Jesucristo mira a una sola figura, un hombre que se asoma por encima del hombro de San Bartolomé. Por el perfil y sus grandes ojos, mismos que ha plasmado en otras obras, se puede reconocer que es el amante de Miguel Ángel en aquella época, Tommaso dei Cavalieri.
Aquí en el fresco parece demasiado mayor, con cabello gris y entradas, aunque su rostro es joven y sin arrugas. Para la época su amante tenía 38 años y fue pintado de esta forma para lograr pasarlo desapercibido.
Alrededor de Cristo en un lento movimiento giratorio están las figuras de los Santos y de los elegidos de Dios. Se pueden identificar pues parecen estar mostrando a Cristo sus atributos o la evidencia de su martirio. Están asustados e inquietos por la acción que está ocurriendo.
6 comentarios:
Gracias Antonio.
Gracias ati por ser receptora de mi trabajo
Gracias, por esta increíble observación
Gracias
Guilloar40@hotmail.com
Gracias a ti Guillo por hacerte eco de mis observaciones. Saludos cordiales.
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