lunes, 31 de mayo de 2021

EL JARDÍN DE LAS DELICIAS 33 El Bosco

 

Realmente el centro de atención principal de esta tabla es EL HOMBRE ÁRBOL, pero para evitar distracciones con otros elementos lo he acotado de manera que no vemos el sombrero o plato que hay sobre su cabeza y que veremos luego.

En principio quiero analizar al personaje que tenemos abajo a la izquierda vestido de azul y larga nariz, adornado con un plato con un largo pincho en su centro a modo de sombrero. Como vemos se trata de otro monje o clérigo con los atributos que ya hemos visto en otros. Este monje acompaña, claramente de manera obligada a un hombre gris que parece taparse sus genitales y escucha lo que le dice un ser híbrido, a su derecha, que tiene alas de mariposa cabeza de ave, manos y pies de tres dedos y el cuerpo va cubierto de coraza metálica, la mano derecha la apoya en una escalera que lleva al interior del hombre árbol. Algo más arriba a la izquierda vemos una espada curva que mantiene en alto un personaje, casi invisible, que parece dispuesto a bajarla con fuerza, probablemente para cortar el cuello al hombre gris. No sé que falta habrá cometido el pobre hombre.

Subiendo la escalera, vemos a otro personaje extraño que aunque va desnudo tiene como una caperuza que le cubre cabeza y hombros, tiene calzado y especie de calcetines o medias y lleva clavada en el ano una flecha. Parece claro que si sube por esa escalera no es por voluntad propia sino como castigo y ya “le han dado por culo” de forma literal. Al hombro lleva una vara curvada en el extremo que transporta una jarra de bebida, supongo que recordando a la calabaza que llevaban los peregrinos.

Sin duda, el hombre árbol es un símbolo cuya figura es solo un tórax hueco, con brazos incompletos híbridos, humano-árbol, cuya base se apoya en dos barcas pequeñas que están sobre el lago.

En mi opinión este hombre árbol simboliza a la humanidad que está partida por la mitad, pues no la dejan caminar a su antojo, por eso le han cortado las piernas. Está hueca y contiene lo que le van metiendo dentro, y está prostituida y además navega con muy poca estabilidad, con esas barquitas, de manera que en cualquier momento puede naufragar y es un híbrido de ser vivo inteligente y un vegetal dado el control que las élites ejercen sobre ella.


Su cabeza está prostituida también –por eso hay una gaita manejada por un ser verdoso, un indeseable- Otro ser que le coge de la mano y no le suelta coartando su libertad, pero el mismo personaje lleva las piernas atadas para que él tampoco pueda correr como la humanidad, así mismo otro simboliza a la Iglesia con la vela de las procesiones y el otro que es un clérigo o abadesa, entre todos controlan la mente humana, una sujetándola, otro con rituales y la otra con ideas. Que El Bosco se haya autorretratado en este hombre vegetal y nos mire, es que nos está diciendo “lo estoy sufriendo en mis propias carnes”, por eso la mirada de resignación.

En el interior del tórax vemos a una criada llenando una jarra de vino del tonel. En dos ramas que atraviesan están colgados un casco y una ballesta, lo que indica que está vigilada esta taberna. Tres hombres están sentados sobre un lagarto o cocodrilo –lo que nos dice que en cualquier momento los puede devorar- en un lado de la mesa y vemos que solo hay una jarra para los tres hombres, el habitáculo tiene una iluminación indirecta que mantiene una cierta penumbra. Una mujer mayor, vestida y con toca, se asoma al borde del cuerpo, como buscando a nueva clientela. En la parte superior de la espalda hay una bandera con la misma gaita que vemos en la cabeza. Parece ser que esto simboliza que es un prostíbulo o “casa de putas” y que así se señalizaban en aquella época, aunque aquí no se ve ninguna.

Abajo, en la barca izquierda que sustenta al hombre-árbol, se ve el tronco hueco y una reja a cuyo través vemos un hombre que está encarcelado y, fuera, al borde de la barca un personaje verde, por tanto otro indeseable. En la otra barca, el tronco de árbol también es hueco pero no hay nada, aunque en el exterior hay otro personaje con caperuza blanca vigilando. En este brazo tiene atada una tela como si fuera una venda que tapara alguna herida aunque podría ser un paño a modo de insignia, tal como se hace en determinados grupos para que se distingan o señalando al capitán o responsable del grupo.

En el extremo de la barca hay un tablón que se apoya en ella y en tierra, sobre el cual un clérigo con hábito blanco y capucha arenga a un humano que tiene a su izquierda. Subiendo a través del cordamen de la barca vemos a un hombre que intenta llegar al carajo con forma de pebetero ardiente. No sé si huye o va obligado.

Como vemos son los clérigos quienes mayoritariamente se ocupan del control de los humanos.

A la derecha del tronco vemos en el subsuelo de la barca dos cabezas de hombres que deben estar prisioneros.

En el agua, por debajo del hielo debe haber una persona pues vemos un brazo en posición de apoyar para salir, a su derecha vemos solo las piernas fuera del agua de otro hombre y cerca vemos una cabeza que sobresale del hielo. Más cerca de nosotros hay un trineo hundido en el agua con un hombre y todo al romperse el hielo. A la derecha llega otro trineo con un hombre manejándolo que irá al agua también y al lado, detrás, un hombre se desliza con patines de cuchillas. Esto es muy normal en Holanda que ciertos inviernos se hielen los canales y aprovechan para patinar, pues las temperaturas que se alcanzan pueden llegar a 25º bajo cero o más.

En sentido contrario patina un ser híbrido marrón con cabeza de ave espátula y porta un arco y flechas, así que claramente es un policía o vigilante.

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