¿Y como
sabemos lo que decíamos en el artículo anterior? Gracias a los escribas sumerios, únicas personas que sabían
escribir, aparte de dioses y reyes, cada uno de los cuales estaba especializado
en determinados temas.
Aparte de los
sumerios, aparecen después los egipcios con casi el mismo orden y un idioma
diferente regido por el dios Ra que en sumerio era el dios Marduk jefe supremo
de los Anunnaki conseguido por la fuerza de la guerra. En Egipto los escribas
se formaban en los templos y tenían un alto estatus siendo el más elevado el
escriba del faraón.
Al igual que
en Sumeria, en Egipto, los sacerdotes eran los depositarios del conocimiento y
eran los dueños de las escuelas transmitiendo algo de su saber a quienes ellos
consideraban oportuno salvo a los reyes y príncipes que lo hacían por
obligación.
La enseñanza
se recibía en una escuela especializada, el EDUBBA/bït tuppi (m) (“casa de
las tablillas”) en la época de Ur III. Estas escuelas dependían, casi
siempre, de un palacio o un templo (en este caso la enseñanza corría a cargo de
un sacerdote), verdaderos templos de sabiduría, que servían para formar a las
futuras plantillas de la administración de un reino. Pero no siempre el
organismo de enseñanza dependía del Estado: se formaban escribas, sobre todo,
en los templos, y existían también, algunas escuelas privadas abiertas por
algún escriba que trabajaba por su cuenta.
Los estudios
en estas escuelas eran muy caros, por lo que estudiar en ellas constituía un
verdadero privilegio reservado para las clases más ricas, y estaban, asimismo,
reservadas sólo para los hombres (muy pocas mujeres llegaron a ser escribas).
Las escuelas, en la época de Ur III estaban dirigidas por un
UMMIA/ummanu(m) (“especialista” en sumerio), llamado “padre de la escuela”
(los alumnos eran los “hijos” de la escuela). Era ayudado por un maestro
llamado “gran hermano” encargado de vigilar a los alumnos y de sus estudios. El
“gran hermano” podía, al mismo tiempo, especializarse en algún tema preciso.
Tenían, también, unos servidores como los “encargados del látigo” que se
ocupaban de la disciplina en la escuela. Los castigos corporales eran,
efectivamente, normales y aceptados. Algunos textos explican la dura vida que
llevaban los estudiantes: trabajo agotador (levantarse a la salida del sol, con
una pausa para la comida y un poco de reposo) castigos corporales (con el
látigo), la férrea disciplina impuesta.
Durante los
primeros años de escolaridad (un poco más de seis años) el alumno tenía que
aprender a leer, escribir y contar. Aprendía a manejar
el cálamo.El cálamo (del latín: calamum, griego: kalamos κάλαμος)
es una caña hueca, cortada oblicuamente en su extremo, que se
utilizaba para escribir en la antigüedad, y las tablas, realizaba trabajos de copia, de signos y,
más tarde de textos, para aprender a escribir se iniciaba en el sumerio (el
conocimiento de este idioma era necesario, inclusive después de su
desaparición), en la ortografía y en las reglas gramaticales, además de
aprender también, cálculo.
Una vez
adquirida la formación básica (dos años aproximadamente), se pasaba a la
enseñanza más práctica. La enseñanza estaba destinada a la formación de
escribas, especialmente para las cuestiones administrativas. Su primer objetivo
era el de enseñar a los futuros escribas todo lo concerniente a la contabilidad
y a las matemáticas en general, la redacción de textos jurídicos y
administrativos, religiosos, secretariado, etc. Aprendían así, la práctica de
las lenguas extranjeras (gracias a los diccionarios bilingües), en el caso de
que el escriba quisiera dedicarse a la traducción. Una vez concluidos los
estudios, los escribas podían trabajar en un palacio, un templo, o en casa de
algún ricohombre como secretario o contable.
Los escribas
del antiguo Egipto eran los encargados de inscribir, clasificar,
contabilizar y copiar, utilizando varios tipos de escritura, como
la hierática o demótica, que permitía escribir rápidamente, con
la ayuda de un cálamo sobre papiros u ostracas (Ostracon u Ostrakon del griego:
ὄστρακον óstrakon, cuyo plural es ὄστρακα, óstraka es una concha o
fragmento de cerámica sobre el que se escribía el nombre del ciudadano
condenado al ostracismo –destierro-)
Su atuendo
era simple, una falda hecha de lino o algodón. Los escribas pertenecían a una
casta especial. En Egipto, el buen funcionamiento del Estado reposaba,
esencialmente, en los escribas. Administradores, contables, literatos o
escribanos públicos, estos maestros del cálculo y la escritura eran omnipresentes.
Trabajaban en todos los departamentos de la administración, llegando incluso a
ser escribas reales, dominando la administración central.
En principio,
los escribas eran escogidos entre aquellos privilegiados que habían sido
formados en el entorno de la familia real. Al final del Antiguo Imperio,
el desarrollo de la administración conllevó la aparición de una casta de
escribas. Los cargos se transmitían, generalmente, de padres a hijos. El
célebre texto titulado “De la enseñanza de Jety” habla de un oficio noble.
Eran muchos
los padres de familia que consideraban que para sus hijos, “no había trabajo
más hermoso que el de escriba”. Educados en una casa de vida, que dependía
de un templo, los escribas aprendices estudiaban, de los cinco años a los
diecisiete años, la escritura jeroglífica e hierática, gramática
y textos clásicos, además de aprender Derecho, idiomas, historia,
geografía y contabilidad. Eran muy pocas las personas que sabían leer y
escribir, apenas el 5% de la población, de ahí la importancia del trabajo de
los escribas
Los escribas,
antes de comenzar su trabajo, rezaban una plegaria a Dyehuty (Tot),
su patrón. Siempre servían al Faraón.
1 comentario:
Muy interesante!!!. una super información de su sociedad y deduzco que la gran diferencia con la nuestra es que la cultura se ha expandido a todas las clases y el gran invento de internet es que ha llegado a muchos, con lo cual el poder bajo mano estará intentando manipular y controlar..¿¿¿???.
Publicar un comentario