martes, 3 de octubre de 2023

EL ARTE, LOS ARTISTAS Y LOS DEMÁS

 

                            Foto del artista fotógrafo Santiago Gómez

Hay muchas personas y entidades que están muy interesados por los artistas como las galerías de arte, las ferias de arte, las escuelas y academias de arte, los editores de libros, los creadores de NFT, los creadores de cursos para fabricar un NFT y los de “como vender tu arte”, las asociaciones de artistas que promocionan no a los artistas sino sus exposiciones y concursos por las que cobran una cuota por obra, los organizadores de exposiciones tanto a nivel nacional como extranjero que cobran una cuota por obra, los ayuntamientos que promocionan exposiciones para quedarse con un cuadro o bien promocionan concursos cobrando una cuota a cambio de un pequeño trofeo, diploma o certificado……pero ninguno de ellos se preocupa realmente por ayudar a los artistas en su promoción pues no hacen publicidad alguna ni citan a coleccionistas o gente realmente interesada por las Bella Artes, que podría ayudar a los artistas, todo es solo imagen, propaganda para ellos mismos.

En las fotografías que vemos de las exposiciones que realizan unos y otros, no son de las obras y los artistas sino de la sala, el día de la inauguración, cuando está más o menos llena de público y vemos solo eso, el público, que curiosamente, en la mayoría de los casos no está mirando a las obras sino charlando de espaldas a ellas como cualquiera puede observar. El resto de los días la sala está prácticamente vacía.

Y ¿por qué sucede esto? Sencillamente porque para cualquiera de estos que aparentan promocionar el arte y a los artistas, realmente se promocionan a ellos mismos para conseguir que los artistas crean que en estos lugares se promocionarán y venderán, y así “aflojen” la cuota que pagan por cada obra que expongan.

Tengo que decir que hay muy honrosas excepciones de galeristas que se esfuerzan por promocionar a sus artistas y conseguir ventas, pero dado como está “el mercado” no encuentran la manera de alcanzar esa meta. No obstante, la mayoría ni se molestan.

Todo esto es una pantomima en la que la mayoría de los artistas pican y la siguen, aunque no obtengan ningún resultado.

Algunos tienen “la suerte” de vender 1, 2 ó 3 cuadros al año y se sienten tan ufanos de anunciarlo en las redes y, en general, deben hacerlo por un valor que, en el mejor de los casos, cubre el gasto provocado por su producción.

El Renacimiento alcanzó su gran esplendor gracias a que los ricos, los poderosos, consideraron que una forma de manifestar su poder no era solo mediante las guerras y las posesiones de territorios o naciones sino también mediante la adquisición de obras de arte y la promoción y ayuda a los artistas de lo cual hacían gran ostentación.

Hoy, los ricos hacen ostentación de su vivienda o viviendas, los coches que conducen, la vestimenta y joyas que lucen especialmente las mujeres y los grandes eventos a los que acuden. La clase media, aunque a otro nivel inferior, utilizan los mismos signos de “riqueza” a los que es necesario añadir los relojes y teléfonos móviles. Los pobres se tienen que conformar con presumir de teléfonos y solo unos pocos forofos, pues el resto tiene dificultades para llegar a fin de mes.

Bueno sería que todos los que se dedican a “vender arte” sin conseguirlo, se dedicaran a mentalizar a la clase alta y media, así como a las grandes corporaciones financieras, tecnológicas e industriales, que la forma más importante de presumir de poder adquisitivo y los demás poderes, es hacer ostentación de las obras de arte que poseen y muy especialmente del mecenazgo que desgraciadamente se ha perdido. En mi opinión, deberían crear un plan, entre todos, para impregnarlos de lo importante que sería para su prestigio adquirir obras de arte, aparte de que pueden revalorizar sus inversiones con el paso del tiempo.

Por tanto, en vez de preocuparse de dar una imagen falsa del arte de nuestro país, haciendo que todo lo pague el artista, todos deberían preocuparse de aumentar el número de personas interesadas por el arte, pues el problema principal con el que contamos hoy los artistas plásticos es que somos muchos más en número que los interesados por el arte y por este camino no vamos a ninguna parte. Si queremos cambiar la realidad existente habremos de cambiar nuestra forma de actuar.

La música, el teatro, el cine y demás espectáculos, no veo como podrían progresar si la entrada fuera gratis y los artistas tuvieran que pagar la sala de exhibición y demás gastos, como hacemos todos los artistas plásticos. Y eso que las artes plásticas se materializan en una obra que se lleva el comprador, en las otras artes no se lleva nada, solo regala sus ojos y sus oídos durante un corto espacio tiempo a  cambio de la cuota de entrada. ESTO HAY QUE CAMBIARLO.

A lo mejor lo que deberíamos hacer es montar un espectáculo en las exposiciones y naturalmente cobrar la entrada con derecho a una bebida y un aperitivo ¿Que os parece? Y presentar el espectáculo todas las tardes, tal como se hace con los conciertos de música, teatro de variedades, etc. y una vez que la gente está dentro explicarles lo que es el arte y lo que representan las obras expuestas, buscando que las sientan, pues hemos de atacar a los sentimientos, no al intelecto, ya que pensar les cuesta un esfuerzo.

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