jueves, 27 de mayo de 2021

EL JARDÍN DE LAS DELICIAS 28 El Bosco

 


TERCERA TABLA

En la tercera tabla llamada EL INFIERNO, es donde podemos ver las mil y una torturas a las que se somete a la humanidad, no es ni más ni menos que el mundo en el que vivimos implantado por las élites, por los que mandan en el planeta, por eso la llamo EL SOMETIMIENTO, pues es lo que hacen con sus leyes y sus técnicas: SOMETERNOS. No se conforman con esclavizarnos a través del trabajo, la empresa, los bajos salarios, los altos precios, para ellos enriquecerse a costa nuestra y así adquirir cada vez más poder, sino que disfrutan esclavizándonos con otras cosas como lo que llamamos vicios que no solo los ponen a nuestro alcance sino que nos inducen a ello, como sucede con el negocio del juego, y no solo de cartas, “backamon” y otros como los juegos varios "en línea", bingo, máquinas tragaperras, casinos con todo eso más la ruleta, sino con las loterías y apuestas del estado.



Comenzaremos nuestro análisis por la parte inferior y desde la izquierda para ir ascendiendo y viendo los refinamientos de las diferentes formas en que se tortura a la humanidad. Aquí veremos, como en la tabla anterior como todos los humanos van desnudos, por tanto, todo lo demás no son humanos, llámalos demonios, alimañas, hijos de puta camuflados como animales extraños, grandes y pequeños, soldados varios, curas o monjes, monjas, y otros que aparentan ser hombres pero van vestidos. Aquí todos los que van vestidos de la forma que sea se dedican a torturar a los que van desnudos, y otros que son animales sin traje, así que más claro agua.

Este grupo está dedicado a los juegos de mesa como cartas, dados, “backamon” y lo que atrae la vista es un plato decorado de color azul, en él está pintada una mano que mantiene en equilibrio un dado con los dedos índice y corazón; presuntamente de manera real tiene clavado un cuchillo en la palma. Esto ya es una declaración de principios: el juego es como una puñalada en las manos. Vemos que el plato está pegado, adherido a la espalda de un personaje con cuerpo antropomorfo pero con cabeza de ratón o algo parecido pues vemos sus bigotes saliendo de su hocico. El ser extraño tiene una cubierta blanca y gruesa sobre su espalda que termina en una cola. Su vestimenta es ajustada de color negro con pintas blancas. Parece llevar polainas en las antepiernas, a la altura del tobillo lleva una cuchara de madera y calza unos extraños zuecos. Sujeta por la empuñadura una espada medieval que coge con su mano derecha, pinchando en el pecho a un hombre que está sentado en el suelo y tiene la espalda contra el tablero grueso de una mesa que está volcada, a su vez le sujeta por el cuello con su mano izquierda. El hombre tiene atravesada su mano derecha con una daga y la mano izquierda se la lleva a la cabeza. Por el suelo hay cartas de baraja y una jarrita, probablemente de vino. En la esquina superior izquierda, pintado con tiza, vemos en el tablero una raya larga y cuatro rayas cortas que la cruzan que supongo es un contaje.

En el otro extremo de la mesa, una mujer mira la escena con la boca abierta, mientras sujeta un dado gigante en su cabeza y una jarra y una vela encendida en su mano derecha.

A su derecha vemos cruzar un conejo del tamaño de un hombre, vestido con una cazadora, lleva una pértiga o barra con un gancho en un extremo y de ella pende un hombre colgado por los pies. En su mano izquierda sujeta un cuerno animal de los utilizados en la caza para hacer sonar los avisos. Aquí es el mundo al revés el conejo caza al hombre, uno de los muchos disparates de esta tabla.

Detrás de la mesa, en el lado izquierdo hay un hombre con los ojos vendados y una espada le corta el pescuezo, un extraño personaje que está a la derecha, tiene una tripa semejante al pecho de una mujer, con pezón y todo, cabeza de pajarraco de pico/boca enorme de ancho y que con sus brazos azules en alto, sujeta un tablero de backamon. A la cabeza lleva como sombrero algo parecido a un plato. Entremedias vemos a un hombre muy asustado gritando con los brazos en alto.

Detrás del extraño bicho del backamon, un hombre se agacha y tapa la cara pero nos mira con el ojo sin tapar. Detrás de él, otro bicho antropomórfico con extraño hocico y un sombrero que no se como describir, de color blanco con pintas azules, le presiona sobre la cabeza.

A la izquierda de este bicho vemos un casco metálico terminado en una bola y una punta, pero el rostro solo vemos un fragmento de color gris y a la izquierda de este un hombre tiene clavado un largo cuchillo en la espalda. Más atrás vemos varias cabezas y asoma una cabeza y unos brazos como de una rana del tamaño de un hombre blandiendo una espada que tiene atravesada una calabaza y a la izquierda de este vemos una cabeza negra con largas y puntiagudas orejas de otro bicho.

Creo que queda claro el resultado del juego pero yo no lo interpreto como que estos bichos castigan a los jugadores empedernidos atravesándolos con espadas y largos cuchillos sino que el castigo al que nos someten las élites, para engancharnos y dominarnos, es poner a nuestro alcance el juego, al que nos inducen y que es el equivalente a que sus esbirros nos atraviesen el cuerpo con espadas por la laceración en nuestras vidas que provoca el juego. Y no se nos olvide que aparte de casinos, bingos y demás variedades de juegos que la élite utiliza para sacarnos el dinero y arruinarnos, el estado y la ONCE se aprovechan también con todo tipo de loterías y quinielas y ahora además a través de Internet. No se conforman con hacernos gastar nuestro escaso dinero en comprar todos los cacharritos que fabrican sino que se buscan todas las maneras de arrebatárnoslo con la aplicación de las nuevas tecnologías como todos los juegos digitales.

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