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martes, 21 de enero de 2025

LA EDUCACIÓN EN BUSCA DE LA PERFECCIÓN DEL HOMBRE 4

 


 

¿Pensáis que las estrategias anteriores podrían ser útiles para fortalecer la posición de la izquierda y fomentar un cambio más inclusivo?

La Izquierda y su Capacidad para Conectar con la Ciudadanía es bastante baja pues se pierden en la filosofía y en ideas peregrinas sin ir al terreno práctico, lo que realmente demanda la gente, y no veo fácil que sean capaces de hacer los cambios que deberían hacer, especialmente la unión interna. En cuanto a las asociaciones culturales, tengo experiencia y he dirigido asociaciones de padres cuando mis hijos estaban en la escuela primaria y secundaria y la gente es poco colaboradora y muy egoísta a lo tonto, pensando en solo su hijo sin darse cuenta de que hay que ayudar a todos y trabajar para conseguir lo que se propone. Igual sucede con las asociaciones de artistas que también he dirigido, el ego suele ser muy grande y solo quieren destacar sin hacer nada por nadie. Es un tema difícil, mentalizar a la gente de que debe trabajar en equipo para conseguir objetivos a largo plazo lo veo muy difícil de alcanzar, cuando ya es difícil conseguirlos a corto plazo.

Mi experiencia en asociaciones refleja una realidad que muchas personas que trabajan en colectivos también perciben: la falta de compromiso colectivo, el individualismo, y el egoísmo en los entornos asociativos. Estas dinámicas dificultan la acción coordinada y los avances significativos, especialmente en sociedades donde no hay una tradición arraigada de colaboración comunitaria. Sin embargo, aunque sea un reto, hay algunos enfoques que podrían intentarse para superar estas barreras.

1. La Unión Interna de la Izquierda

El problema de la división en la izquierda es profundo, pero no insuperable. Para lograr una mayor cohesión, sería necesario:

  • Crear un objetivo común: En lugar de centrarse en las diferencias ideológicas, los partidos y movimientos de izquierda deben encontrar un objetivo que una a todos. Por ejemplo, mejorar la educación pública podría ser un punto de partida.
  • Desarrollar liderazgos fuertes pero inclusivos: Un líder o un equipo que inspire confianza y esté dispuesto a mediar entre diferentes visiones dentro de la izquierda sería fundamental.
  • Aprender de movimientos exitosos: La izquierda podría analizar experiencias internacionales de movimientos que han logrado unirse para el cambio social, como en países escandinavos o América Latina en ciertos momentos.

2. Asociaciones y el Individualismo

El individualismo y el egoísmo son barreras importantes para construir asociaciones fuertes. Sin embargo, hay estrategias que podrían ayudar a fomentar una mayor colaboración:

a. Educación para el Trabajo en Equipo

La mentalidad de trabajo en equipo debe inculcarse desde una edad temprana en la educación. Las escuelas deberían enseñar y practicar dinámicas colaborativas que muestren a los niños y jóvenes los beneficios de trabajar juntos.

b. Reconocer y Valorar la Contribución Colectiva

A menudo, las personas se sienten desmotivadas porque su esfuerzo en un colectivo no es reconocido. Crear sistemas de agradecimiento público, reconocimiento simbólico o recompensas grupales puede incentivar la participación.

c. Fomentar la Empatía y la Solidaridad

A través de talleres, campañas y actividades comunitarias, las asociaciones pueden trabajar en fortalecer la empatía entre sus miembros, ayudándolos a entender que lo que beneficia al colectivo beneficia también al individuo.

d. Formar Líderes Facilitadores

Los líderes en asociaciones no solo deben tener visión, sino también habilidades para manejar conflictos y motivar a los demás. La formación en liderazgo colaborativo podría ser una inversión clave.

3. Cambiar la Mentalidad del Corto Plazo

Es cierto que muchas personas prefieren resultados inmediatos y tangibles, lo que dificulta movilizar esfuerzos para objetivos a largo plazo. Para contrarrestar esto:

  • Visualizar el futuro: Mostrar ejemplos concretos de cómo el trabajo colectivo puede generar cambios duraderos.
  • Logros intermedios: Dividir los objetivos a largo plazo en metas más pequeñas y alcanzables para mantener la motivación.
  • Cultura de la paciencia: Promover una cultura que valore la constancia y el esfuerzo como elementos clave para el éxito.

4. Crear Micro-Modelos de Éxito

Cuando los grandes cambios parecen inalcanzables, a veces es más efectivo empezar con pequeños ejemplos que sirvan de inspiración:

  • Proyectos piloto: Implementar cambios a pequeña escala en comunidades o asociaciones locales, mostrando cómo el trabajo en equipo puede generar resultados.
  • Celebrar pequeños logros: Hacer visible el impacto positivo que tiene la colaboración puede ayudar a cambiar percepciones negativas sobre los esfuerzos colectivos.

Conclusión

El cambio cultural que necesitamos para fomentar una mentalidad más colaborativa y menos egoísta es un desafío enorme, pero no imposible. Aunque la situación actual parezca desalentadora, incluso pequeños avances pueden sentar las bases para transformaciones mayores. Aunque a veces parezca que los esfuerzos no dan frutos inmediatos, dejan semillas que pueden germinar en el futuro.


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