lunes, 5 de septiembre de 2022

UNA NAVE ESPACIAL LLAMADA TIERRA Capitulo XXVII Virgen de Guadalupe de Extremadura 1



Para terminar con este ciclo de apariciones marianas, os hablaré de la "virgenes de Guadalupe" primero de la extremeña y luego de la mexicana, luego pasaré a otras temas.
Ya sabéis la coletilla: Confieso que no me creo en posesión de la verdad absoluta, confieso que acepto que puedo estar equivocado y confieso que sencillamente digo lo que pienso y creo saber sobre este tema. Si a alguno no le gusta lo que digo, lo siento, pero ejerzo mi derecho de libertad de expresión. Si alguno puede demostrarme que lo que él cree es la verdad, y que yo estoy equivocado pues que lo haga.

La Virgen de Guadalupe es una advocación mariana cuyo santuario está situado en villa de Guadalupe (provincia de Cáceres, Extremadura, España), es patrona de la dicha villa y de Extremadura desde 1907, siendo así una de las ocho patronas de las comunidades autónomas de España. Su fiesta se celebra el 6 de septiembre, aunque tradicionalmente se ha celebrado esta fecha el 8 de septiembre, en el que se celebra su patronazgo sobre Extremadura, llegando a ser este día el día de Extremadura y conmemorarse, además, la natividad de la virgen.

De esta forma, la Virgen de Guadalupe ostenta ambos títulos: Patrona de Extremadura (8 de septiembre, Día de Extremadura) y de la Hispanidad (tradicionalmente el 12 de octubre, Fiesta de la Hispanidad, coincidiendo con la Fiesta Nacional de España, que además también coincide con la fiesta de Pilar, dando lugar a confusiones del patronazgo).





A las imágenes de María se les asignan tantos patronazgos que llegamos al absurdo de tener dos imágenes que ostentan el título de Patronas de la Hispanidad y encima se celebran el mismo día. Esto ya es el colmo, ya no sustituyen a las imágenes de otras religiones sino que pretenden sustituir a otra imagen de la misma religión y en el mismo país. ¿En que está pensando la Iglesia Católica, es decir, los curas, para cometer semejante insensatez?
Esta imagen está fechada como de finales del siglo XII. Se trata de una virgen sedente, realizada en madera de cedro. Es de estilo románico o protogótico. La talla mide 59 centímetros y pesa 3.975 gramos. Para vestirla como una del siglo XIV se reformaron varias partes, destacando su cabeza y su mano derecha. Originalmente tenía incorporada una corona almenada realizada con trozos de madera y un relleno de yeso, aunque le fue retirada y se le colocó una sobrepuesta. También se cambió el brazo derecho del Niño Jesús por uno de plata.


Como vemos, los curas ni siquiera respetan a la imagen original, pues son capaces de transformarla a su antojo si consideran que eso puede aumentar el número de adeptos. Y luego los muy ingenuos se creen que su imagen hace milagros. Los que hacen milagros son los curas, al convencer a tantísima gente de todas las mentiras que ellos idean.
Existen un gran número de hipótesis sobre la etimología de la palabra "Guadalupe", del árabe Wādi al-lub, "río de lobos", "río de Ibn Lubb", "río de oso", "río escondido", "río de cascajos negros", "río de altramuces", entre otras. El investigador francés Jacques Lafaye, especialista en el tema de la Virgen de Guadalupe en México, añade que aunque el sufijo -lupe ha sido interpretado como de origen latino (lupus, lobo), una investigación filológica más detallada (al -artículo árabe) nos daría guad-al-upe, que significaría más bien "río oculto" o "corriente encajonada".

Según una antigua leyenda, la imagen fue realizada en un taller de escultura fundado en Palestina en el siglo I por san Lucas Evangelista. Siglos después, fue venerada en templos de Acaya y Bizancio. Posteriormente, el papa Gregorio Magno le regaló esta escultura a san Leandro, arzobispo de la Sevilla visigoda. El arzobispo colocó la imagen en una ermita a las afueras de la localidad. Durante la invasión musulmana del 711, los cristianos de esa ciudad la depositaron en una caja y la escondieron junto al río Guadalupe, en la zona de la serranía de las Villuercas, al pie de la sierra de Altamira.

Esta es una imitación de las llamadas “vírgenes negras”, en realidad una de las representaciones de la diosa Astarté que es la asimilación fenicia-cananea de una diosa mesopotámica que ya los sumerios conocían como Inanna, los acadios, asirios y babilonios como Ishtar y los israelitas como Astarot a la cual adoraban.

Representaba el culto a la madre naturaleza, a la vida y a la fertilidad, así como la exaltación del amor y los placeres carnales.

Como ya he dicho aquí, la Iglesia utilizó mucho la sustitución de cultos e imágenes para introducir los suyos y de esta forma se utilizaron estas imágenes como representativas de María la madre de Jesucristo. Así durante la invasión musulmana se vieron obligados a esconder estas imágenes para evitar su destrucción y las terribles represalias a las que se podían ver sometidos los cristianos. Pasados siglos se fueron recuperando mediante presuntas apariciones pues normalmente fueron hallazgos fortuitos alrededor del cual se creaba una leyenda como esta.

No obstante si esta imagen está fechada en finales del siglo XII está claro que toda la historia es falsa y no se corresponde con esas imágenes antiguas de Astarté aunque se parezca mucho.

En el siglo XIII, se le apareció la Virgen a un vaquero de la provincia de Cáceres llamado Gil Cordero junto al castillo de Alía y le dijo que existía una escultura de ella junto al río Guadalupe. Cuando Gil Cordero se encontraba cerca de ese río se le perdió una vaca. Posteriormente, la encontró muerta. Fue a desollarla para aprovechar su piel y antes, como era costumbre, le hizo una señal en forma de cruz en el vientre. Entonces, la vaca resucitó y se levantó. Entonces Cordero se preguntó si ese sería el lugar indicado por la Virgen que se le apareció junto al castillo de Alía. Excavó y, a un metro de profundidad, encontró la caja con la Virgen en su interior. Agolpó piedras e hizo una cabaña, donde depositó a la Virgen.

 Posteriormente, fue a la iglesia de Cáceres, donde informó al clérigo de mayor responsabilidad de su hallazgo y del deseo de la Virgen de recibir culto en ese lugar. No obstante, el clérigo no le creyó. Posteriormente, llegó a su casa y encontró a su hijo muerto y rezó para que la Virgen lo devolviese a la vida y, de esta forma, todos creyeran en su historia milagrosa. Cuando los clérigos se dispusieron a oficiar el entierro el hijo volvió a la vida, se levantó y dijo que una mujer le había ayudado a levantarse. Entonces los clérigos creyeron y fueron juntos, con gente de la ciudad, en peregrinación a aquel sitio. Cuando descubrieron la cabaña, acordaron construir una ermita.

Vemos la leyenda que se monta para volver a utilizar las imágenes negras propagando el culto a la madre Naturaleza, a la vida y a la fertilidad, que ahora representaba la madre de Jesucristo. El hecho de volver a reutilizar estas imágenes cuando estaban olvidadas por todo el mundo salvo por la Iglesia, que debía tener un perfecto conocimiento del lugar donde permanecían escondidas, es porque le seguían dando un gran valor a las mismas por alguna razón que desconozco.

Como vemos la aparición es a “un pastor” de vacas, como siempre, los curas no se creen nada, como siempre, pues eso da más credibilidad a la leyenda, introducen muertes y resurrecciones que supongo debían producir fuertes impactos emocionales en el pueblo llano. La aparición pide se levante una ermita en su nombre, como siempre. Como vemos no le echan mucha imaginación a estas leyendas pues el “modus operandi” se repite.

No hay comentarios: