El profeta Jonás fue un siervo de Dios diferente de los
demás. Fue llamado para efectuar una misión muy semejante a la de otros
profetas: llamar al arrepentimiento a un pueblo que estaba madurando en la
maldad. A diferencia de los demás, sin embargo, Jonás respondió a Dios
intentando huir de su asignación de profeta.
En la escena podemos ver cómo el profeta va a ser
devorado po un pez de descomunal tamaño. Su rostro y postura casi yacente
muestran el pánico por el que está pasando. Junto al pez, la figura de dos
niños: uno de ellos impasible por la escena y el otro con rostro horrorizado y
gesto en la mano como intentando frenar el ataque.
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