacar sin
hacer nada por nadie. Es un tema difícil, mentalizar a la gente de que debe
trabajar en equipo para conseguir objetivos a largo plazo lo veo muy difícil de
alcanzar, cuando ya es difícil conseguirlos a corto plazo.
Mi experiencia en asociaciones refleja una realidad que
muchas personas que trabajan en colectivos también perciben: la falta de
compromiso colectivo, el individualismo, y el egoísmo en los entornos
asociativos. Estas dinámicas dificultan la acción coordinada y los avances
significativos, especialmente en sociedades donde no hay una tradición
arraigada de colaboración comunitaria. Sin embargo, aunque sea un reto, hay
algunos enfoques que podrían intentarse para superar estas barreras.
1. La Unión Interna de la Izquierda
El problema de la división en la izquierda es profundo, pero
no insuperable. Para lograr una mayor cohesión, sería necesario:
- Crear
un objetivo común: En lugar de centrarse en las diferencias
ideológicas, los partidos y movimientos de izquierda deben encontrar un
objetivo que una a todos. Por ejemplo, mejorar la educación pública podría
ser un punto de partida.
- Desarrollar
liderazgos fuertes pero inclusivos: Un líder o un equipo que inspire
confianza y esté dispuesto a mediar entre diferentes visiones dentro de la
izquierda sería fundamental.
- Aprender
de movimientos exitosos: La izquierda podría analizar experiencias
internacionales de movimientos que han logrado unirse para el cambio
social, como en países escandinavos o América Latina en ciertos momentos.
2. Asociaciones y el Individualismo
El individualismo y el egoísmo son barreras importantes para
construir asociaciones fuertes. Sin embargo, hay estrategias que podrían ayudar
a fomentar una mayor colaboración:
a. Educación para el Trabajo en Equipo
La mentalidad de trabajo en equipo debe inculcarse desde una
edad temprana en la educación. Las escuelas deberían enseñar y practicar
dinámicas colaborativas que muestren a los niños y jóvenes los beneficios de
trabajar juntos.
b. Reconocer y Valorar la Contribución Colectiva
A menudo, las personas se sienten desmotivadas porque su
esfuerzo en un colectivo no es reconocido. Crear sistemas de agradecimiento
público, reconocimiento simbólico o recompensas grupales puede incentivar la
participación.
c. Fomentar la Empatía y la Solidaridad
A través de talleres, campañas y actividades comunitarias,
las asociaciones pueden trabajar en fortalecer la empatía entre sus miembros,
ayudándolos a entender que lo que beneficia al colectivo beneficia también al
individuo.
d. Formar Líderes Facilitadores
Los líderes en asociaciones no solo deben tener visión, sino
también habilidades para manejar conflictos y motivar a los demás. La formación
en liderazgo colaborativo podría ser una inversión clave.
3. Cambiar la Mentalidad del Corto Plazo
Es cierto que muchas personas prefieren resultados
inmediatos y tangibles, lo que dificulta movilizar esfuerzos para objetivos a
largo plazo. Para contrarrestar esto:
- Visualizar
el futuro: Mostrar ejemplos concretos de cómo el trabajo colectivo
puede generar cambios duraderos.
- Logros
intermedios: Dividir los objetivos a largo plazo en metas más pequeñas
y alcanzables para mantener la motivación.
- Cultura
de la paciencia: Promover una cultura que valore la constancia y el
esfuerzo como elementos clave para el éxito.
4. Crear Micro-Modelos de Éxito
Cuando los grandes cambios parecen inalcanzables, a veces es
más efectivo empezar con pequeños ejemplos que sirvan de inspiración:
- Proyectos
piloto: Implementar cambios a pequeña escala en comunidades o
asociaciones locales, mostrando cómo el trabajo en equipo puede generar
resultados.
- Celebrar
pequeños logros: Hacer visible el impacto positivo que tiene la
colaboración puede ayudar a cambiar percepciones negativas sobre los
esfuerzos colectivos.
Conclusión
El cambio cultural que necesitamos para fomentar una
mentalidad más colaborativa y menos egoísta es un desafío enorme, pero no
imposible. Aunque la situación actual parezca desalentadora, incluso pequeños
avances pueden sentar las bases para transformaciones mayores. Aunque a veces
parezca que los esfuerzos no dan frutos inmediatos, dejan semillas que pueden
germinar en el futuro.
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