lunes, 5 de septiembre de 2022

UNA NAVE ESPACIAL LLAMADA TIERRA Capitulo XXVI Virgen del Pilar 2





La imagen representa a la Virgen coronada y ataviada con un vestido gótico abotonado. Se trata de una vestidura ceñida por un cinturón con hebilla que llega hasta los pies que permite observar el derecho más que el izquierdo. Una gran pieza de paño le cubre la cabeza y muestra un peinado ondulado. La mano derecha sostiene un pliegue de la ropa, que cubre todo su abdomen y la mayor parte de sus extremidades inferiores. El Niño Jesús se encuentra en la mano izquierda, desnudo. Su figura gira hacia la izquierda y su cabeza apunta al cinturón de la Virgen. La escultura, de estilo gótico, se restauró en 1990 por el Instituto del Patrimonio Histórico Español, a iniciativa del Cabildo Metropolitano de Zaragoza.
La manía de las coronas como si fuesen reyes o reinas, tal vez por aquello del linaje de María descendiente de David, o porque así es más importante al ser reina, una mezcla de divinidad y humanidad.


La Iglesia habla de adoración y veneración, pero yo dudo mucho de que la mayoría de los fieles católicos sepan diferenciar entre estos dos conceptos.

ADORAR: En general se refiere a los actos de oración o devoción, típicamente dirigidos a entidades sobrenaturales, como los dioses o diosas. Es el acto que inspira habitualmente la vida de los creyentes religiosos y que suele ser expresado por oraciones, himnos, etc., junto con actitudes corporales como la reverencia profunda, el acatamiento y la postración.
VENERAR: Sentir y demostrar gran amor y respeto a una cosa o a una persona por su virtud, dignidad, méritos o santidad.

Sin embargo la Iglesia da tanto valor a María, la madre de Jesús, que en realidad inducen a adorarla traicionando sus propios preceptos, puesto que solo Dios es merecedor de adoración, según ellos.

Y ahora que hablamos de las imágenes, en realidad la gente adora a las imágenes a las que pide favores, milagros, prebendas de cualquier tipo y eso es idolatría. No pide favores o milagros a María la madre de Jesús, sino a una imagen concreta a la que dice tener devoción, porque es a la imagen a la que se le atribuyen los milagros. Los fieles suelen decir: “Esta virgen (referida a la imagen) es milagrosa”

Las imágenes son formas creadas por un artista escultor o tallador, por tanto es una obra de arte realizada sobre madera o mármol, ese es todo su valor, nada más. Por tanto que la imagen se llame Virgen del Pilar, de Guadalupe, de Lourdes o Fátima, da igual, tal como el título que un artista da a su obra, solo que aquí el nombre o título lo pone la Iglesia y suele corresponderse con el lugar o ciudad donde tiene su templo, o bien con algún detalle que porta o sujeta la imagen como rosario, corazón, pilar…Curiosamente a las pinturas no se les suele atribuir estas propiedades, salvo a la Milagrosa o la de Guadalupe de México que yo conozca.

La Santa Columna está hecha de jaspe, tiene 1,77 metros de altura, un diámetro de 24 centímetros y un forro de bronce y plata. La tradición pilarista afirma que jamás ha variado su ubicación desde la visita de María a Santiago.

Habrá que creérselo si lo dice la tradición, como que la trajo María desde Palestina, al hombro, como casi todas las cosas que dice la Iglesia: Hay que tener mucha fe…en la Iglesia, para creer estas cosas. Volvemos a la pompa y el boato, forrando la columna original.
El 24 de marzo de 1596 se recibió en el santuario del Pilar el obsequio de Felipe II, que consistía en dos ángeles de plata —obra de Diego Arnal— que sirven de guardia a la Virgen. Son los únicos elementos de la colegiata gótico-mudéjar de Santa María la Mayor que se conservan en la actual basílica barroca.

El templo se articula en tres naves, de igual altura, cubiertas con bóvedas de cañón, en las que se intercalan cúpulas y bóvedas de plato, que descansan sobre robustos pilares. El exterior es de ladrillo caravista, siguiendo la tradición de construcción en ladrillo aragonesa, y el interior revocado en estuco. La nave central se halla dividida por la presencia del altar mayor bajo la cúpula central. El altar está presidido por el gran retablo mayor de la Asunción, perteneciente a la colegiata gótico-mudéjar de Santa María la Mayor de Zaragoza, realizado por Damián Forment en el siglo XVI.

Bajo las otras dos cúpulas elípticas de la nave central, se dispuso la Santa Capilla de la Virgen del Pilar, y el coro y órgano, que también procedían de la colegiata predecesora. Actualmente el coro y órgano, se encuentran desplazados, al siguiente tramo, para dotar de mayor espacio los tramos del altar mayor.

Hasta el 20 de mayo de 1642, el municipio de Zaragoza no proclamó a la Virgen del Pilar patrona de la ciudad, patronazgo que se extendió a todo el Reino de Aragón en las Cortes aragonesas de 1678. Acumula otros patronazgos, como el del Cuerpo de la Guardia Civil (1913), Cuerpo de Correos y Telégrafos (1916), Cuerpo de secretarios, interventores y depositarios de administración local (1928), Sociedad mariológica (1940), Consejo superior de misiones (1948)1 y del Arma Submarina de la Armada Española (1946).

En 1908 mediante un Real Decreto se declara Capitán General del Ejército español. El 24 de junio de 1948 se eleva a categoría de Basílica el Pilar por Pio XII (1948).

Como vemos tal como sucede con todo lo de esta “nave espacial” es necesario que las autoridades vayan dando cargos y responsabilidades a las imágenes de María para que la misma vaya cobrando importancia y así se va impregnando a los fieles de su devoción, veneración o adoración y si se hace esto queda claro que es porque les interesa a ellos en su afán manipulador del pensamiento y anhelos de la gente sencilla. Nombrar a una imagen Capitán General es tanto como decir que María es guerrera y que ampara al ejército cuando sale a guerrear y matar, tal como los antiguos dioses, incluido Yahveh / Jehová. Dioses y diosas que protegen y ayudan a un ejército determinado. Contradicciones de la Iglesia de mostrarnos a entidades presuntamente bondadosas y justas pero a la vez crueles y asesinas. Miedo y amor juntos es una buena combinación para conseguir adeptos para un dios y su cohorte imaginarios.

En este campo la desfachatez de los políticos puede llegar a niveles inverosímiles como sucedió en España en el mes de febrero de 2014, así aparecía en los periódicos la noticia:
“El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha concedido la más alta condecoración del Cuerpo Nacional de Policía a la Virgen, en concreto a Nuestra Señora María Santísima del Amor. Los méritos para recibir la Medalla de Oro al Mérito Policial los ha realizado la cofradía de El Rico y María Santísima del Amor, que comparte con la Policía “valores como la dedicación, el desvelo, la solidaridad y el sacrificio”, según recoge la orden firmada por Fernández Díaz”

Esta medalla se suele conceder a los policías por haber muerto en acto de servicio o sufrir mutilación, dirigir o participar en un servicio de la Policía de “trascendental importancia”, cosa que evidentemente no ha hecho esta imagen de María.
 
Resumiendo, queda clara la manipulación existente en este tipo de manifestaciones/apariciones que en la mayoría de los casos no ha sucedido absolutamente nada, pero en algún momento algún clérigo ha escrito algo inventado y a partir de ahí surgen imágenes y ermitas tal como se hace hoy en una perfecta campaña de marketing.

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